Está perfectamente adaptado al perfil que dibuja el cerro sobre el que se asienta, formando parte indiscutible e imprimiéndole carácter, de la medieval villa de Artajona. Situado en la parte central de la Comunidad Foral de Navarra, en lo que se llama Zona Media, en la merindad de Olite, comarca de Tafalla. En el lugar que hoy ocupa el Cerco de Artajona se han encontrado vestigios de asentamientos que datan de la Edad del Hierro así como de la época romana se sabe de la existencia de un pequeño núcleo defensivo allá entre los siglos I antes de Cristo y II después de Cristo. Pero no es sino hasta entrado el siglo XI que los monjes de Saint-Sernin de Toulouse, con la autorización del rey Sancho Ramírez y las donaciones de iglesias y rentas a monasterios extranjeros para fomentar la repoblación de la zona, inician la construcción de la primitiva iglesia románica y amurallan la población que rodea al templo.
La forma actual del Cerco y la actual iglesia gótica, se debe a construcciones del siglo XIII. Se sabe que por aquel entonces el Cerco se dividía en dos zonas, una la militar que quedaba a la derecha de la línea formada por las puertas de San Miguel y Remagua, con el Castillo y su Donjón o Torre del Homenaje, y a la izquierda quedaría la zona civil y religiosa con el santuario. Los siglos XIV y XV imprimen el carácter defensivo del Cerco de Artajona, pues eran continuas las guerras entre el Reino de Navarra y el castellano por el afán de este último de anexionarse el viejo reino pirenaico. Cuando al final Navarra pasó a manos de la corona castellana el Cerco de Artajona pierde su papel de defensa y comienza su deterioro hasta que en 1.568 se toma la decisión de alquilar las torres como viviendas para familias con el fin de que se hagan cargo de su mantenimiento. Entonces al Donjón, de forma circular, se le da un nuevo uso, se le revocan las paredes y se le transforma en un almacén del hielo y la nieve que el invierno proveía, o sea una nevera. En el siglo XIX, con la Guerra Carlista, esta construcción vuelve a adquirir su carácter militar y al término de la misma en el año 1.918 será ocupada como vivienda hasta que la traída de aguas del Arga a la villa ocasiono su derribo.
La silueta del Cerco de Artajona domina majestuosa el paisaje mostrando nueve de los catorce torreones que formaban parte de la muralla, la actual es del siglo XIV. De las tres puertas de acceso al recinto amurallado, sur, norte y este, la de San Miguel al norte parece recibir su nombre por la existencia de una ermita en las cercanías dedicada a dicho santo. El otro portal que se conserva de origen es el de Remahua, al sur, éste conectaba intramuros con el rabal y no permitía el paso de carruajes. Una vez dentro de la ciudadela, en la plaza se encuentra la iglesia fortaleza de San Saturnino, declarada Monumento Histórico Artístico, templo que se levantó en el siglo XIII sobre las ruinas de otro románico anterior. La torre de la iglesia además de ejercer de campanario era también torre vigía y fue incluso cárcel y para llegar a lo más alto había que pasar un puente levadizo. En la cuadrada fachada de la iglesia llama la atención su portada, de grandes arquivoltas, con San Saturnino y su inseparable toro, la galería de arquillos ciegos que se disponen a ambos lados, se cree que al principio podrían contener las imágenes de los apóstoles, y un gran rosetón gótico.
Desde el paseo de ronda que rodea al templo, aparte de disfrutar de unas espectaculares vistas que se pierden en la lejanía, se ve la curiosa cubierta de sinuosas formas que posee la iglesia donde las tejas han dejan paso a unas lajas de piedra para recoger el agua de lluvia y canalizarla hasta el aljibe que se encuentra bajo la iglesia, por todo el Cerco hay varios aljibes pero el más importante es éste del templo, puede llegar a almacenar hasta 83.000 litros del preciado líquido. Recorriendo el Cerco de Artajona donde hoy viven unos pocos privilegiados vecinos en las casas adosadas a las murallas y torreones formando un perfecto e inseparable conjunto se llega a la torre del homenaje, residencia del rey, conocida como Donjón, del que se conserva su planta circular y se sabe que podría tener hasta 20 metros de altura. En este impresionante escenario es fácil que el visitante se sienta protagonista de una época pasada, quien sabe a lo mejor un noble caballero, un labriego, si se tiene alma de poeta puede ser un juglar, o por qué no el rey.
La ya tradicional fiesta medieval de Artajona "Encuentro con la historia”, declarada Fiesta de Interés Turístico de Navarra, es una bonita forma de adentrarse y conocer los avatares a los que se vio sometida antaño la villa. En agosto Artajona y los artajoneses se visten de medievo y ponen en escena torneos medievales, desfiles de caballeros, exhibiciones de cetrería, típicos mercados. Toda una gran obra de teatro al aire libre que hacen las delicias de lugareños y visitantes.
Las torres que tiene el Cerco de Artajona se llaman "bestorre" porque son huecas y abiertas por la parte interior de la muralla, teniendo el doble efecto de protección tanto por dentro como por fuera de la muralla. Estaban unidas entre sí por pasos de madera y constaban de varias plantas, la planta baja era la de almacenaje, las centrales eran para los cuerpos de guardia y la superior para los de vigilancia. Con este escenario no es de extrañar que el lugar fuera el elegido para rodar la película Robín y Marian.
En un ambiente de defensas y batallas continuas por el territorio entre las torres existía un código para poderse comunicar y avisarse de posibles peligros y ataques, esto lo lograban por medio de espejos y su alcance era incluso de varios kilómetros. Y corre la leyenda que desde el Cerco partía un túnel que cruzaba todo el pueblo para así poder escapar a los asedios, la cueva de Santa Catalina.
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Hasta Artajona podemos legar desde Tafalla siguiendo la NA-6030, esta mismo carretera a su vez une Artajona con Mendigorría y desde allí a través de la NA-601 con Puente la Reina y con la autovía del Camino entre Pamplona y Logroño. También podemos acceder a la localidad siguiendo la NA-6020 que llega hasta Artajona procedente por un lado de la carretera entre Tafalla y Estella, y por el otro desde la N-121 en las proximidades de Pamplona.
Una vez en Artajona podemos aparcar nuestro vehículo y ascender a través de las calles de la localidad hasta el Cerco o bien podemos seguir la carretera NA-6020 dirección Pamplona en busca de la pista asfaltada que asciende hasta El Cerco de Artajona. Esta pista la encontraremos tras salir de Artajona, justo después de pasar por la ermita de Nuestra Señora de Jerusalén, o justo antes de llegar hasta ella si venimos de Pamplona. Allí tomaremos el desvío que nos llevará hasta los amplios aparcamientos disponibles a la entrada de la fortificación, donde podremos aparcar nuestro vehículo y acceder a ella.
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