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¿Sabías que... León

Está situada en una zona casi llana, acunada y regada por las aguas de los ríos Bernesga y Torío, este último cede su caudal al Bernesga después de saludar a la ciudad. La ciudad de León guarda, desde su fundación allá por el siglo I de nuestra era hasta hoy, una larga y densa historia en la que cada época ha ido dejando su impronta de carácter y cultura. Su origen se remonta a los tiempos en que la Legio VII Gemina se asentó aquí y su campamento amurallado fue creciendo con poblados de los familiares de los soldados. Siglos más tarde fueron los visigodos los que la ocuparon y alrededor del año 712 fue conquistada y cayó bajo el dominio de los árabes hasta que el rey Alfonso I el Católico la reconquistó. En el siglo IX Ordoño I la incorpora al reino astur y Ordoño II la convirtió en su capital, comenzando así el Reino de León.

Un poco más de historia

La ciudad fue desarrollándose y ganando en esplendor, debido en parte a la ruta jacobea, con lo que ello conllevaba de instalaciones de hospitales para peregrinos, conjuntos monásticos, iglesias... Los musulmanes a la orden de Almanzor destruyeron la ciudad a mediados del siglo X. Con Alfonso V, a principios del siglo XI, León ve cómo se va recuperando y reconstruyendo, afianzándose a la vez como ciudad, debido todo ello a que con este rey la reconquista cristiana comienza a encaminarse a la victoria definitiva, aunque no se consigue del todo hasta siglos más tarde en el reinado de los Reyes Católicos. En 1230, con Fernando III el Santo, los reinos de Castilla y León se unifican y la capitalidad, que ostentaba León, se hace itinerante. A mediados del mismo siglo su hijo Alfonso X el Sabio mandó construir la nueva catedral. Tras siglos de claroscuros de historia, fue durante el siglo XVIII principios del XIX cuando recibió un nuevo impulso con un crecimiento urbanístico importante. León vivió en sus carnes, como el resto de las ciudades españolas, la Guerra de la Independencia y después la Guerra Civil. En la segunda mitad del siglo XX, entre los años 60 y 70, la ciudad, por el auge de la minería y la industria, se expandió urbanísticamente y en la actualidad es una capital moderna y de su tiempo que combina a la perfección el dinamismo presente con sus largos años de historia.

¿Qué ver en León?

El pasear por León es encontrarte en cada rincón, en cada calle, con un edificio notable, un monumento, una capilla, un trocito de historia que no lo hacen pasar desapercibido. Si empezamos por las orillas del río Bernesga, el Hospital de San Marcos, con su impresionante fachada plateresca, nos invita a sentarnos en la plaza homónima y disfrutar del sol mientras lo admiramos. Llegamos a la Real Colegiata Basílica de San Isidoro, según los expertos verdadera Capilla Sixtina del Arte Románico, aquí se celebraron en 1188 las Cortes de León, las primeras Cortes de la historia. En la Plaza de San Marcelo se aglutinan monumentos de diferentes estilos y épocas; el Palacio de Los Guzmanes del siglo XVI; la Casa de Botines, obra de Gaudí; el palacio del Marqués de Torreblanca del XVII; el antiguo Ayuntamiento de estilo renacentista, o la iglesia de San Marcelo, en su origen la más antigua de la ciudad, su reconstrucción es del XVI-XVII. Subiendo por la Calle Ancha, la Pulchra leonina, la catedral, impresionante obra del gótico español, donde la belleza y las formas se armonizan. Con espectaculares portadas llenas de esculturas, como la de la Virgen Blanca, la de San Froilán o la Virgen del Dado y en su interior la luz multicolor originada por sus bonitas y numerosas vidrieras, no nos permite dejar de mirar hacia arriba en un intento de querer captar toda su grandiosidad.

Para descubrir

La iglesia de Nuestra Señora del Mercado, es uno de los templos más importantes de la ciudad por su antigüedad, a la vez que puede ser la que está más unida al Camino. Sus muchas plazas, como la del Grano o la Mayor. Sus murallas, que aunque las actuales datan del siglo XIV, las originales se pierden en los albores de la historia de León, de las once puertas que tuvo el Arco de la Cárcel o Puerta del Castillo es una de las mejor conservadas. Sus museos y edificios culturales completan el deambular por la historia y el arte de esta bonita ciudad a la que le dan frescor natural sus paseos por parques y jardines. No podemos despedirnos de León sin pasar por el Barrio Húmedo, el recorrido ahora nos lleva por un abanico de tascas y restaurantes donde degustar los platos, tapas y vinos de la zona que alegraran nuestro cuerpo.

Fiestas

León festeja a San Froilán el 5 de octubre, fecha en la que murió este querido e importante personaje de su época y que fue nombrado obispo de León por el rey Alfonso III atendiendo a la petición del pueblo. A su muerte fue enterrado en la Catedral, en el sepulcro que Alfonso III mandó construir para sí mismo. La semana grande de la ciudad, las fiestas mayores, son las que se celebran a últimos de junio, en honor de San Juan y San Pedro.

Tradiciones

León es una ciudad de tradiciones muy arraigadas. En sus fiestas están presentes actos y eventos que conocen siglos de vida e historia, como su Semana Santa. Las Cantaderas, acto que conmemora la liberación del legendario tributo de las cien doncellas después de la victoria de los cristianos sobre los musulmanes en la Batalla de Clavijo. Las Cabezadas, que es como se conoce al evento conmemorativo de la ofrenda que el ayuntamiento hacía en la basílica de San Isidoro y que daba, lugar a una disputa verbal con el cabildo catedralicio. En dicha disputa siempre quedan empatados y aplazados para el próximo año. El saludo con el que se despiden los ediles son tres reverencias con una inclinación exagerada, de ahí el nombre del festejo. Además León nos ofrece todos los miércoles y sábados su tradicional mercado de productos agrarios que se realiza en la Plaza Mayor desde la época medieval.

Curiosidades

El patrón de León es San Marcelo, centurión romano de la segunda mitad del siglo III que murió mártir por abrazar el cristianismo. Su festividad se celebra el 30 de octubre.

Leyenda

La Catedral de León guarda muchos misterios, produce muchas sensaciones, eleva la mente y el espíritu y quizá te hace notar sensaciones nuevas. A lo mejor eso es lo que le paso a un vagabundo no hace demasiado tiempo, solía pasarse los días dentro de la Catedral y por la noche dormía en sus alrededores. Una madrugada escaló sus paredes y rompiendo una de las vidrieras se coló dentro, justo en la Capilla de la Virgen Blanca, hay busca un sepulcro, el del infante Don Alfonso de Castilla, el que según este vagabundo, es un maligno, un rey convertido en vampiro y el causante de que oyera esas voces en su cabeza llamándole y exhortándole para que liberara a León y su Catedral de estos seres. El vagabundo se dirigió a esta tumba con el único deseo de clavarle una estaca en el corazón, sin embargo lo que hizo fue pasarse la noche delante de la tumba ¿hablando con ella? y luego se fue por donde había entrado sin ocasionar ningún otro destrozo. Según datos de la época Don Alfonso, heredero de la corona, fue decapitado en 1317 por su hermano para así poder acceder al trono, pero su cabeza no se enterró junto con su cuerpo, quizá porque en el medievo se enterraban así a aquellos que se pensaban que podían regresar, que no morían, como podía ser Drácula. Y sea fruto de la casualidad o no el infante Don Alfonso es el único que está enterrado sin cabeza en todo el templo.