Protagonistas del reino medieval
El imponente Reyno de Navarra, forjado a lo largo de los siglos en mil batallas, llegó a contar con más de cien castillos que, de norte a sur, lo protegían de las incursiones enemigas. Su estratégica ubicación y la fertilidad de sus tierras, habitadas mayoritariamente por campesinos y ganaderos, obligaron a los diferentes reyes medievales a erigir bastiones defensivos, fortalezas, castillos y recintos amurallados que desde los siglos IX y X fueron creciendo en número e importancia con la misión de defender al reino y sus gentes.
La Ruta de los Castillos y Fortalezas de Navarra nos lleva a recorrer casi en su totalidad esta bella tierra Navarra, transportándonos en el tiempo por las diferentes épocas de su historia. Las guerras acontecidas y los esfuerzos por mantener Navarra bajo control mermaron notablemente el número y el estado de estas fortificaciones, muchas de ellas demolidas o despojadas de sus baluartes defensivos. Por suerte algunas han conseguido llegar hasta nuestros días permitiéndonos conocer la historia de esta tierra a través de la visita a gallardos palacios y castillos, recorrer imponentes cercos defensivos o reconstruir sobre sus ruinas, en nuestra imaginación, heroicas fortificaciones.
Al noroeste de Navarra, en lo alto de una atalaya con el bonito pueblo de Maya/Amaiur a sus pies, nos aguardan las ruinas de este importante castillo, testigo de cruentas y heroicas batallas, cuya existencia se remonta del siglo XII hasta poco más del siglo XVI cuando fue derruido. Símbolo del carácter navarro, hoy en día se han desarrollado trabajos arqueológicos que están sacando a la luz parte de la historia que atesora esta fortificación encargada de guardar y proteger el paso de los Pirineos sobre el que se asienta. Desde su exclusiva ubicación se domina parte del Valle de Baztán y las montañas que lo encajonan, mientras, observamos el paso tranquilo de los peregrinos que recorren el Camino de Baztán hacia Pamplona y nos ponemos por un instante en la piel de los últimos guerreros que defendieron este castillo del asedio castellano.
Siguiendo el curso del Camino de Santiago a través de la carretera N-121-B ponemos rumbo hacia el cercano Irurita donde nos aguarda un claro ejemplo de los palacios del tipo Cabo de Armería que pueblan las tierras navarras y que fueron construidos por lo general a partir del siglo XIV. El Palacio de Jauregizuria, como también se le conoce, ha sufrido varias modificaciones y ampliaciones a lo largo de los años pero aún conserva la esencia de estas construcciones que acogían a nobles señores encargados de su defensa y la de las tierras adyacentes. En su interior podremos descubrir a través del patrimonio que conserva como era la vida en esos tumultuosos años. No muy lejos de Irurita nos encontraremos con el Palacio de Jauregizarrea y la Casa Torre de Donamaria, esta última algo apartada de la nacional que nos llevará hasta nuestra siguiente parada, dos ejemplos de diferentes estilos de construcciones defensivas que también se daban en el antiguo Reyno de Navarra.
Volvemos a ponernos en marcha esta vez para encaminarnos hacia la capital de Navarra siguiendo la carretera N-121-A que nos llevará sin perdida desde Oronoz hasta nuestro destino tras atravesar el puerto de Belate. Monumento nacional, el conjunto amurallado de Pamplona es uno de los mejor conservados de toda Europa. Una vez allí podremos recorrer la ciudad y sumergirnos en el centro de interpretación de las fortificaciones de Pamplona, donde nos podremos hacer una idea de cómo han ido evolucionando estas construcciones al mismo tiempo que lo hacían las técnicas de guerra. La Ciudadela es un verdadero museo al aire libre que nos habla de la historia que atesora esta noble villa, de sus castros, de sus baluartes, en definitiva de parte de la historia antigua y reciente de Navarra. Las diferentes épocas de la historia se reflejan en los más de cinco kilómetros de murallas, diferentes estilos arquitectónicos, como el de la renacentista Ciudadela, que se adaptaban a marchas forzadas a las modernas técnicas de combate de los diferentes enemigos que asediaban o podían asediar esta importante plaza.
Nos despedimos de Pamplona con la difícil misión de elegir el rumbo a seguir, de un lado los monumentales castillos de Olite y Javier, por el otro construcciones en apariencia más modestas pero igualmente importantes, como por ejemplo el castillo de Monjardín. Ponemos rumbo hacia esta localidad Jacobea siguiendo la autovía del Camino que une Pamplona con Logroño, autovía que nos lleva a pasar junto a notables plazas en las que no podemos dejar de hacer un alto en nuestra ruta. Puente la Reina o la monumental Estella que nos tienta con los vestigios de sus tres castillos y las iglesias fortalezas de San Pedro de la Rúa y San Miguel son dos claros ejemplos. Disfrutado de sus encantos, la antigua fortaleza musulmana de Monjardín nos recibe en lo alto del cerro en el que está encaramada. Esta antigua fortaleza, que llegó a ser utilizada en las Guerras Carlistas, conserva en su interior la capilla de la Santa Cruz parapetada tras los recios muros que la protegen.
De regreso a la autovía del Camino y sin dejar de lado la interesante opción de visitar Viana y su amurallado casco histórico, ponemos rumbo de nuevo hacia Estella para tomar la carretea que la une con Tafalla, carretera en la que poco después de pasar junto a la localidad de Larraga encontraremos el desvío que nos lleva hasta Artajona. Antes de llegar a esta localidad Navarra ya nos sorprende el promontorio sobre el que se asienta el recinto amurallado que nos disponemos a visitar. Para acceder con nuestro vehículo hasta el Cerco tan solo deberemos atravesar la localidad, que se extiende a sus pies, siguiendo la carretera que la une con Pamplona hasta encontrarnos con la pista que asciende hasta el cuidado Cerco de Artajona. Este recinto fortificado, que aún conserva nueve de sus torres, data de principios del siglo XI. En su inexpugnable interior destaca la iglesia fortaleza de San Saturnino que junto a su esbelta torre forma parte del entramado defensivo de Artajona.
De regreso a nuestra época ponemos rumbo de nuevo hacia Pamplona, al menos por unos cuantos kilómetros, a través de la carretera que la une con Artajona, para justo antes de unirnos a la nacional que une Tafalla y Pamplona desviarnos hacia Olcoz para conocer su torre fortificada. Edificada allá por el siglo XIV ha sufrido varias modificaciones como así lo atestiguan las ventanas y puertas que conservan sus recios muros. Muros que sobrevivieron a los devenires de la Guerra de la Independencia y las tropas que por aquí pasaron. Sus aparentemente sencillas paredes están cargadas de símbolos que nos hablan de los influjos que caracterizan a esta, en apariencia, simple construcción militar. Desde lo más alto de la torre se dominan las tierras que la rodean dotándola de un gran valor estratégico en su época.
Retomamos la marcha uniéndonos a la N-121 en su camino hacia Pamplona para nada pasar por la localidad de Campanas desviarnos hacia la cercana Tiebas, la cual atravesaremos por su calle Mayor hasta llegar a lo que antaño fue un colosal castillo. Hogar de diversos monarcas navarros, archivo real e incluso prisión, no es mucho lo que resta del antiguo esplendor del que gozó esta fortificación que contaba con dependencias decoradas con baldosas de llamativos colores y techumbres barnizadas. Levantado en el siglo XIII, este castillo palacio se organizaba en tres niveles defensivos diferenciados de los cuales el palacio ocupaba el nivel superior. De todo ello hoy en día lo poco que resta nos permite hacernos una idea, junto a las pertinentes explicaciones, del día a día que se desarrollaba entre sus muros.
De nuevo en marcha nos despedimos de Tiebas mientras que seguimos la carretera que la comunica con Urroz Villa y que nos sacará a la autovía A-21 entre Pamplona y Jaca por la que seguiremos hasta Yesa donde la abandonaremos para poner rumbo al cercano Castillo de Javier, arrebatado a la corona de Aragón por Sancho el Fuerte. Cuna del patrón de Navarra, este cuidado castillo vio crecer sus señoriales estancias entre los siglos XIII y XV hasta que allá por el siglo XVI fue parcialmente demolido. Por suerte a finales del siglo XIX comenzó su proceso de restauración que lo ha hecho llegar hasta nuestros días en un muy buen estado de conservación, convirtiéndose en uno de los símbolos de Navarra y de los navarros. Junto a él podremos contemplar la basílica neogótica, con la que rivaliza, con las pinturas de la danza de la muerte en el interior de la torre del Cristo. Torres, mazmorras, matacanes y troneras que aunque restauradas nos hacen ponernos en la piel de los caballeros y las damas que por aquí pasaron a lo largo de los años.
Una vez vivida parte de la historia de Navarra reflejada en el Castillo de Javier es hora de continuar la ruta hacia nuestra siguiente parada. La carretera que nos trajo hasta Javier es la encargada de conducirnos sin desvíos a Sangüesa de cuyo recinto medieval por desgracia ya poco queda. Del palacio que se extendía desde la calle Mayor a la actual Avda. de los Príncipes de Viana tan solo podemos contemplar su fachada posterior jalonada por sendas torres. En lo que era su cara principal ahora nos encontramos con la no menos notable casa consistorial, de estilo renacentista, que junto a los diferentes componentes del patrimonio cultural y arquitectónico de Sangüesa nos dan una clara idea de la importancia y transcendencia con la que contaba esta plaza en épocas de los reyes navarros.
Nos despedimos de Sangüesa dirigiéndonos en esta ocasión hacia la bella población de San Martín de Unx, para justo antes de llegar hasta ella desviarnos hacia el lugar donde se emplazaba el castillo más desafiante, por su ubicación fronteriza con los reinos rivales, de cuantos poseía el antiguo Reyno de Navarra.Demolido tras la conquista de Navarra por parte de Fernando el Católico hoy podemos disfrutar del templo que formaba parte de esta recia fortificación y sus erguidas torres, así como de los restos del antiguo castillo que sucesivas excavaciones han ido sacando a la luz. Aun así estamos ante un verdadero monumento nacional, con particularidades que lo hacen único, como la ronda abovedada que rodea a la nave de la iglesia o la portada sur del siglo XIV, una obra maestra del gótico, que junto a otras partes de su estructura confieren a este santuario un aspecto de inexpugnable fortaleza medieval.
Dejamos Ujué, famosa también por su preciada gastronomía, para regresar a la carretera que nos conducía hacia San Martín de Unx, localidad que bien vale un alto en nuestro camino. Desde allí nos encaminaremos directos hasta Olite, donde nos aguarda uno de los castillos-palacios más conocidos de Navarra. Aquí podemos contemplar casi como en ningún otro lugar los diferentes periodos por los que ha pasado el castillo y como han ido influyendo en su fisonomía, desde su época de esplendor hasta la decadencia que casi acaba con él, y que sin duda han aportado cada uno de ellos los diferentes matices que hacen de este castillo-palacio la joya que es hoy en día. El Mirador del Rey, la Galería de la Reina, la torre de las Tres Coronas, la de los Cuatro Vientos o el Palacio Viejo son algunos de los tesoros arquitectónicos con los que el Castillo de Olite agasaja a quien lo visita.
Partimos de la monumental Olite con la obligación de elegir la ruta que hemos de seguir para acceder a nuestra siguiente parada. Bien podremos recorrer la ya conocida N-121 hasta las cercanías de Caparroso, donde nos desviaremos, o poner rumbo hacia Peralta en cuyas inmediaciones encontraremos las carreteras que llevan hasta Marcilla y su castillo. La marquesa Ana de Velasco salvo a este moderno castillo de su demolición allá por el siglo XVI, gracias a ello quizás estamos ante uno de los mejor conservados de cuantos componen esta ruta. Tras varias reformas, que recuperaron por ejemplo el espectacular foso que lo rodea, ha llegado hasta nuestros días hoy como sede de la corporación municipal. Sin duda alguna estamos frente a una verdadera joya en cuanto a construcciones defensivas se refiere que guarda y ha guardado singulares tesoros en su interior, como la armadura del condestable Pirres o la mismísima Tizona la cual empuño el Cid Campeador.
Retomamos la ruta regresando, algunos por vez primera, a las cercanías de Caparroso donde nos espera la carretera que lleva a Mélida y Carcastillo. En lo alto de una atalaya, poco después de dejar atrás Caparroso, nos sorprenden los restos del despoblado de Rada protegido aun por el recinto amurallado que lo rodea. Dejamos pues la carretera para ascender por la pista, perfectamente acondiciona, que lleva hasta las puertas de la muralla, desde donde se domina a la perfección cuando acontece entorno al zigzagueante río Aragón. Estamos frente a una población que data de la época bajomedieval en la que las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz restos del aljibe, la necrópolis, además de las casas y calles que la componían. Desde lo alto de esta atalaya nos vemos tentados a visitar el desaparecido castillo de Santacara, a escasa distancia de donde nos encontramos y donde la enorme pared de su torre que aún queda en pie nos permite hacernos una idea de las imponentes dimensiones que esta fortaleza tenia para la época del medievo a la que pertenecía.
Sigamos o no la recomendable idea de acercarnos hasta Santacara, deberemos regresar a Caparroso para poner rumbo hacia Tudela, otra noble villa Navarra que junto a su atalaya de Santa Bárbara o su Torre de Monreal bien merece una visita. Desde Tudela a través de la N-232 que la une con Zaragoza, llegaremos a la carretera que da acceso al cercano Cortes. Allí nos espera, en pleno núcleo urbano, su restaurado castillo que data del siglo XII. Aunque su inicial carácter militar fue poco a poco ocultándose detrás de sucesivas reformas para acondicionarlo a los gustos de los diferentes monarcas e inquilinos que por él pasaron, sigue dando una imagen de robusto e inexpugnable gracias en parte a su torre del homenaje o a la muralla aspillerada que lo rodea. El antiguo jardín de palacio es hoy un agradable parque público que hace las delicias de quien lo visita. Este castillo marca el punto y seguido de esta ruta de los castillos y las fortalezas de Navarra que bien se podría ampliar con el castillo de Ablitas, el castillo de Peña, el palacio de Arazuri…
1-Divide cada día la ruta por zonas, con ello aprovecharás mejor el tiempo y con toda seguridad recorrerás menos kilómetros.
2-Puedes aprovechar para combinar la ruta con otras visitas, en muchos casos pasarás o estarás cerca de otros lugares de gran interés tanto cultural como natural.
3-Organiza previamente el recorrido y los lugares que vas a visitar, en algunos casos existen horarios de visita que condicionan notablemente el recorrido a seguir.
4-Los amantes de la cultura gastronómica tienen en esta ruta una inmejorable excusa para disfrutar de la rica gastronomía Navarra.
5-Navarra posee también un rico patrimonio natural, dedica algo de tiempo a disfrutar de los bellos paisajes a través de los cuales, la ruta, a buen seguro, te llevará.
Mapa de la ruta
Este mapa es un croquis hecho como ejemplo de la ruta, en ningún caso representa el mejor o el único itinerario a seguir. En su desarrollo no se han tenido en cuenta las normas vigentes de circulación o el estado de los lugares por donde pasa y que pudieran afectar a su trazado.
Descubre qué ver en...
¿Sabías que…
El Reyno de Navarra, en su periodo de mayor esplendor, extendia sus dominios a lo largo de territorios pertenecientes hoy en día a las comunidades autónomas del País Vasco, Castilla y León, Aragón, La Rioja y Cantabria.
No te pierdas…
La visita a las localidades de Puente la Reina, Estella, Tafalla o Tudela, entre otras, todas ellas disponen de un rico e interesante patrimonio histórico artístico que te permitirá conocer mejor la historia de esta tierra.
Distancia de la ruta
378 Km Esta cifra puede variar según el trazado que sigamos.
Duración del recorrido
8h 50min Es el tiempo aproximado que nos llevará realizar las visitas, sin contar los desplazamientos entre cada lugar.
Época del año
Todo el año. Encontraremos diferentes atractivos a lo largo del año.
Encantos
Histórico, cultural y paisajístico. Esta ruta nos da a conocer parte de la historia de cada lugar, junto a los paisajes que los rodean.
Desde el compromiso de SENDITUR con la Naturaleza, el respeto y el equilibrio del medioambiente, SENDITUR te insta a viajar de una forma responsable, con bajo impacto ambiental y respetando en todo momento el entorno Natural, Cultural y Social de allí por donde pases.
Además de compartir con todos nosotros tu experiencia en la ruta te agradeceríamos que nos escribieras para informarnos de cualquier dato erróneo o no actualizado que hayas encontrado, o simplemente para hacernos llegar tu opinión a Muchas Gracias.
Información de la ruta actualizada a 18-10-2018. La ruta puede variar mucho en función de la época del año, de las condiciones meteorológicas y del terreno, así como por las acciones de terceros y de la evolución sufrida por el medio natural donde se ubica. Todas las opiniones, consejos y/o valoraciones realizadas por SENDITUR en sus descripciones son a título orientativo y están sujetas y/o se refieren a las condiciones específicas del día concreto de la realización del recorrido, refiriéndose a ese día en concreto, tomando como referencia a personas entrenadas y con la debida experiencia, con un nivel alto de preparación tanto física como técnica, además de correctamente equipadas.
Todos los tiempos son aproximados y toman un carácter orientativo, no se han tenido en cuenta las paradas por pequeñas que sean. Toda la información relacionada con la ruta, textos, imágenes, vídeos, mapas, esquemas, tracks, poblaciones, y lugares de interés turístico están publicadas a título orientativo, pudiendo no coincidir con el estado actual de cada lugar. Antes de realizar cualquier actividad, valora tus conocimientos técnicos, tú forma física, infórmate sobre la meteorología y las variaciones que hubiera podido sufrir la ruta, equípate correctamente, sé prudente y responsable en todo momento, no sobrepasando tus capacidades. Igualmente, te animamos a documentarte con libros y guías especializadas para complementar la información descrita. SENDITUR no se responsabiliza de cualquier mal uso o uso inadecuado de las guías comprensivas de sus rutas y/o publicaciones así como del de sus guías electrónicas, ni de las variaciones por los motivos antes referidos que pudiera haber de sus descripciones y recomienda que cada uno sea responsable y prudente en la realización de la actividad.
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