Hace ya algún tiempo en una ruta de senderismo uno de los compañeros se hizo un pequeño corte. Rápidamente saco su botiquín y se puso a curarse la herida, mientras me comentaba lo completo que era y todas las cosas que llevaba. Efectivamente lo era, pero le faltaba algo muy importante y que no puede faltarte en tu botiquín, la manta térmica. Su respuesta fue rápida, ¿para qué? Si ya llevo ropa de abrigo. Obviamente mi amigo no sabía cómo funciona una manta térmica y para qué sirve.
La manta isotérmica, como también se la conoce, es uno de esos artículos que sí o sí siempre debe acompañarnos en nuestras actividades de montaña y senderismo. Son varios los usos que se pueden hacer con este artículo de bajo peso y poco precio, pero hoy nos vamos a centrar en los más habituales.
Más allá del material del que esté compuesta, por lo general plástico aluminizado, se trata de una manta muy fina que nos llama la atención rápidamente por tener una cara plateada, parecida al papel de plata, y la otra dorada. Esta manta de emergencia o de supervivencia, como también se la conoce, sirve para protegernos tanto del frio como del calor, ayudándonos a regular nuestra temperatura en una excursión por la naturaleza.
Vamos a intentar explicarte cómo se utiliza la manta térmica de emergencia dependiendo el caso, es decir si se trata de frio o hipotermia o de un golpe de calor. Aunque lo fundamental es evitar llegar a situaciones extremas en las que seguramente necesitaremos bastantes más cosas que una simple manta de supervivencia, la cual nos ayudará a prevenir estas situaciones.
Aunque antes tenemos que entender cómo funciona una manta térmica. Como ya sabemos tenemos dos caras de colores diferentes. Estos colores o materiales se comportan de modo diferente, la cara dorada no refleja la luz ni el calor, absorbiéndolo, por el contrario la cara plateada si lo hace, reflejándolo. Un comportamiento que nos dará la pauta a seguir en función del resultado que busquemos.
Es importante estar atentos a los signos previos que las personas tienen antes de tener un golpe de calor, ya que la manta isotérmica nos ayuda a prevenir y mitigar sus efectos pero no es la solución ante situaciones de este tipo. Ten en cuenta que el cansancio extremo sin una justificación aparente puede ser una de las primeras señales.
En estos casos buscamos bajar la temperatura de la persona por lo que deberemos seguir una serie de pasos.
Lo primero que tenemos que hacer es colocar a la persona al cubierto de una sombra. O si no la hay conseguirla usando para ello la manta térmica a modo de toldo.
Tanto si la usamos de toldo como si envolvemos a la persona con ella, la manta térmica la debemos colocar con la parte plateada hacia fuera y la dorada hacia el enfermo. Como ya hemos dicho la parte plateada refleja la luz y también el calor, permitiendo así bajar la temperatura de la persona afectada.
Si envolvemos a la persona con ella es importante dejar bastante holgura para que el aire circule entre la manta y su cuerpo, y así baje la temperatura corporal más fácilmente. Debemos colocar a la persona de espaldas al sol, procurando que la poca brisa que corra le dé en la cara.
Por error solemos asociar la hipotermia a los montañeros que afrontan situaciones extremas de frio en sus expediciones a grandes montañas, pero puede sorprendernos más fácilmente de lo que parece en una simple y sencilla excursión o ruta de senderismo.
Al igual que con los golpes de calor la manta térmica no es la solución final, es una magnífica herramienta de prevención y mitigación de síntomas. Por lo tanto debemos igualmente estar atentos a los primeros síntomas para actuar.
Inicialmente, al igual que con el calor, debemos intentar aislar al máximo a la persona, en este caso del frío. Abrigándolo con la ropa necesaria que nos ayude a parar el descenso de temperatura corporal. Como ya te puedes imaginar tenemos que impedir que se siente directamente en el suelo, ya que de hacerlo seguiría perdiendo temperatura por la parte del cuerpo que estuviera en contacto con el suelo.
En este caso la manta térmica la tendremos que colocar con la parte plateada hacia dentro, al reflejar el calor corporal y siempre que esté bien ajustada, sin aberturas por donde se escape el calor, nos permitirá aprovechar el poco calor del cuerpo para ir aumentando la temperatura de la persona. Por otro lado la parte dorada podrá captar la luz del sol y transmitir el calor que ésta pueda llegar a generar.
Una parte de vital importancia para que la manta térmica sea realmente eficaz para prevenir la hipotermia y mitigar sus primeros efectos, es que esté perfectamente ajustada, sin huecos por los que pueda entrar el aire y escapar el calor. Por supuesto la cara de la persona afectada debe estar al aire para que ésta pueda respirar.
No dudes en utilizar piedras o incluso la nieve para asegurar la manta, siempre con la precaución de que no toquen a la persona afectada para evitar que pierda calor por culpa de ese contacto. Recuerda que hay zonas del cuerpo que son más propensas a perder calor, como por ejemplo los pies o las manos.
Hemos visto situaciones extremas, pero las mantas térmicas nos pueden servir para evitar llegar a ellas. En caso de tener un accidente en montaña o cuando hacemos senderismo también nos serán de ayuda para proteger al herido y que no pierda temperatura o que no pase demasiado calor.
No te olvides de revisar tu manta térmica periódicamente, si ves que ha perdido el color o tiene algún daño en ella no dudes en sustituirla, el fabricante por lo general incluirá en el paquete los datos de caducidad y consejos de mantenimiento.
La manta térmica no es un toldo que podamos usar para acampar o de esterilla para el suelo, para esos usos tienes otros productos.
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