El transito amable de la llanura a la montaña
Hospital de Órbigo, en el fértil valle del río Órbigo, queda atrás para transportarnos por la comarca de la Maragatería hasta Rabanal del Camino, a las puertas de los Montes de León, pasando antes por la histórica y monumental Astorga. El recorrido se transforma de la planicie del páramo leones a las redondeadas formas del perfil de las primeras montañas a las que nos acercamos en muchos kilómetros. Un trayecto este del Camino Francés que nos llevará entre la historia, las tradiciones y la gastronomía que han conformado estas tierras desde hace miles de años.
La iglesia de San Juan, en Hospital de Órbigo, nos sirve de punto de partida de esta etapa 19 Hospital de Órbigo-Rabanal del Camino con 35,7 Km por delante. Las diferentes alternativas que nos ofrece el recorrido siguen siendo la tónica habitual y salen a nuestro encuentro nada más comenzar la jornada haciéndonos elegir entre el lineal andadero junto a la nacional o la hospitalidad de las localidades cercanas como Villares de Órbigo o Santibáñez de Valdeiglesias. El Crucero de Santo Toribio hace las veces de punto de unión entre ambas opciones del Camino Francés y de privilegiado mirador donde perdernos en contemplar la inconfundible silueta de Astorga y de los Montes de León en nuestro horizonte. Pero antes de llegar a la ciudad debemos parar a conocer San Justo de la Vega que anticipa nuestra llegada a Astorga. Ciudad milenaria muy unida al Camino de Santiago, por la que pasaron diferentes pueblos que dejaron su impronta en ella, como las Murallas construidas originalmente en época romana sobre el siglo III y IV.
Las imponentes torres de la Catedral de Santa María que llamaron nuestra atención desde antes de llegar a la ciudad, forman parte de un conjunto que incluye diferentes estilos arquitectónicos como el gótico o el plateresco de su fachada occidental. Junto a ella el impresionante Palacio episcopal, obra de Gaudí, y que hoy en día alberga el Museo de los Caminos, sin olvidarnos de su ayuntamiento en cuya bonita fachada podremos contemplar su tradicional reloj, son algunos de los tesoros que junto a los culturales o los gastronómicos esconde Astorga. Desde aquí comienza nuestro periplo por parte de las poblaciones que componen esta comarca y que nos irán acercando hasta las ya no tan lejanas montañas. La ermita del Ecce Homo del siglo XVIII, situada en las proximidades de Valdeviejas, bien podría marcar el comienzo de nuestra ascensión al Monte Irago que se prolongará hasta el siguiente día. Murias de Rechivaldo y la característica espadaña de su iglesia de San Esteban del siglo XVIII es un claro ejemplo de la típica población maragata, cuyo máximo exponente lo encontramos si desde aquí nos decidimos a seguir la variante que nos llevará hasta Castrillo de los Polvazares.
Esta localidad de calles empedradas y casas blasonadas fue declarada Conjunto Histórico Artístico y conserva íntegra su arquitectura popular. Independientemente la vía elegida Santa Catalina de Somoza es la siguiente parada obligada, dada su bien conocida hospitalidad jacobea. La iglesia de Santa María se deja ver desde antes de llegar a esta acogedora población. El incansable ascenso nos lleva hasta El Ganso donde todavía se conservan algunas casas teitadas con las prehistóricas cubiertas de pajas de centeno. La iglesia de Santiago alberga la capilla del Cristo de los peregrinos. Tras recuperar fuerzas afrontamos el tramo con mayor distancia entre localidades para llegar hasta Rabanal del Camino, pero antes de llegar se encuentra la ermita de la Vera Cruz, construida en sillarejo y techada por teja árabe en el siglo XVII o XVIII. Cabe destacar la iglesia de la Asunción, una de las pocas muestras del románico que veremos en esta parte del Camino Francés y poco antes de llegar hasta ella, la ermita de San José del siglo XVIII nos da la bienvenida a esta localidad donde finaliza el recorrido.
Cuenta la leyenda que en la ermita del Ecce Homo una peregrina vio cómo su hijo cayó al pozo del templo, ésta, temiéndose lo peor pidió ayuda a Santiago viendo cumplido su petición de auxilio cuando las aguas devolvieron sano y salvo al pequeño.
Día duro por el kilometraje, la falta de sombra y el asfalto que suponen un gran esfuerzo para nuestro amigo, por lo que no podemos dejarle que le sume más carga de distancia que la necesaria. El terreno de tierra es el mayoritario, alternándolo con el asfalto, por lo que con los cuidados pertinentes no tendría que darle problemas. Mucha atención en los cruces con la nacional y en los tramos de carretera local, con más tráfico del deseado.
La cercanía entre las poblaciones es un aliado que debemos aprovechar para que se refresque y para reponer las reservas de agua que por otra parte no pueden faltarnos ya que es un terreno abierto y por lo general sin puntos de agua intermedios.
A las mascotas habituales a nuestro paso por las diferentes localidades tenemos que sumar el ganado que si vamos por la variante de Santibáñez nos encontraremos. Por lo demás transitamos en gran parte por monte bajo por lo que podemos encontrarnos con la fauna que lo habita en cualquier momento.
La empedrada calle Álvarez Vega que nos trajo hasta Hospital de Órbigo (0h 00min) nos hará las veces de guía por la localidad, siendo la plaza junto a la iglesia el punto de partida para esta larga etapa.
Pronto nuestra recta calle se ve cortada por una carretera que cruza Hospital de Órbigo y que nos veremos obligados a atravesar para continuar recto ahora por la calle Camino de Santiago.
Seguimos avanzando dejando a nuestra derecha una calle que se desvía del recto recorrido que llevamos y que nos sacara de la localidad. Al final de la calle, justo donde finalizan las edificaciones, nos encontraremos en otro de los múltiples lugares del Camino donde tendremos que decidir que opción de las que se nos plantean escoger.
Aquí podemos seguir recto en busca de los inseparables compañeros de viaje, andadero y la nacional, que nos han acompañado desde León. Por contra si giramos a la derecha tomaremos la variante de Santibáñez de Valdeiglesias algo más larga pero que nos llevará entre campos de cultivo y pequeños cerros. La pista parcelaria que continua el recto discurrir de la calle que nos sacó de la población se cruza con varios caminos que a izquierda y derecha dan acceso a las diferentes parcelas.
Sin abandonar esta pista en ninguno de estos cruces vemos cómo poco a poco se va arrimando a la nacional
Al llegar a su altura el camino discurre paralelo a ella unos metros hasta verse cortado por otra pista, momento en el que perdemos la comodidad del ancho camino para transitar por una estrecha senda junto a la nacional.
Este tramo por la senda, sin apenas protección contra el abundante tráfico que soporta la nacional, finaliza al encontrarse con la carretera que conduce hacia el cercano Villares de Órbigo.
Frente a nosotros vemos una carretera de servicio por donde, tras cruzar la que lleva hacia Villares, debemos continuar. Este tramo de antigua nacional se ha quedado como vía de acceso a las fincas y a la carretera que lleva hasta Santibáñez de Valdeiglesias.
La nacional queda ahora sobre nuestras cabezas y casi sin darnos cuenta llegamos al cruce con la vía de acceso a Santibáñez donde seguimos recto sin desviarnos.
Tras un corto ascenso volvemos a encontrarnos con la nacional, viéndonos obligados a recorrer un corto tramo por su arcén, junto a unas casas.
Este tramo finaliza poco después al volver a aparecer el antiguo trazado en desuso de la nacional por el que continuamos.
Al rato este tramo vuelve a verse cortado por una pista, momento en el que nuevamente pasamos a recorrer una estrecha senda que nos llevará rápidamente al cruce de Estébanez de la Calzada.
Es en este lugar donde nos vemos obligados a cruzar la peligrosa nacional, ya que es al otro lado por donde continúa el Camino.
Nada más cruzar dejamos frente a nosotros la carretera que lleva hasta esta localidad para seguir nuestro recorrido que vuelve a discurrir por la antigua carretera que transita paralela a la nacional.
Esta parte del recorrido es un continuo e incómodo tobogán que nos recuerda a etapas anteriores, siempre al amparo por un lado de la nacional y por el otro de los campos y de los ordenados árboles que jalonan el trazado.
Al llegar a lo alto de uno de estos toboganes el recorrido gira suavemente hacia la derecha dejando atrás una pista de tierra que prosigue recto y el puente que cruza la cercana autopista. Unos pocos metros más adelante volvemos a vernos obligado a cruzar la engorrosa nacional, esta vez por un lugar bastante más peligroso que el anterior.
El recorrido prosigue por un camino en muy buen estado, ahora con la nacional a nuestra izquierda, hasta volver a encontrarse con otra nueva carretera que se interpone a nuestro paso.
Tras cruzar esta carretera el camino por el que transitamos parece finalizar, momento en el que vuelve a convertirse por unos pocos metros en la antigua nacional.
El asfalto vuelve a dejar paso a una pista de tierra que comienza a separarse de la compañía de la nacional.
Una vez más nos vemos obligados a cruzar otra carretera local para seguir la pista que bordea un ordenado bosque de pinos.
A lo lejos ya podemos contemplar el crucero de Santo Toribio, punto de unión con los peregrinos que eligieron la variante de Santibáñez de Valdeiglesias.
Desde aquí y tras contemplar la panorámica de Astorga que ofrece este privilegiado mirador, comenzamos un rápido descenso por un cuidado camino que nos lleva a las puertas de la siguiente localidad.
El descenso finaliza en un pequeño parquecillo que da paso a la carretera de entrada a la población. Siguiendo la recta acera que bordea la carretera y sin desviarnos en ninguna de las diferentes opciones que nos encontramos llegamos hasta San Justo de la Vega (2h 40min).
Si por el contrario nos animamos a recorrer el aproximadamente 1 Km más que supone la variante de Santibáñez, en vez de seguir recto a la salida de Hospital tendremos que tomar la pista de nuestra derecha.
Este recorrido nos lleva entre campos de cultivo atravesando un verdadera maraña de caminos que se cruzan con el nuestro.
La planicie por la que caminamos nos permite, en días de buena visibilidad, ver a lo lejos una arboleda que nos puede servir de referencia ya que es a ella hacia donde nos dirigimos.
Sin desviarnos de la pista principal por la que caminamos pronto llegamos a esta chopera que precede a la primera localidad de la variante.
A nuestra entrada en la población seguimos dejando a izquierda y derecha cuantos cruces nos encontramos hasta vernos obligados por unas casas a girar a la derecha.
Al poco de este pequeño giro la calle por la que vamos confluye con un canal de agua y una ancha calle, el Camino los atraviesa a ambos dejando a la derecha la arbolada calle que se adentra en Villares de Órbigo (0h 25min) y a la izquierda el canal de agua, para seguir su curso.
Esta nueva calle por la que caminamos serpentea entre las casas hasta que justo antes de llegar a una pequeña plaza, el Camino gira a la izquierda para seguir por la calle que hace las veces de carretera de entrada a la localidad.
El trayecto sigue siempre la calle de asfalto dejando atrás cuantos calles nos encontramos. Rápidamente llegamos a las afueras de la población donde nos encontramos con la carretera que desde la nacional llega hasta aquí.
Frente a nosotros, pero algo a nuestra izquierda comienza el camino por donde tenemos que continuar tras cruzar esta carretera.
Esta pista de tierra, que deja a la derecha un pabellón, se aleja de la carretera para poco después girar a la izquierda y seguir hasta una pequeña área de descanso.
El recorrido atraviesa esta zona, dejando a la izquierda un camino que llega desde la cercana carretera, para continuar con un suave pero continuado ascenso.
El camino, en no muy buen estado, va avanzando a media ladera del cerro que vamos ascendiendo dejando un camino que se desvía a la derecha. Siguiendo esta pista en todo momento llegamos a su final justo cuando se encuentra con una carretera que asciende desde la que antes dejamos atrás.
El recorrido prosigue el ascenso por ella remontando el poco desnivel que nos queda para superar la loma que se interpone en nuestro camino. Esta carretera nos llevará sin perdida hasta nuestro próximo objetivo.
Tras un cómodo descenso llegamos a las inmediaciones del siguiente núcleo urbano al que nos adentramos siguiendo el curso de la carretera que nos trajo hasta aquí. Iremos dejando tras nosotros alguna que otra calle hasta vernos en la necesidad de decidir ya que nuestra guía se bifurca en dos.
Siguiendo la calle de la derecha llegamos definitivamente a Santibáñez de Valdeiglesias (0h 50min). Nada más tomar esta calle nos encontramos con otra a nuestra derecha y unos pocos metros más adelante, dejando a nuestra espalda una soterrada fuente, con una más que es por donde continúa el recorrido.
Esta calle, curiosamente, se une rápidamente a la anterior para juntas ir conduciéndonos a las afueras de la localidad. Pronto nos veremos caminando de nuevo por una polvorienta pista de tierra que va dejando a su paso pabellones y caminos que conducen a ellos.
El itinerario sigue el curso de esta amplia pista a través de campos, ascendiendo poco a poco y alejándonos de Santibáñez.
Al rato y después de cruzarnos con algún solitario camino que sale a nuestro encuentro llegamos a un cruce de pistas donde seguimos recto dejando a nuestra derecha una pequeña y curiosa zona de descanso.
Poco después de este cruce dejamos la pista de la derecha que asciende hacia el cerro para seguir por la de la izquierda que nos lleva a un suave descenso.
La pista se extiende a lo lejos dejándonos ver su recorrido y la nueva zona de ascenso que nos espera. Esta parte del recorrido vuelve a encontrarse con otros caminos que deberemos ignorar para continuar por la pista principal bien marcada.
Poco después de comenzar el siguiente ascenso, todavía sin casi desnivel, el trayecto deja a su izquierda una amplia pista para proseguir una vez más sin dejar el camino por el que transitamos.
La pendiente va ganando en inclinación sin exigirnos demasiado esfuerzo al mismo tiempo de que el camino aumenta su empedrado firme, no perdiendo su bien marcada línea que nos servirá de referencia en los cruces que nos encontremos.
El incansable paso de los peregrinos ha creado alguna bifurcación que vuelve a unirse poco después.
Al llegar a lo alto del cerro volveremos a tener que dejar a izquierda y derecha las pistas que confluyen en este punto para seguir recto y comenzar un nuevo descenso.
Una vez más son varios los caminos que vienen a saludarnos y a los que tendremos que hacer caso omiso siguiendo nuestro recto curso.
Los suaves toboganes nos llevan de los límites del bosque a atravesar campos de cultivos en un continuado sube y baja. Una típica edificación de adobe hacia la que se encamina nuestra pista nos sirve de referencia al recuperar parte de la altura perdida.
Poco después de pasar junto a esta edificación nos encontramos con una carretera que debemos atravesar para continuar por la cómoda pista de tierra.
El recorrido bordea un bosque de alineados pinos hasta llegar a otro cruce de pistas, es en este lugar donde de las dos pistas que tenemos a la izquierda, el Camino deja la de más a la izquierda que sigue bordeando el bosque, para continuar por la otra que corta diagonalmente los campos.
Unos cuantos metros más adelante nos espera el crucero de Santo Toribio, lugar donde se unifican ambas opciones que llegan desde Hospital de Órbigo.
Sin desviarnos de la carretera por la que llegamos y que hace las veces de larga avenida que recorre la localidad iremos dejando atrás un buen número de calles que nos salen al encuentro.
Casi sin darnos cuenta nos vemos ya fuera de San Justo caminando hacia el puente que nos servirá para cruzar el río Tuerto.
La carretera nos sigue marcando el recorrido, hasta que poco después de cruzar el segundo puente nos encontramos con una pista de cemento que a nuestra derecha nos separa de la carretera.
No son pocos los peregrinos que prefieren la cansina compañía de la carretera ya que nada más tomar el desvío la pista vuelve a girar a la izquierda para proseguir paralela a la carretera.
El Camino de Santiago sigue por la pista, ahora de tierra, alejado lo suficiente de la bulliciosa carretera, encaminándose hacia unos pabellones. Astorga ya hace tiempo que nos observa y su cercanía nos permite ir descubriendo poco a poco sus encantos, mientras que avanzamos dejando tras nosotros los caminos con los que nos cruzamos.
Los pabellones quedan definitivamente atrás y la pista por la que vamos zigzaguea obligada ya por las edificaciones.
Un pequeño puente de piedra nos sirve para cruzar un riachuelo que nos corta el paso.
Nada más cruzar el puente tenemos que girar a la izquierda y continuar ahora por camino asfaltado. Rápidamente este camino asfaltado nos lleva hasta el recto y antiguo trazado de la carretera que antes dejamos y que se ve cortado por la moderna red ferroviaria que llega hasta Astorga.
Una pasarela metálica nos permite atravesar la vías férreas, salvando así este escollo. Al otro lado la antigua carretera vuelve a marcarnos el rumbo del Camino.
Escasos metros antes de que la carretera se vea cortada por las vías del tren, ahora las antiguas ya sin uso, tenemos que desviarnos hacia la izquierda para seguir la carretera que comienza en ese punto.
Aquí existe la posibilidad de tomar una senda que bordeando un muro y una casa acorta la vuelta que dibuja la carretera. La acera que flanquea la carretera nos sirve de guía para conducirnos hasta el antiguo paso a nivel donde sale la senda que acorta el obligado dibujo de la carretera.
Al llegar a una rotonda, un paso de peatones nos permite cruzar a la izquierda para sin atravesar ésta seguir la calle que a esa mano se encamina hacia la localidad.
Siguiendo esta calle pronto nos encontramos con las primeras casas. Al final de la misma el recorrido vuelve a girar a la izquierda suavizando por ahora el ascenso que habíamos empezado pasos atrás.
Al poco llegamos a un nutrido cruce de calles donde tenemos que girar radicalmente para retomar el ascenso por la calle que a nuestra derecha casi nos obliga a retornar sobre nuestros pasos.
Al finalizar esta corta pero intensa rampa llega a su fin. El Camino vuelve a girar a la derecha bordeando la iglesia de Nuestra Señora del Castro para seguir adentrándose en la histórica población.
Cuando la adoquinada calle gira a la derecha el itinerario continua recto pasando por una estrecha calle que nos permite ver la plaza de Astorga (3h 25min).
En el extremo contrario de la alargada plaza de España, en su parte izquierda comienza la calle Pío Gullón por donde prosigue el Camino.
Esta parte del recorrido va dejando a ambos lados las calles con las que se va cruzando. El serpenteante trazado nos introduce en el corazón de la ciudad.
Tras este recorrido por las calles de Astorga el itinerario gira a la derecha obligado en parte por los edificios.
A los pocos metros la calle desemboca en una amplia plaza, donde la catedral y el palacio de Gaudí nos sirven de referencia.
El Camino Francés sigue en busca de la fachada principal de la catedral, llegando hasta su portada principal.
Justo frente a ella comienza la calle por la que tenemos que continuar y que nos llevará, con la catedral a nuestra espalda, hasta un nuevo cruce.
En él tenemos que girar a la derecha para continuar un largo y recto tramo.
La calle por la que ahora caminamos deja a su izquierda un pequeño parque para brindarnos el encaminarnos por unas estrechas aceras hacia las afueras de la ciudad.
Esta calle, la cual no tenemos que dejar en ninguno de los cruces con los que nos encontremos, finaliza en la antigua N-VI.
A nuestra derecha veremos un paso de peatones que nos servirá para atravesar la nacional ya que el itinerario prosigue recto por la carretera que frente a nosotros conduce a Santa Coloma de Somoza y a Castrillo de los Polvazares entre otros.
Nos espera un relativamente largo tramo de carretera que por suerte cuenta con acera y su andadero posterior en casi todo el recorrido. Nos despedimos de Astorga siguiendo el curso que marca esta concurrida carretera.
Pronto llegamos a la altura del cruce con Valdeviejas, localidad cercana a la ciudad y que también ofrece su hospitalidad y servicios al peregrino que lo necesite.
Dejando atrás el desvío hacia Valdeviejas el siguiente lugar de paso es la ermita del Ecce Homo, momento en el que es mejor pasarnos al lado derecho de la carretera si no lo habíamos hecho ya.
Acto seguido la carretera cruza sobre la A-6, momento en el que la acera finaliza. Nada más cruzar el puente nos encontraremos con el inicio del andadero que nos evitará caminar por la, en ocasiones transitada, carretera.
Este andadero discurre encajado entre la carretera y una pista que da acceso a las diferentes fincas que la bordean.
Esta primera parte de andadero finaliza bruscamente en una pista asfaltada, momento en el que dejando la pista que sigue recto, nosotros tendremos que regresar a la cercana carretera.
En el lado izquierdo de la carretera encontramos un puente metálico que nos permite cruzar un arroyo para seguir el rumbo la carretera.
Este tramo sin arcén tiene alguna corta escapatoria y una estrecha senda que discurre al borde de ella. Por suerte pronto llegamos al comienzo del camino que nos llevará hacia la siguiente población del día, ya cercana. Murias de Rechivaldo (4h 25min) nos recibe al llegar a una pequeña plazoleta junto a un parque.
Lugar donde tendremos que volver a decidir si continuar recto siguiendo el Curso original del Camino o por contra giramos a la derecha para dirigirnos por la variante que nos llevará a conocer Castrillo de los Polvazares.
Sin mayor complicación que seguir la recta calle que nos trajo hasta aquí rápidamente llegamos a los límites de la localidad.
Una vez más nos encontramos con el andadero y junto a él una pista de tierra que nos acompañará en todo momento. La planicie del terreno por donde vamos oculta en parte la suave pero constante subida que ya empieza a hacerse notar.
Sin abandonar el andadero en los cruces que salen a nuestro paso llegamos al encuentro con la carretera que antes dejamos. Nuevamente nos vemos en la obligación de cruzarla para proseguir la marcha por el andadero que continua al otro lado.
Esta parte, con rampas más pronunciadas, discurre encajada entre la inseparable pista de tierra y la carretera que lleva hacia la siguiente localidad del día.
Cuando la pendiente vuelve a suavizarse nos encontramos con el cruce de caminos por donde se unirán a nosotros los peregrinos que hubieran decidido visitar Castrillo de los Polvazares. El andadero nos conducirá sin posibilidad de error hasta las puertas de la próxima población.
Un camino entre los antiguos muros de piedras que delimitan los terrenos del municipio nos guiará hasta el interior de Santa Catalina de Somoza (5h 25min).
Los que decidan recorrer los aproximadamente 1,5 Km que supone de más esta variante y visitar la bonita localidad de Castrillo de los Polvazares, tendrán que girar a la derecha y encaminarse hacia la cercana carretera.
Al llegar a ella tenemos que volver a girar a la izquierda y seguirla, atravesando Murias. Algo después de salir de la localidad a nuestra derecha comienza el andadero que nos evitará la carretera.
Este andadero o camino, nos conduce recto sin lugar a pérdida hasta las proximidades de la población. Finalizando justamente en la carretera de entrada a ella por donde continuaremos.
La entrada a la localidad ya nos deja intuir la cuidada estética que tanta fama le ha reportado, la calle perfectamente adoquinada nos hará las veces de guía por Castrillo de los Polvazares (4h50min).
La calle Real, que es la que debemos seguir en todo momento, nos hará recorrer toda la población.
Un crucero marca el final de la calle Real, momento en el que ésta se bifurca, debiendo continuar por la calle de la izquierda que nos sacará de la población.
A las afueras de Castrillo de los Polvazares nos encontramos en un cruce donde debemos girar a la izquierda y continuar por la carretera que nos lleva hacia un solitario campo de fútbol y baloncesto.
Esta carretera por la que vamos bordea un muro de piedras girando a la izquierda, mientras que nosotros tenemos que continuar por la derecha. Rápidamente el asfalto deja paso a la tierra, lugar donde nos encontramos con una bifurcación en la que el Camino sigue por la pista de la izquierda.
Esta parte del recorrido, mal señalizada nos obliga a estar atentos para evitar rodeos innecesarios. Comenzamos a ganar poco a poco altura dejando a nuestra espalda la población y la línea horizontal que marca el bosque. Pronto nos volvemos a encontrar con otro cruce en el que debemos seguir recto para llegar sin perdida directamente hasta el andadero.
Siendo aquí donde nos uniremos a la vía habitual del Camino de Santiago que llega desde Murias de Rechivaldo.
La calle Real por donde entramos en Santa Catalina nos conducirá en su recto discurrir por la localidad.
Esta calle nos devuelve a la carretera por donde tenemos que continuar unos cuantos metros hasta salir definitivamente de la población.
Un poco más adelante nos volvemos a encontrar a nuestra derecha con el comienzo del andadero por donde seguimos. El recto andadero se alarga hasta perderse a lo lejos de nuestra vista, mostrándonos el desnivel al que nos tenemos que afrontar. El recorrido combina tramos en los que va cogiendo más evidentemente altura con zonas más lisas.
Algún que otro solitario cruce nos rompe la monotonía del andadero que por suerte permite que disfrutemos del interesante paisaje que tenemos por delante. La siguiente población de la jornada se muestra ante nosotros dejándonos intuir a su espalda el punto final de la etapa y a lo lejos parte de la del siguiente día con Foncebadón y el Monte Irago donde se encuentra la Cruz de Ferro.
El andadero nos expulsa nuevamente a la carretera para recorrer la escasa distancia que nos separa del siguiente objetivo.
Rápidamente nos encontramos con el desvío que nos obliga a separarnos de la carretera a la que algo más adelante volveremos. Esta calle por la que caminamos nos introducirá definitivamente en El Ganso (6h 30min).
Una vez más la calle Real nos guiará por la localidad sin dejar que nos salgamos de ella.
Casi al final, cuando las casas parecen dejar paso a los campos, a nuestra izquierda veremos la calle que nos dirige hacia la iglesia por donde seguiremos. Esta calle nos lleva a pasar junto al vetusto edificio devolviéndonos a la carretera.
El Camino de Santiago retoma entonces el rumbo perdido para continuar avanzando por la localidad siguiendo el curso que marca la carretera.
Como si de un déjà vu se tratase nos encontraremos una vez más con el inicio del andadero poco después de despedirnos de la población. El tramo que nos espera, uno de los más largos del día entre localidades, también es el más entretenido y exigente, en cuanto al terreno que recorreremos se refiere.
El andadero pierde su recto discurrir para serpentear entre las pequeñas lomas que recorre. Tras pasar un área de descanso, junto a un cruce, el desnivel comienza a hacerse algo más acusado.
Pronto llegamos al final de nuestro compañero viéndonos obligados a regresar a la carretera. Este tramo nos llevará a salvar una exigente rampa, el paso de los peregrinos ha creado una incómoda senda al borde de la carretera que en ocasiones nos invita más a salirnos de ella que a seguirla.
Al finalizar el recto ascenso nos encontramos con el comienzo de un ancho camino que transita junto a la carretera evitándonos seguir por ella. Rabanal del Camino ya se ve claramente, aunque no debe confundirnos su falsa cercanía, ya que todavía nos queda un buen trecho.
Este ondulante camino nos acompañará un buen rato hasta llegar al cruce con la carretera de Rabanal Viejo, momento en el que finaliza la pista y nuestro recorrido vuelve al asfalto. En este lugar no debe confundirnos la senda que bordea la carretera ya que nos llevará hasta un prado junto al arroyo de Reguerinas, el itinerario prosigue por la carretera.
Nada más pasar el puente del arroyo nos volvemos a despedir de la carretera para seguir por el camino que a la derecha se adentra en el bosque. Para los ciclistas es mejor seguir la carretera ya que el estado de parte del recorrido y junto a su desnivel nos puede obligar a echar pie a tierra.
Poco después de comenzar la subida, como si de una nueva oportunidad de cambiar de opinión se tratase dejamos a la izquierda un camino que de seguirlo nos llevaría hasta la carretera. Tras una exigente subida por una trocha con el firme bastante descompuesto el recorrido suaviza su desnivel y se vuelve a emparejar a la carretera volviéndonos a dar más enlaces con ella.
El camino, en bastante mal estado, continúa recorriendo los límites del bosque acompañado por el cercano asfalto, llegando a su punto final poco después de finalizar el frondoso bosque que circunvala.
Ahora la carretera nos guiará de nuevo hacia el final de la jornada. Esta parte del recorrido no pierde su continuada subida y nos vuelve a ofrecer la posibilidad de seguir la senda al borde de la carretera formada por el incansable pisar de los peregrinos.
Nada más pasar la ermita del cementerio de Rabanal nos encontramos con una pista de cemento a nuestra derecha que nos conducirá directamente hacia la localidad. Nos toca una nueva rampa de ascenso que, sumado al cansancio acumulado, se hace más dura de lo que en realidad es.
Sin desviarnos en ningún momento pronto las edificaciones se van adueñando del entorno indicándonos que hemos llegado a Rabanal del Camino (8h 20min), donde finaliza la etapa.
Una vez más el itinerario que sigamos de las diferentes posibilidades que tiene la etapa marcará la distancia de la misma.
Las diferentes variantes que podemos elegir no marcan una gran diferencia en el tiempo total que tenemos que emplear, ya que no suponen un gran aumento de distancia, aunque si debemos tenerlo en cuenta en caso de incorporar ambas a nuestra planificación, ya que suponen aproximadamente unos 45 min más en total.
En invierno la zona suele registrar fuertes nevadas, por lo que nos podemos encontrar con el terreno totalmente nevado desde muy abajo. Esto, sumado a las bajas temperaturas, nos obliga a informarnos muy bien del estado del recorrido y de los lugares que encontraremos abiertos. La carretera se convierte entonces en la inseparable compañera de viaje, ya que de haber nieve es la única que se intenta mantener limpia. El resto del año la escasez de sombra es el mayor escollo que encontraremos. El paisaje nos brinda toda su espectacularidad durante todo el año, gracias a su ausencia de obstáculos y a la cercanía de las montañas, nos permite disfrutar de unas magníficas panorámicas.
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Física
Etapa exigente en lo físico no solo por su larga distancia, también tenemos que añadirle el continuo desnivel que prácticamente desde Astorga nos encontraremos, que si bien no se acumula en grandes rampas si nos acompaña en todo momento. Además la primera parte de la etapa es un continuo sube y baja que no hace cómodos los primeros kilómetros. A todo ello debemos sumar la ausencia de zonas sombrías que hace más duros los días de calor. Es importante no dejarnos engañar por el aparente falta de desnivel y dosificar bien los esfuerzos.
Precaución
La nacional se cruza varias veces en el camino de los que prefieren seguir el andadero en la primera parte de la etapa y por desgracia sigue soportando bastante tráfico todos los días por lo que debemos extremar la precaución al cruzarla ya que, aunque los pasos de los peregrinos esta señalizados y su velocidad limitada los vehículos se echan encima más rápido de lo que parece. En los tramos que debemos compartir con la carretera local no debe engañarnos su aparente tranquilidad ya que es una vía bastante transitada al comunicar zonas de gran valor turístico. El recorrido por lo demás no supone mayores dificultades al discurrir por pistas y andaderos generalmente en buen estado, salvo el último tramo algo descompuesto. En caso de lluvia algunas partes de la etapa nos las podremos encontrar bastante embarradas.
Orientación
Bien señalizado, son los diferentes posibles recorridos los que más problemas nos van a crear. El itinerario se sigue sin mayores complicaciones al transitar por andaderos claramente marcados y casi siempre al amparo de la cercana carretera. La variante de Santibáñez está señalizada, aunque es la zona donde más cruces nos encontraremos y peor señalizados de toda la etapa, sobre todo en el tramo de Santibáñez hasta San Justo de la Vega, por lo que tendremos que ir atentos. Mención aparte merece la variante de Castrillo de los Polvazares que si bien hasta esta localidad no tiene perdida alguna, es desde ella hasta volver a enlazar con el andadero donde la señalización nos puede jugar una mala pasada.
1-Hospital de Órbigo | 0:00h | 825m | 0Km | 30T 263028 4705272 |
2-San Justo de la Vega | 2:40h | 852m | 11,7Km | 29T 745475 4704531 |
3-Astorga | 3:25h | 872m | 15,4Km | 29T 742311 4704471 |
4-Murias de Rechivaldo | 4:25h | 885m | 20,1Km | 29T 738040 4704876 |
5-Santa Catalina de Somoza | 5:25h | 985m | 24,7Km | 29T 733589 4704243 |
6-El Ganso | 6:30h | 1020m | 28,7Km | 29T 729627 4704946 |
7-Rabanal del Camino | 8:20h | 1158m | 35,7Km | 29T 723165 4706908 |
1-V-Villares de Órbigo | 0:25h | 831m | 2,6Km | 30T 260735 4706016 |
2-V-Santibáñez de Valdeiglesias | 0:50h | 855m | 4,6Km | 30T 259056 4704840 |
2-San Justo de la Vega | 2:50h | 852m | 12,7Km | 29T 745475 4704531 |
3-V-Castrillo de los Polvazares | 4:50h | 910m | 22,3Km | 29T 736055 4705419 |
5-Santa Catalina de Somoza | 5:35h | 985m | 25,9Km | 29T 733589 4704243 |
Coordenadas UTM Datum WGS84
Desnivel: 617m
Desnivel +: 472m
Desnivel -: 145m
Altitud máxima: 1158m
Altitud mínima: 820m
Este esquema de la ruta no está hecho a escala ni contiene toda la información relativa a la zona, es meramente orientativo.
Este esquema con el trayecto es aproximado y ha sido creado a partir de la base cartográfica derivada © Instituto Geográfico Nacional "Cuadrantes 193 y 192 1:50.000".
Senditur ha manipulado los tracks para corregir los puntos aberrantes que pudieran existir, ocasionados por problemas con la recepción de la señal GPS. En cualquier caso son siempre aproximados. SENDITUR te anima al uso de las nuevas tecnologías a tu alcance, utilizándolas a modo de apoyo y consulta en tu actividad, no basando la realización y la orientación de la misma única y exclusivamente en ellas, ya que éstas pueden ver alterado su funcionamiento por muy diversas causas, no funcionando correctamente y llegando a no ser precisas sus indicaciones.
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¿Sabías que…
Gran parte de la etapa transcurre por la comarca de la Maragatería, habitada desde tiempos remotos y cargada de tradiciones e historia. Su verdadero nombre es País de los Maragatos y comprende varias subcomarcas que comparten cultura y las similares características, que hacen de las localidades de esta tierra un placer para el visitante.
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El Cocido Maragato, que es uno de los más tradicionales de la comarca, cuya características más resaltada es que este cocido se sirve al revés, es decir primero las carnes del cocido, luego las verduras y para acabar la sopa. Un consistente plato que servía para alimentar en una sola comida a los hombres del campo en sus duras jornadas y que alimenta al peregrino en la suya.
Desde el compromiso de SENDITUR con la Naturaleza, el respeto y el equilibrio del medioambiente, SENDITUR te insta a viajar de una forma responsable, con bajo impacto ambiental y respetando en todo momento el entorno Natural, Cultural y Social de allí por donde pases.
Además de compartir con todos nosotros tu experiencia en la ruta te agradeceríamos que nos escribieras para informarnos de cualquier dato erróneo o no actualizado que hayas encontrado, o simplemente para hacernos llegar tu opinión a Muchas Gracias.
Esta ruta ha sido realizada sobre el terreno por SENDITUR el 01-10-2018. La ruta puede variar mucho en función de la época del año, de las condiciones meteorológicas y del terreno, así como por las acciones de terceros y de la evolución sufrida por el medio natural donde se ubica. Todas las opiniones, consejos y/o valoraciones realizadas por SENDITUR en sus descripciones son a título orientativo y están sujetas y/o se refieren a las condiciones específicas del día concreto de la realización del recorrido, refiriéndose a ese día en concreto, tomando como referencia a personas entrenadas y con la debida experiencia, con un nivel alto de preparación tanto física como técnica, además de correctamente equipadas.
Todos los tiempos son aproximados y toman un carácter orientativo, no se han tenido en cuenta las paradas por pequeñas que sean. Toda la información relacionada con la ruta, textos, imágenes, vídeos, mapas, esquemas, tracks, poblaciones, y lugares de interés turístico están publicadas a título orientativo, pudiendo no coincidir con el estado actual de cada lugar. Antes de realizar cualquier actividad, valora tus conocimientos técnicos, tú forma física, infórmate sobre la meteorología y las variaciones que hubiera podido sufrir la ruta, equípate correctamente, sé prudente y responsable en todo momento, no sobrepasando tus capacidades. Igualmente, te animamos a documentarte con libros y guías especializadas para complementar la información descrita. SENDITUR no se responsabiliza de cualquier mal uso o uso inadecuado de las guías comprensivas de sus rutas y/o publicaciones así como del de sus guías electrónicas, ni de las variaciones por los motivos antes referidos que pudiera haber de sus descripciones y recomienda que cada uno sea responsable y prudente en la realización de la actividad.
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