30/05/2019
A todo peregrino le surgen un buen número de preguntas cuando se plantea hacer el Camino de Santiago. Una de las que seguramente más quebraderos de cabeza le causan es la siguiente. ¿Qué equipaje llevar para hacer el Camino de Santiago? Vamos a intentar echarte una mano con esta difícil tarea.
Teniendo claros los puntos anteriores vamos a ponernos manos a la obra
Teniendo en cuenta que pasaremos muchas horas juntos, elegirla bien es vital. Hoy en día tenemos disponible un gran número de modelos. Debe ajustarse perfectamente a nosotros, siendo importante distribuir bien la carga que portamos en ella. El volumen de la mochila debiera estar entre los 30 y los 45 litros de capacidad. También es importante que disponga de bolsillos y compartimentos que nos den cierto juego en el día a día.
Siempre que vemos recreada la figura o el dibujo de un peregrino lo vemos con su típico bordón, por algo será. Los bastones son de gran ayuda ya no solo para evitar lesiones, también para disminuir y distribuir el trabajo al que estamos sometiendo a nuestras piernas.
En muchas ocasiones pasarán muchos kilómetros sin que encuentres una fuente donde beber. Actualmente tienes modernas cantimploras de poco peso y fácil transporte. También puedes llevar la típica botella de plástico desechable pero recuerda que por seguridad no se pueden arrugar ni plegar, y por favor no la dejes tirada en cualquier sitio.
Más que recomendable si te vas a alojar en los albergues. Aunque en muchos casos los albergues de hoy en día cuentan con servicio de sábanas y mantas, previo pago, por higiene no está demás llevar tu propio saco de dormir. Podemos elegir en función del clima un saco sábana o uno de los modernos sacos de fibra que hoy podemos encontrar, cuyo volumen y peso son muy reducidos pero que mantiene un magnífico rendimiento calórico.
Para gustos los colores. ¿Botas o zapatillas? esa es la eterna pregunta y la habitual discusión. Teniendo en cuenta que vamos a llevar una mochila con unos cuantos kilos de peso, que nos hemos de encontrar con terrenos pedregosos y descensos prolongados, nuestro consejo son las botas. Además hoy en día disponemos de magníficas botas de senderismo que aportan comodidad, confort y muy buena estabilidad a la pisada.
Aquí está el truco. Cuando terminamos la dura etapa y salimos del albergue en busca de suministros o para conocer un poco mejor los pueblos por donde pasamos, podemos optar por unas zapatillas ligeras de senderismo. Estas zapatillas además nos permitirán realizar las etapas menos complicadas del Camino de Santiago, aquellas etapas que discurren por los andaderos o por caminos en buen estado.
Unas cros o chancletas nos harán una doble o triple función. Podremos usarlas como calzado de descanso en el albergue, nos podremos duchar con ellas y también nos podrán servir como calzado de paseo por el pueblo donde paremos tras la etapa.
Lo ideal es llevar un par de ellas, que sean técnicas para que ayuden a la transpiración. De secado rápido para que tras lavarlas estén secas al día siguiente. En invierno es posible que necesitemos una más por aquello de que la ropa no seca igual. También es aconsejable llevar una camiseta adicional que nos sirva como camiseta para después de las etapas.
Al igual que con las camisetas lo mejor es llevar un par de ellos o tres. Tienen que ser técnicos por las mismas razones que antes hemos comentado. En invierno los pantalones de cordura seguramente sean una buena elección.
Sin duda elegir bien los calcetines es igual de importante que acertar con la mochila y el calzado. No deben tener costuras, es importante que evacuen bien la humedad y por consiguiente que sequen rápido. Sería aconsejable que llevemos tres pares para no tener problemas.
Puede parecer una elección sin importancia pero nada más lejos de la realidad. Confundirnos puede generarnos molestas rozaduras. Al igual que el resto debe transpirar bien, por ello no es muy aconsejable que sean prendas de algodón o que tengan costuras.
Pasaremos muchas horas bajo el sol, por ello es importante protegerse lo mejor posible. Una gorra, un pañuelo para la cabeza o un sombrero, se encargarán de ello sin agobiarnos o sumar un peso o volumen destacable. Sin olvidarnos que igualmente nos protegerán algo del frío de las mañanas.
Aquí como ya hemos comentado anteriormente el tipo de prenda que tendremos que llevar dependerá de la época del año. Mientras que en verano con un forro polar fino por lo general, nos sobra en invierno necesitaremos una o varias prendas de mayor aporte calórico. Las prendas de fibra nos dan mucho juego a cambio de poco peso y volumen.
Al igual que antes el mercado nos ofrece diversidad de prendas acordes a cada periodo. Es imprescindible que mantenga una buena relación de impermeabilidad y transpirabilidad para que podamos usarla sin problemas durante mucho tiempo en caso de lluvia o para protegernos del viento, a modo de corta vientos.
Los guantes son unos de esos complementos de nuestro equipamiento para el Camino de Santiago que menos importancia parece que tienen. No es así, sobre todo después de vernos unas cuantas horas a merced de la lluvia o del viento. Disponemos de guantes capaces de aportar confort sin que apenas nos ocupen espacio en nuestra mochila.
La ropa y alguno de los artículos que vamos a llevar en nuestra mochila cuando hacemos el Camino de Santiago debieran de ir protegidos de la humedad en bolsas estancas. Y es que por mucho que protejamos la mochila de la lluvia siempre termina entrado humedad a lo que llevamos dentro, y más si tenemos por delante una larga jornada bajo la lluvia.
Hay muchas mochilas que ya nos vienen con este imprescindible artículo. De no ser así no puede faltarnos en nuestro material de peregrinos.
En la oscuridad del albergue, cuando todos nuestros compañeros están durmiendo, necesitaremos una linterna que nos ilumine molestando lo mínimo posible. También podremos usar la linterna de nuestro teléfono móvil. Pero el frontal será imprescindible si madrugamos para aprovechar el frescor de la mañana.
Si la lluvia arrecia tendremos que protegernos de alguna manera. La capa si es lo suficientemente amplia y larga puede realizar esta tarea a las mil maravillas, pero el viento es un problema para ella. El paraguas también da bastante juego, pero es más peso y volumen. Los pantalones de lluvia son otra buena idea, pero si la lluvia te pilla de improviso… además no suelen transpirar bien al llevarlos tiempo puestos.
Pinzas para colgar la ropa, incluso una pequeña cuerda para prepararnos un tendedero personalizado. Mosquetones pequeños para colgar objetos o ropa de la mochila. Estos objetos apenas pesan y nos dan mucho juego a lo largo del camino.
Cuando terminamos la etapa y nos disponemos a conocer el pueblo donde hemos parado, a comprar algo para cenar o para reponer lo gastado, no está demás contar con una bolsa, preferiblemente de tela. Otra posibilidad es llevar con nosotros una mochila auxiliar totalmente plegable y que nos sirva tanto de bolsa como de bolso de mano para la documentación cuando salimos del albergue.
El ambiente que se vive en un albergue con tus compañeros peregrinos sin lugar a dudas es una experiencia única que lamentablemente se puede llegar a convertir en una auténtica tortura cuando nos disponemos a dormir. Y es que si tenemos la mala suerte de no conciliar el sueño con la rapidez suficiente o de, como se dice, tener el sueño ligero, hacerlo puede llegar a ser una tarea imposible gracias a los atronadores ronquidos que habitualmente forman parte de la banda sonora de estos lugares.
Hoy en día los dispositivos móviles se han convertido en compañeros inseparables. Pero como todo aparato electrónico la humedad y las condiciones extremas que nos podemos encontrar no suelen sentarles muy bien. Esta funda para móvil puede servir para evitar un disgusto con este aparato.
Cuando hablamos de repelentes de insectos parece venirnos a la cabeza la imagen de países de otras latitudes, o de los repelentes de mosquitos que se suelen usar para proteger a los bebes o los niños de las molestas picaduras de estos insectos. Pero sería un grave error quedarse con esta imagen ya que no solo ellos están expuestos a las picaduras de los mosquitos, entre otros bichos.
Otra buena idea es contar con una manta de bolsillo que nos aporte calor si lo necesitamos, sobre todo en aquellos albergues donde el frío aprieta.
Por supuesto protegernos del sol es fundamental, por ello no pueden faltarnos las gafas de sol. Además, al llevarlas, también protegemos a nuestros ojos del viento y de las partículas que éste arrastra consigo.
Lo ideal sería llevar un único jabón que sirva tanto para nuestro aseo personal como para lavar la ropa. En algunos albergues tenemos servicio de lavandería que incluye también el jabón, también en las ciudades grandes podremos encontrar lavanderías donde acudir si fuese necesario.
En este apartado también hemos avanzado bastante, ahora disponemos de toallas de muy bajo peso y volumen, pero con un tacto agradable. Éstas, sin lugar a dudas, son mucho mejor opción que el trapo de cocina adsorbente que hasta la fecha utilizaban muchos peregrinos.
Con tantas horas expuestos al sol como habitualmente está un peregrino es importantísimo protegerse con crema solar. No hay que olvidar aplicarla varias veces al día para que mantenga su efecto. En este apartado también tenemos productos pensados para viajes que no tiene tanto volumen.
Es algo con lo que hay que contar. También te pedimos que lleves una bolsa para no tirar los papeles usados al suelo. En el Camino de Santiago hay puntos que se han convertido en verdaderos estercoleros con los que hay que acabar.
Aunque serán muchas las farmacias que encontrarás a lo largo del Camino de Santiago, siempre debes llevar un pequeño botiquín. En él además de los medicamentos que habitualmente tomes, debieras de llevar como mínimo tiritas, esparadrapo, gasas, tijeras, pinzas, agujas hipodérmicas, antiséptico, analgésicos. Y recuerda solo un médico puede recetar los medicamentos.
1-Credencial del Peregrino
2-DNI o Pasaporte
3-Tarjeta Sanitaria o equivalente
4-Dinero en efectivo
5-Tarjeta de crédito o débito
6-Teléfono móvil
Espero cuando menos haber podido aportar algo de luz a la ardua tarea que tiene el peregrino a la hora de decidir que ha de llevar con él en su Camino de Santiago. Lo mejor es hacerse una lista con todo lo que pensamos llevar para que no se nos olvide nada. También es importante probar en la comodidad de nuestra casa como queda todo empaquetado en la mochila.
Buen Camino Peregrino!!!
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