Qué bota de montaña o senderismo me compro
Cuando nos planteamos comprar una bota para hacer una actividad en montaña o de senderismo y nos plantamos en frente de esa pared de la tienda, con esa estantería sin fin, donde están expuestos un gran número de diferentes tipos de botas, tragamos saliva, miramos de izquierda a derecha y nos preguntamos, ¿y ahora qué?
No es una decisión baladí, en la elección de nuestro calzado reside una importante parcela del éxito de la empresa que queremos acometer. La tarea no va a ser fácil, ya que aunque la industria del calzado está innovando día tras día, no existe una bota que nos valga para todo.
Voy a intentar ayudaros en esta ardua tarea. Lo hare como siempre, de una manera sencilla, sin enredarme en cuestiones técnicas y sobre todo con la mejor intención.
Primero diseccionemos una bota, así nos acostumbraremos a reconocer las partes que la conforman
La suela, la componen varios elementos como son:
- Los tacos (dibujo para el contacto con el terreno)
- Los refuerzos (laterales, frontales, traseros y de planta)
- La palmilla (da rigidez al calzado)
- La plantilla extraíble (está en contacto con nuestro pie, absorbe el sudor y tiene propiedades amortiguantes)
El cuerpo lo componen elementos como:
- El forro o botín (de propiedades térmicas, impermeable y transpirable)
- El material exterior (contacto con los elementos)
- La lengüeta, los cordones y el sistema de atado
La caña tiene varias partes, entre ellas:
- Los estabilizadores laterales de tobillo
- El collarín (parte que cierra la bota sobre la pierna)
Ahora vamos a centrarnos en la actividad que vamos a realizar con ellas
Tenemos que tener claro el tipo de actividad, cuál va a ser el terreno por donde vamos a caminar y en que estación meteorológica se va a desarrollar dicha actividad, de esta manera podremos dar respuesta a algunas preguntas que se nos pueden plantear referente a lo rígida que debe ser la suela, el calor que nos debe de proporcionar la bota, la impermeabilidad y transpirabilidad que debe de poseer y el material de que debe estar hecha. También deberemos saber qué tipo de crampón podemos acoplar a nuestra bota cuando el hielo y la nieve son los protagonistas.
Empecemos:
Si vamos a realizar senderismo, o caminatas donde nos vamos a mover por terreno sencillo sin ninguna o poca dificultad técnica, en cotas bajas y en verano, primavera u otoño, es decir sin condiciones de nieve o hielo, las botas que elijamos deberían tener las siguientes características:
- Han de ser impermeables, transpirables y de secado rápido; con buena capacidad de amortiguación y absorción de impactos contra el suelo a la hora de andar, también tienen que ser ligeras.
- La suela ha de tener un buen grado de flexibilidad longitudinal, pero tiene que tener un mínimo de rigidez transversal, para que se me entienda, una bota por muy poca cosa que sea no puede retorcerse como una zapatilla.
- Esta suela también tiene que tener cierto grado de adherencia, resistencia al desgaste y aislamiento del terreno con el que conseguiremos que no se nos claven las piedras y haremos menos penosas las caminatas.
Mientras que si nuestra actividad se va a desarrollar por terreno más complicado y variado, con largas subidas y bajadas, con dificultades técnicas, donde vamos a tener que lidiar posiblemente con rocas y pequeñas trepadas en verano, primavera u otoño.
- Aquí necesitaremos botas de suela moderadamente rígida, lo que se ha venido a llamar botas semirrígidas; tienen más dureza a la torsión longitudinal y transversal que las anteriores y la caña también suele ser más alta, acostumbran a llevar bandas de goma por el contorno de la bota que favorecen la impermeabilidad a la par de simplificar su mantenimiento, la puntera es más dura, viene preparada para tener un mejor apoyo en roca, el contrafuerte también es duro, esto nos da más estabilidad.
- Suelen llevar más capas de piel para darle una mayor durabilidad frente al rozamiento, pueden ser de cuero pero también suelen combinar materiales sintéticos. A parte de ser impermeables deben de tener un buen grado de transpirabilidad ya que como norma general estaremos con ellas bastantes horas.
- En algunas de ellas, las más técnicas, si os fijáis en la zona delantera de la suela os encontrarais que tienen una “zona climbing” que facilita el apoyo en roca para las trepadas. En definitiva deben tener un buen compromiso entre comodidad y capacidad técnica.
- Si queremos utilizar este tipo de bota en invierno, en media montaña, y con una situación meteorológica benigna, además de todo lo anterior deberemos de comprobar que traigan un buen aislante para el frio y que sequen lo más rápidamente posible ya que si vamos a estar en nieve esto es fundamental para evitar problemas.
- También sería aconsejable fijarnos que el contrafuerte sea lo suficientemente rígido para hundir nuestro talón en la nieve y que la suela sea lo razonablemente firme para que nos ayude hacer huella en el manto blanco con los cantos. Nos deberemos fijar en qué tipo de crampón admite nuestra bota, de correas o semiautomáticos, según tenga pestaña en el talón o no.
Cuando nuestro planteamiento sea hacer ascensiones en invierno, donde la nieve sea protagonista, algo de escalada en hielo, meternos en corredores…
- Necesitaríamos indudablemente una bota rígida.
- El caminar se hace un poco incómodo, pero por el contrario cuando nos toca avanzar en la nieve teniendo que golpear con la punta de la bota o hacer pequeños escalones con el canto de la suela, sujetarnos en pequeños salientes tanto de frente como de lateral, marcan la diferencia en cuanto a seguridad.
- Son botas pesadas, aunque cada vez las hacen más ligeras gracias a la inclusión de nuevos materiales. Llevan buen aislante térmico e incluso algunas de ellas pueden llevar un botín interior extraíble o no.
- Pueden ser de cuero o de plástico según la actividad a realizar, dada su rigidez pueden llevar crampones automáticos. No me quiero extenderme mucho en este caso, ya que deberíamos entrar en cuestiones técnicas propias de la progresión en invierno y este es un tema para otro post.
Vamos con unos consejos, el primero es que os probéis la bota con los calcetines que llevéis a la montaña normalmente, el segundo probaros las botas preferiblemente al final de la jornada, cuando el pie está más caliente y dilatado, el tercero no tengáis prisa en la elección, poneros las botas y andar un rato por la tienda, subiendo y bajando escaleras o si tienen alguna rampa andando por ella, y el cuarto es que al poneros este calzado la sensación tiene que ser buena, sin dolores ni apreturas si no es así no lo compréis y seguir probando.
Pero sobretodo recuerda que planificar la actividad con tiempo nos servirá para equiparnos correctamente y elegir la bota más adecuada para el terreno que vamos a pisar.
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