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Tu huella ecológica

Todos somos conscientes de que las actividades que realizamos generan un impacto ambiental sobre nuestro planeta y que éste será mayor o menor en función de nuestro comportamiento.

Tú huella ecológica

Cambio climático, incendios, desertización… parecen noticias de lugares lejanos provocadas por grandes industrias que solo buscan su propio beneficio y en las que nosotros poco o nada podemos hacer. Sin embargo, seguramente en más de una ocasión, cuando hemos estado realizando algún recorrido o visitando algún lugar nos habremos encontrado con desagradables panorámicas de verdaderos mini-vertederos o zonas usadas a modo de improvisados lienzos donde dejar constancia de nuestro paso por ese lugar. No son pocas las iniciativas que están surgiendo organizando jornadas de limpieza o conservación en la que un buen número de voluntarios, bolsa en mano, recorren los rincones elegidos recogiendo una gran cantidad de basura o restaurando los desperfectos que se encuentran. Cualquiera de nosotros puede poner su granito de arena siguiendo unas sencillas pautas que sin duda ya todos conocemos y que ya ponemos en práctica.

Un rápido vistazo a la relación, que posiblemente ya conozcamos, en la que se enumera el tiempo que necesitan para degradarse los diferentes residuos que nos podemos encontrar en el camino, nos ayudará a reafirmarnos en nuestras buenas costumbres, para que la huella de nuestro paso quede indeleble en nuestra memoria y perdure seguramente en alguna que otra red social, en vez de en el lugar donde estuvimos.

No dejes huella

Por suerte somos muchos, y cada día más, los que estamos comprometidos con el cuidado, el respeto y la conservación del medioambiente y de los entornos naturales y culturales que nos envuelven allí donde vamos.

Cuando preparamos la mochila metemos en ella el agua, la comida y todo aquello que pudiéramos necesitar. Es inevitable generar residuos cuando realizamos una actividad, lo que si podemos evitar es que el lugar por donde pasemos se convierta en un verdadero vertedero. Acciones tan sencillas como llevar una bolsa de basura donde echar los restos del almuerzo, los envases vacíos o los pañuelos de papel que utilicemos, contribuirá a evitar estampas como las que por ejemplo podemos ver en el Camino de Santiago, donde es habitual encontrarse con desagradables rincones convertidos en verdaderos baños públicos que nadie pasara a limpiar e higienizar.

Reponiendo fuerzas tras hacer cumbre

Respetar la flora y la fauna, sabiendo que realmente eres tú el visitante y ellos los habitantes del lugar por donde pasas. ¿Quién no ha caído en la tentación de cortar una flor o de dar de comer a los animales que se nos acercan mientras almorzamos? Este es su hábitat y es importante alterarlo lo menos posible para no encontrarnos con casos como por ejemplo en la Garganta del Cares donde las cabras montesas son verdaderas expertas en el arte de robar bocadillos o aquello que les llame la atención.

Disfruta de la naturaleza

Pintadas, grabados, acciones que ensucian y estropean los lugares donde están

Dejar constancia de nuestro paso por los espacios naturales o culturales sin alterarlos es algo que hoy en día es tremendamente sencillo. Muestras de amor, firmas que atestiguan que hemos estado en ese lugar o simplemente objetos de muy diversa índole que por cuestiones simbólicas se abandonan a su suerte en un determinado punto del recorrido, forman parte de las no pocas agresiones a lugares históricos o naturales, donde nos podemos encontrar la impronta dejada por visitantes anteriores. Una foto subida a nuestras redes sociales seguramente conseguirá mayor difusión que escribir nuestro nombre en una pared o en un árbol, además de que nos será más fácil recordar en cualquier momento ese día sin necesidad de tener que volver hasta él, sin contar que quien la vea podrá reconocernos ya que ¿alguien sabe quienes son Iván y Toño (1.998)?.

Hacha colocada en el tronco de la Cruz de Ferro, en pleno Camino Francés

No son pocos los lugares cargados de simbolismo, cimas de montañas, sitios concretos del Camino de Santiago… todos ellos especiales por uno u otro motivo para las personas que pasan por ellos. A esto se suman antiguas tradiciones que algunos de ellos tienen y que en muchos casos se han ido degenerando haciendo que lo que antes era llevar por ejemplo una pequeña piedra desde tu casa y dejarla a los pies de la Cruz de Ferro, hoy en día se haya convertido en un auténtico punto de reciclaje donde terminan objetos que poco tienen que ver con la espiritualidad que se le supone a este acto. Cada año nos sorprende los cientos de kilos de residuos que se retiran del Camino tan solo en este sitio en concreto, a los que hay que añadir otros muchos de otros puntos del recorrido.

Tenemos que ser conscientes de las devastadoras consecuencias que pueden tener pequeños gestos a los que no damos importancia pero que pueden ocasionar, por ejemplo, incendios de los que la naturaleza tarda mucho en recuperarse impidiendo que futuras generaciones puedan disfrutar de lo que hoy disfrutamos nosotros y que lamentablemente dejan irreconocibles parajes de gran belleza y especial valor medioambiental, como el que afectó al entorno de la cascada del Ézaro entre otros muchos.

Recuerda

Cuida la Naturaleza No tires basuraRespeta el Camino mantelo limpio

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