Hace ya algún tiempo un conocido me relataba con cierta amargura su experiencia en una ruta de senderismo. Me explico cómo había preparado y elegido la ruta, y cómo al estar metido ya en faena se dio cuenta que la dificultad de la misma era muy superior a la que inicialmente le habían hecho pensar. Le pregunté entonces por la valoración MIDE de la ruta, su cara me lo dijo todo, el MIDE ¿Qué es? y ¿Cómo funciona?
Y es que ¿a quién no le ha pasado que cuando busca información de una ruta alguien le dice que es sencilla y cuando se encuentra en ella se da cuenta que para él no lo es?. Por supuesto cada persona tiene su propia percepción de los diferentes parámetros que marcan la dificultad de un recorrido de senderismo o montaña, y para intentar unificar estos criterios nació en el año 2002 el sistema MIDE, una herramienta que nos permite mostrar el grado de dificultad de una ruta de una manera homogénea y bastante precisa.
Con el aval del Gobierno de Aragón y de la Federación Aragonesa de Montañismo se creó esta herramienta gratuita que unifica los criterios a la hora de valorar la dificultad y el compromiso de una ruta. Una herramienta que sirve tanto a los que describen una ruta, como a los que buscan información sobre el recorrido.
El Método de Información de Excursiones (MIDE) podríamos decir que los principales parámetros que toma como referencia son:
Medio, toma constancia del entorno donde se realiza la actividad.
Itinerario, diferencia entre el tipo de recorrido a realizar.
Desplazamiento, valora el grado de dificultad que aporta el terreno a la marcha.
Esfuerzo, estima el nivel de exigencia física general del recorrido.
Aunque como veremos estos cuatro factores engloban a sus vez una gran cantidad de parámetros que este sistema tiene en cuenta para darnos su valoración final.
La gran ventaja del método MIDE es que, además de unificar criterios, permite, tanto a excursionistas sin apenas experiencia como a montañeros curtidos, hacerse una mayor idea de las dificultades del itinerario, y así elegir el que mejor se adapte a las capacidades de cada uno. Obviamente estos datos hay que complementarlos con toda la información que podamos encontrar sobre la ruta para poder valorarla correctamente.
Los datos en los que se basa este método se apoyan en tres pilares, a través de los cuales nos va realizando una serie de preguntas referentes a la ruta y su entorno, para posteriormente emitir su valoración desglosada por secciones que será de utilidad para aquellas personas que estén buscando información sobre la ruta, por lo que es importante conocer que entraña cada grado de dificultad de cada sección que nos muestra el informe final MIDE.
En este primer apartado la herramienta nos pedirá datos claves para analizar el recorrido, entre ellos se encuentran:
El nombre de la excursión o ruta.
El tiempo necesario para la realización de la misma, sin tener en cuenta paradas o la preparación física de la persona, ni los posibles contratiempos que pudieran surgir.
El desnivel acumulado tanto de subida como de bajada.
La distancia total del recorrido desde su inicio hasta su final.
El tipo de ruta que es, es decir si es un recorrido circular, volvemos al mismo punto de partida por un trazado diferente; si es una ruta de ida y vuelta o lineal, es decir regresamos por el mismo itinerario por el que llegamos; o si se trata de una travesía, o lo que es lo mismo la ruta termina en un lugar diferente al que se inició.
En el apartado anterior se recogían datos concretos que en teoría no están sujetos a la percepción de la persona que aporta la información. En este apartado la herramienta valora cuantitativamente las diferentes cuestiones que se nos plantean. Para ello se ha fijado una escala numérica del 1 al 5 en la que el 5 es el grado de mayor complejidad. También contamos con una tabla explicativa que aglutina los diferentes criterios que debemos observar para que la herramienta fije el grado numérico que va a dar a cada apartado, reduciendo así en parte el posible error de percepción personal que podamos tener.
En esta ocasión la herramienta nos preguntará por:
Severidad del medio natural, aquí debemos fijar el nivel de exposición que tiene la ruta. Se tiene en cuenta factores tales como posibles desprendimientos, cruce de barrancos y torrenteras, condiciones meteorológicas, distancia al punto habitado más cercano…
Orientación en el itinerario, en esta ocasión deberemos valorar la señalización del recorrido, su estado en lo referente a cantidad de cruces, caminos, sendas y lo definidas o fáciles de seguir que sean.
Dificultad de desplazamiento, este apartado hace referencia al estado real del terreno y a las dificultades que nos surgirán y que nos impedirán caminar y avanzar con facilidad.
Cantidad de esfuerzo, básicamente el tiempo que nos llevará realizar la ruta, pero teniendo en cuenta desniveles y distancias.
Este apartado del método MIDE está más enfocado a rutas en las que sea necesario la utilización de técnicas de escalada o alpinismo, explicándonos las herramientas necesarias para superar los obstáculos que nos encontremos en la ruta.
Esta sección se divide en los siguientes apartados:
Pasos de escalada, se tienen en cuenta los pasos de nivel II y superiores.
Rapel, se avisa de si para poder seguir la ruta es necesario realizar algún descenso en el que sea aconsejable o necesario el uso de esta técnica.
Pendientes de nieve, hace referencia a partes de la ruta que atraviesen o discurran por laderas nevadas.
Una vez hecho esto y rellenado todos los pasos la herramienta nos emitirá un informe gráfico que servirá como referencia para comprender mejor las dificultades que entraña la ruta. Si disponemos de la información necesaria podemos realizar este proceso como uno de los pasos previos en la fase de preparación de la ruta.
Con este método podemos hacernos una mejor idea de la dificultad de una ruta. Pero para realizar nuestra actividad de una manera lo más segura y efectiva posible es necesario complementar la información con guías, libros y publicaciones en internet que nos permitan valorar como es debido si el recorrido se adapta a nuestras capacidades.
Por supuesto es vital que te equipes correctamente y acorde a la actividad que vas a realizar, que consultes la información meteorológica para evitar problemas innecesarios y que dejes dicho a alguien donde vas, cuanto tiempo vas a estar y por supuesto al terminar avísale que ya has vuelto.
Recuerda que el riesgo cero no existe pero que en tu mano está minimizar lo máximo posible los existentes, se prudente, emplea el sentido común en todo momento y disfruta al máximo de la actividad y de la naturaleza.
Aquí tienes el enlace a la herramienta MIDE
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