Situada entre las sierras de Entzia e Iturrieta, regada por las aguas del río Zadorra, asentada sobre un cerro, Agurain-Salvatierra vigila atenta la Llanada oriental Alavesa, donde se enclava, como queriendo mantener vivo el carácter fronterizo de sus orígenes. Es la capital de la Cuadrilla de Salvatierra que está compuesta también por otros cuatro núcleos de población, Arrizala, Egileor, Alangua y Opakua. Según los numerosos restos arqueológicos encontrados en diferentes yacimientos, el lugar tuvo asentamientos poblacionales desde el Paleolítico. Siendo encrucijada de caminos tan importantes como la calzada romana que unía Burdeos con Astorga, rutas de peregrinación, como el Camino de Santiago que atraviesa el municipio, y comerciales, el nombre de Hagurahin ya aparece en documento escrito hacia el siglo XI en el que figura la aldea y su deber de pagar la contribución de hierro o ganado al Monasterio de San Millán de la Cogolla.
El municipio fue fundado por el Rey Alfonso X el Sabio sobre la aldea de Hagurahin, cuando le concedió el Fuero en 1256, pasando a llamarse entonces Salvatierra. Perteneció a Castilla y luego al reino de Navarra para volver a ser castellana hasta que el rey Juan I la donó al Señorío de los Ayala en 1382. En 1522, tras la desaparición de dicho señorío, la villa de Agurain-Salvatierra volvió a adquirir su condición de realenga. Un hecho terrible marco para siempre la historia de la villa, en el año 1546 una epidemia de peste causó la muerte a la mayoría de la población y se supone que el gran incendio que asoló casi la totalidad de Agurain-Salvatierra fue provocado para evitar una mayor propagación de la enfermedad. Pero Agurain-Salvatierra supo resurgir de sus cenizas y sin perder su aspecto medieval, sus moradores levantaron en sus asolados solares preciosas casas señoriales que han conseguido que en la actualidad su casco urbano ostente el título de conjunto histórico artístico.
Un paseo por el casco medieval amurallado de Agurain-Salvatierra nos invita a sorprendernos y a rememorar su pasado histórico a cada paso. Sus tres calles principales y paralelas, Zapatari, Carnicería y Mayor, albergan iglesias y casas señoriales cuyas fachadas lucen los escudos de las familias a las que pertenecieron. En los extremos de la calle Mayor y uniendo la muralla que circunvalaba a la villa se pueden admirar las dos iglesias fortaleza, la de Santa María, levantada sobre otro templo anterior en los siglos XV y XVI y la de San Juan Bautista, de la misma época. En la zona más alta de Agurain-Salvatierra se levanta el edifico más antiguo de la villa, la ermita, románica del siglo XIII, de San Martín que hoy en día se aloja dentro de las paredes de la casa consistorial comenzada a construir un año después del devastador incendio.
El convento de las Madres Clarisas, del siglo XVII. La Casa de las Viudas del siglo XIV, que es el edificio civil más antiguo que se conserva en la villa pues se salvó del gran incendio. La casa de los Begoña, del XVII, que luce las armas de los Ordoñana, de los Vicuña y de los Lazarraga. La casa de los Azcárraga, la de los Bustamante... Las Olbeas, soportales, de San Juan de finales del XVI, orientadas hacia la plaza del mismo nombre y que acoge el mercado de los martes desde la fundación de la villa en 1256. Parques, ermitas, caminatas por la cañada de Opakua, rutas senderistas en el bello entorno que rodea Agurain-Salvatierra, todo ello brinda esta bonita localidad que bien merece una pausada visita.
Agurain-Salvatierra celebra sus fiestas patronales en honor a la Virgen del Rosario el primer y segundo fin de semana de octubre. El 24 de junio el festejo es por San Juan. El lunes siguiente al Domingo de Pascua se celebra la fiesta de la Virgen de Sallúrtegui. A San Juan Degollado se le honra el 29 de agosto y el 15 de agosto la fiesta se debe a la Asunción de la Virgen.
En Agurain-Salvatierra lo tradicional la noche de San Juan no es encender hogueras sino plantar un chopo gigante en un agujero frente a la iglesia, en la plaza de San Juan. Un grupo de jóvenes son los encargados de portar el tronco del chopo al que han dejado solamente las ramas de la punta, una vez en la plaza con gran maestría y sumo cuidado y ante la expectativa de aguraindarras y foráneos, lo enderezan y colocan en el agujero. La fiesta culmina cuando algún valiente se iza por el tronco para alcanzar la ikurriña que hay en la punta. Al amanecer del día de San Juan también es tradición acercarse a la fuente de Santa Marina de Agurain, cercana a Sailurtegi, porque se dice que si tienes alguna enfermedad de la piel y en esa amanecida te lavas con sus aguas, sanarás
Agurain-Salvatierra y su precioso entorno natural cercano de las sierra de Entzia y Urbasa han sido numerosas veces escenario de grandes películas como Patton, La batalla de las Ardenas, Cromwell, Robin y Marian o La madre muerta en la que algunas escenas se localizan en la iglesia de Santa María de Agurain.
Cuenta las voces del lugar que entre las dos iglesia fortaleza de Agurain-Salvatierra, Santa María y San Juan, existe un pasadizo subterráneo que las comunica y que era utilizado para poder ir de un lado a otro de la villa sin ser vistos cuando la población estaba bajo una amenaza bélica.
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La autovía A-1 conecta Agurain-Salvatierra con Vitoria-Gasteiz e Irún. Hasta la localidad también llegan otras carreteras que la comunican con las localidades vecinas.
Agurain-Salvatierra cuenta con servicio de autobús de línea regular que la comunican con Vitória-Gasteiz, con Pamplona y con los diferentes pueblos de las rutas.
Agurain-Salvatierra dispone de servicios ferroviarios de media distancia con destinos como Irún, Miranda de Ebro, Vitoria, Zaragoza o Madrid.
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