Regada por el río Queiles, se asienta a los pies del imponente Mons Caunus, Moncayo, y su parque natural, en el extremo occidental de la provincia de Zaragoza, siendo encrucijada de caminos entre Aragón, La Rioja, Navarra y Castilla y León. En Tarazona el asentamiento humano fue muy tempranero, pues las condiciones geográficas y la abundancia de agua fueron factores decisivos para ello, tanto que llegó a ser una importante ciudad celtíbera que tuvo incluso su moneda propia. Cuando los romanos extendieron su imperio por la zona, Tarazona mantuvo su importancia y se convirtió en municipio romano hacia el año 30 antes de Cristo. De esta época procede la cabeza de ágata de Augusto que se encuentra en el Museo Arqueológico de Zaragoza. Tarasauna fue, a partir del año 714, junto a Tudela, una principal ciudad musulmana, pero anteriormente a esto ya parece que existía en la localidad, desde época romana, una modesta comunidad judía que en el periodo visigótico de los siglos VI y VII reactivó el comercio de la ciudad. En el siglo XII, después de la reconquista definitiva, Alfonso I ya cedió parte de los tributos de la aljama al obispado.
En el multicultural barrio judío de Tarazona convivieron durante toda la Edad Media, cristianos, judíos y musulmanes. Los siglos XVI y XVII, con la abolición de los derechos forales de los aragoneses en las cortes celebradas aquí por Felipe II y después con la expulsión de los moriscos, la zona quedó casi despoblada y empobrecida. Durante la Guerra de la Independencia, Tarazona fue ocupada por las tropas de Napoleón. Con la reforma del Estado en el año 1833, Tarazona queda incorporada a la provincia de Zaragoza. Durante la primera mitad del siglo XX, llegó la industrialización a la ciudad. La actual Tarazona, haciendo gala de su rico pasado cultural, forma parte de la Red Europea de Centros Internacionales de Traducción, e inspirándose en la Escuela de Traductores que aquí existió entre el siglo XI y XII, y en la que participaron traductores árabes y hebreos que tradujeron tratados de matemáticas, astrología, alquimia o filosofía, acoge la única Casa del Traductor de España, un centro para estancias creativas de traductores literarios de todo el mundo que trabajen con uno de los idiomas oficiales de España y cualquier otra combinación de idiomas. La casa fue fundada en 1.988 por Francisco Uriz, Premio Nacional de Traducción.
Tarazona, como la cuenta Bécquer, es una ciudad con un genuino índole original, histórico y artístico, una pequeña Toledo, de calles con arquillos y retablos, con caserones de piedra que lucen escudos y blasones y altas y laboriosas rejas de hierro. El patrimonio histórico artístico de Tarazona es un amplio legado que a través de los siglos han ido dejando su historia y sus gentes. La Judería Vieja, todo un entramado de calles empedradas y estrechas que mantienen un marcado carácter medieval. Calles como Judería, Aires, las Rúas Alta y Baja de Bécquer, la plaza de los Arcedianos o la plaza de la Mata. La judería de Tarazona fue una de las más importantes de Aragón y hoy forma parte de la Red de Juderías de España. El río Queiles sirve de divisoria entre el reducto más histórico, la parte alta de la ciudad, y el barrio bajo donde se encuentra la famosa plaza de toros octogonal que fue construida en el año 1792 y que era un edificio de 32 viviendas cuyos dueños alquilaban los balcones cuando había festejos. Hoy en día se sigue viviendo en sus casas pues los espectáculos taurinos son en la plaza de toros nueva, levantada en el año 1870.
En esta zona se encuentra también la iglesia de la Virgen del Río, del siglo XVIII y que acoge la imagen de la patrona de Tarazona. Y desde luego y de ineludible visita la Catedral de Nuestra Señora de la Huerta, probablemente construida sobre una antigua capilla árabe a mediados del siglo XII. Su inicial diseño fue ampliado a lo largo de las siguientes siglos, así el claustro es del XVI. Se la conoce como la Capilla Sixtina del renacimiento español por las pinturas únicas que alberga en la cabecera y en el cimborrio que fueron descubiertas tras su gran restauración. Cercano a la catedral está el palacio de Eguarás, del siglo XVI, que destaca por sus dimensiones. Desde el otro lado del río la torre mudéjar de la iglesia de Santa María Magdalena, que es el templo más antiguo que se conserva en Tarazona, reclama la atención del visitante hacia el casco antiguo, el barrio alto de El Cinto.
El Palacio Episcopal, construido sobre la antigua Zuda, fortaleza musulmana, en el que también residieron temporalmente los reyes aragoneses; las casas colgadas de la antigua judería; el ayuntamiento, que en su origen fue la Lonja del siglo XVI; iglesias como la de San Miguel, la Merced o San Martín; la antigua iglesia de San Atilano, patrón de la ciudad, que cuenta la tradición que ocupa el lugar donde estuvo la casa natal del santo y que en la actualidad está acondicionada como espacio cultural; conventos; palacios como el de Alcira, el de los Gil de Borja, la casa de los Linares o la de los Canónigos, son otros de los tantos edificios que guardan años de historia y que ocupan un lugar importante en la visita a Tarazona. Pero si bonito es el conjunto histórico artístico de la localidad no menos espectacular es el entorno natural en el que se encuentra, y que brinda al visitante caminatas, paseos y rutas senderistas por las dehesas del Somontano, el Parque natural del Moncayo o la vega del Queiles, que sin duda se entremezclaran con los peregrinos que llegan a Tarazona siguiendo el Camino de Santiago Castellano-Aragonés.
Tarazona celebra sus fiestas patronales en honor a San Atilano a finales de agosto aunque su festividad es el 5 de octubre, día en el que también se realizan actos festivos para honrarle. A finales de septiembre el festejado es San Miguel y el primer domingo de julio se realiza la tradicional Romería del Quililay, que con más de 500 años de antigüedad, congrega a turiasonenses y como no también a foráneos, en el Santuario de Nuestra Señora del Moncayo. La Virgen del Río es la patrona de Tarazona y su festividad se celebra el 7 de noviembre.
Cada año el 27 de agosto en plena celebración de las fiestas patronales de Tarazona tiene lugar la tradición más popular de la localidad, El Cipotegato, cuyo personaje puede tener su origen en festejos de la Edad Media. El Cipotegato encarna a un personaje que vestido grotesca y burlescamente se le prometió la libertad, pues estaba preso, si conseguía salir del pueblo, lo que no se esperaba es que todos los vecinos de Tarazona lo estuvieran esperando y lo persiguieran arrojándole piedras. Hoy en día, en esta Fiesta de Interés Turístico Nacional, a El Cipotegato se le persigue por la ciudad a golpes de tomatazos.
Tarazona contaba con dos estaciones de ferrocarril, una a las afueras de la ciudad que cubría la línea Soria- Castejón y que dejó de dar servicio en el año 1996 y la que dio servicio, conocido popularmente como el tarazonica o el escachamatas, entre 1885 y 1972 en la Línea Tudela -Tarazona. Es esta antigua infraestructura por la que hoy discurre la vía verde del Tarazonica.
Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos años, una gran sequía asoló la Península Ibérica devastando y dejando yermos los campos y sin agua a los ríos, excepto al Guadalquivir y al Ebro. Pero entre todas las plantas agostadas una vid quedó erguida, mantenida en un fértil trozo de terreno, donde hoy se encuentra el Ojo de San Juan y que de esta cepa se pudo repoblar los viñedos ibéricos y que por eso el escudo de Tarazona luce dos sarmientos. También se escucha que el nacedero del Ojo de San Juan nunca se seca y que es la puerta secreta hacia una gran laguna que subterráneamente se extiende bajo el Moncayo, la Cordillera Ibérica y llega incluso a tierras castellanas.
Tarazona se encuentra en pleno trazado de la N-122 que la comunica por un lado con Soria y Ágreda y por el otro con Zaragoza y la N-232 a la altura de Mallén. También llega hasta Tarazona procedente de Tudela la N-121C. Igualmente de Tarazona parte la carretera local que la comunica con las diversas localidades que se asientan en las faldas del Moncayo.
Tarazona cuenta con servicio de autobús que diariamente, diversas compañías y cubriendo diferentes líneas y servicios la conectan con Zaragoza, Soria, Tudela, Pamplona, Valladolid, Salamanca y Barcelona.
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