Paisaje lunar, paraje semidesértico en pleno valle
Está situado en el sureste de Navarra lindando con Aragón y en el centro de la inmensa cuenca que es el Valle del Ebro y que está limitada por las cordilleras Ibérica y Pirenaica. El Parque Natural de las Bardenas Reales es un terreno esculpido a lo largo de millones de años por la erosión. Su origen se remonta al Terciario, cuando el choque de las placas Europea e Ibérica dio lugar a que se formaran los Pirineos, la Cordillera Ibérica y la Sierra de los Catalanides, creando entre ellas una inmensa cuenca cerrada sin salida al mar a la que llegaban los cursos de las aguas que, procedentes de estas montañas bajaban por la pendiente con tal fuerza que erosionaban las laderas por donde caían, arrastrando gran cantidad de materiales que luego se depositaban en las paredes y fondos de los lagos y pantanos que en la cuenca se formaron. Hace 10 millones de años dicha cuenca se abrió por la costa catalana y el agua que estaba acumulada encontró desagüe en el Mediterráneo, surgiendo así el rio Ebro y comenzando el proceso erosivo de los materiales hasta entonces acumulados. El paisaje de las Bardenas Reales que hoy se contempla es el formado por los depósitos de materiales procedentes de esas montañas, cincelados después por el verdadero artífice, una intensa erosión. El agua y el viento se han encargado de tallar estas formas sorprendentes. La mano del hombre tampoco ha sido ajena en las Bardenas donde se han encontrado yacimientos arqueológicos que demuestran la presencia humana en la zona allá por la Edad del Bronce y del Hierro.
Para los romanos tampoco pasaron inadvertidas las Bardenas Reales, integrándolas dentro de su administración. Entre los reinos cristianos y los musulmanes, Las Bardenas se convirtieron en frontera. Según escritos, el territorio de Las Bardenas era patrimonio real ya cuando la Reconquista, pues el rey Sancho García en el año 882 cedió estos terrenos, para que fuera aprovechado el pasto por los rebaños de ovejas, a las gentes de los valles del Roncal y Salazar por su ayuda en las batallas contra los musulmanes. La titularidad de Reales les viene dadas desde su pertenencia a los reyes de Navarra. Y cuando este reino se incorporó al de Castilla su posesión continuo siendo real, la cual siguió dando concesiones y privilegios sobre ellas a cambio de favores y pagos. Desde muy antiguo existe la Comunidad de Bardenas Reales, que es una histórica entidad que gestiona el territorio y que está formada por Congozantes, diecinueve pueblos riberos, un monasterio y dos valles pirenaicos, a quienes pertenecen estos derechos. Felipe V concedió el derecho a perpetuidad y en exclusiva, el 14 de abril de 1.705 previo pago de 12.000 reales de ocho, a la comunidad de congozantes del uso y aprovechamiento de Las Bardenas, que hasta comienzos del siglo XX ha sido principalmente ganadero y que luego compartió terreno con el agrícola. Regulaciones y ordenanzas sobre las actividades y los derechos sobre ellas son atribuciones de la Comunidad de Las Bardenas Reales, cuyos órganos son, la Junta General, la Comisión Permanente y el Presidente, aunque la propiedad sobre las Bardenas es del gobierno de Navarra.
En este extenso territorio, semidesértico y despoblado, pero con unos valores paisajísticos y naturales que le han llevado a ser declarado Parque Natural en el año 1.999 así como Reserva de la Biosfera y Lugar de Interés Comunitario en el 2.000, el visitante se sorprende por las formas tan singulares de los barrancos, las mesetas y los cerros solitarios, llamados cabezos. Los cabezos y cortados son los elementos paisajísticos más llamativos de todo el Parque Natural. En él se distinguen tres zonas: el Plano, pequeña meseta de uso agrícola y ganadero y hábitat de muchas especies esteparias. La Bardena Blanca, caracterizada por suelos blanquecinos de aspecto desértico, es la más fotografiada y visitada, en ella se encuentran las principales formaciones como el cabezo de Castildetierra o el de Pisquerra. Y la Bardena Negra, en el límite con Aragón, donde el terreno se oscurece dando paso a bosques de pino carrasco, únicos de la zona. Otros rincones de las Bardenas que llaman la atención son por ejemplo el Vedado de Eguaras, en el que se puede admirar un pequeño circo rodeado de barrancos de yeso. El Rincón de Bú, en cuyos cortados anidan búhos reales, águilas reales y alimoches. Landazuria que se extiende a los pies del cerro de la Virgen de Nuestra Señora del Yugo. Las Caídas de la Negra, situado en la Bardena Negra es un paraje que tiene un conjunto de grietas que llegan hasta los 270 metros de profundidad. En definitiva, recorrer el parque es descubrir paisajes bellos y singulares, inhóspitos o desérticos pero que en ellos la vida fluye, como lo demuestran la gran cantidad de diferentes especies de fauna que han encontrado en él su hábitat ideal. Aves rapaces como el halcón peregrino, águila calzada, buitre leonado... Aves esteparias como la avutarda o la alondra. Mamíferos, reptiles e incluso truchas, barbos o tencas que nadan en las balsas de agua.
Las Bardenas Reales han sido tradicionalmente una verdadera fuente de recursos energéticos donde en otros tiempos primaban los leñadores y carboneros.
El cabezo de Castildetierra, de forma singular se ha convertido en un emblemático símbolo de las Bardenas Reales, en las cuales además de disfrutar de pequeñas colinas de formas extrañas, barrancos y cauces de ríos secos, también encontraremos casas abandonadas y ganado pastando por el lugar. En las Bardenas Reales se han rodado anuncios para televisión, videoclips musicales y varias películas.
Cuenta la leyenda que Sanchicorrota, bandido muy famoso que vivió en el siglo XV, mandó construir a unos vecinos de la zona una cueva artificial, que se cree que es la existente en el cabezo que lleva su nombre, donde poder refugiarse y preparar sus asaltos, y para que no pudieran divulgar el lugar del asentamiento dio muerte a los constructores. Y continua el relato diciendo que a sus caballos les ponía las herraduras al revés para despistar a sus perseguidores, pues como buen forajido que se precie su cabeza tenia precio.
Una visita al Centro de Información y Acogida de Visitantes del P. N. de Bardenas Reales nos aportará la necesaria información para nuestro recorrido por el parque, en el cual encontraremos rutas BTT y tres peatonales. Dentro del parque existe una amplia red de pistas de uso agrícola y ganadero y una parte de ellas está abierta al uso turístico y deportivo, bien con vehículos a motor o con bicicleta de montaña, la velocidad máxima permitida es de 40 kilómetros/hora.
Al centro de interpretación llegaremos desde la NA-8712 que une Tudela y Arguedas, donde encontraremos el inicio de la carretera del Parque Natural que nos conducirá hasta él. Está abierto en diferentes horarios, invierno, verano o Semana Santa, permanece abierto todo el año a excepción de los días 24-25 y 31 de diciembre y el 6 de enero y el 1 y el 5 por la tarde, siendo su número de teléfono para ampliar información el 948 830 308
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Aunque existen diferentes accesos al Parque Natural de las Bardenas Reales, el principal lo encontraremos en la carretera NA-134 que une Tudela con Arguedas, siendo poco antes de llegar a esta última localidad procedentes de Tudela donde encontraremos la carretera que nos conducirá hasta el Centro de Interpretación de las Bardenas Reales. También a lo largo de la NA-128 entre Caparroso y Carcastillo y entre Carcastillo y Sádaba dispondremos de diversos accesos señalizados, pistas que surcan las Bardenas Reales.
Existen diferentes recorridos autorizados tanto para vehículos a motor como para bicicletas pertinentemente señalizados e identificados en los diferentes accesos al parque como una vez en él.
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