Primera de las siete maravillas medievales de España
Se alza dentro del entramado urbano de la ciudad de Olite, en la Zona Media de Navarra, a orillas del río Cidacos y en una zona donde la montaña cede protagonismo a la ribera. Aunque de origen muy anterior, fue durante el reinado de Sancho VII apodado el Fuerte, en los inicios del siglo XIII, cuando se levantó, en Olite, un primer castillo defensivo sobre un núcleo de asentamiento de la época romana, que luego se fue mejorando bajo el reinado de Teobaldo I y Teobaldo II, de ahí que a este primer recinto se le conozca como Palacio de los Teobaldos o Palacio Viejo. Por aquel entonces ya se le llamaba Palacio del Rey de Navarra.
La llegada al trono de Carlos III el Noble y su esposa Leonor de Trastámara hizo, a finales del siglo XIV principios del XV, que este castillo cambiara profundamente y que su aspecto adquiriera una gran belleza y relevancia. Se ampliaron y construyeron nuevas estancias, con habitaciones doradas y varias galerías, caprichosas torres, pajarera, leonera y preciosos jardines donde proliferaban las plantas exóticas. Todo ello de un gusto refinado y característico de las residencias reales de la época, llegando a ser uno de los palacios más admirados de toda Europa. Tras la anexión de Navarra al reino de los Reyes Católicos en 1.512, el castillo comenzó a usarse como residencia esporádica de virreyes, lo que ocasionó el comienzo de su deterioro que culminó con el incendio que lo destruyó totalmente y que fue ordenado por el guerrillero Espoz y Mina durante la Guerra de la Independencia Española, en el año 1.813, para que las tropas de Napoleón no pudieran fortificarse en él. El conjunto monumental que hoy podemos admirar, compuesto por el Palacio Viejo y el Palacio Nuevo, se debe a la restauración a que ha sido sometido desde el año 1.937.
Este Castillo Palacio de los Reyes de Navarra es uno de los alcázares góticos más interesantes de Europa además de Monumento Nacional. Del antiguo edificio del Palacio Viejo sólo se conservan los muros exteriores con las torres en las esquinas. El Palacio Nuevo es la parte más extensa y visitable. Desde la plaza se puede ver su perímetro de entrantes y salientes muros con torretas en las esquinas, se vislumbra también la Galería del Rey junto a la Gran Torre o Torre del Homenaje, la de los Cuatro Vientos y la de la Atalaya. Pasando por un amplio patio, que tiene aledaños el patio de la Pajarera y el de la Morera se llega al núcleo central del palacio donde se muestran las cámaras del Rey y de la Reina, la galería gótica, el jardín de la Reina y la sala mudéjar. Estancias, fosos, jardines... protegidos por altas murallas desde las que numerosas torres vigilan en un bello aparente desorden, confieren al Castillo Palacio Real de Olite una maravillosa y mágica silueta que bien podría ser la de un palacio de cuento en el que princesas, hadas y caballeros están prestos a relatarnos su historia.
El Castillo Palacio Real de Olite fue escenario de juegos, en ocasiones especiales se celebraban también justas y torneos, incluso corridas de toros. Hoy en día es el escenario del Festival de Teatro Clásico de Olite que se celebra los últimos días del mes de julio y los primeros de agosto.
Un viajero alemán del siglo XV escribió en su diario "Seguro estoy que no hay rey que tenga palacio ni castillo más hermoso y de tantas habitaciones doradas". El Palacio Real de Olite tenía tantas habitaciones como días tiene el año. Aunque conocido mayoritariamente como castillo es más por su construcción cortesana y residencial un palacio.
Corre la leyenda que desde el Palacio Real salían unos pasadizos y galerías secretas que formaban parte del proyecto que tenía Carlos III el Noble de unir, mediante ellas, los palacios de Olite y Tafalla y que estos pasadizos eran tan amplios que podían cabalgar dos jinetes a la par. Esta es la leyenda, la realidad es que el subsuelo de Olite si tiene galerías medievales, concretamente en la plaza de Carlos III y que además se pueden visitar y pasear.
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Olite se comunica con Pamplona y San Sebastián en un sentido por la carretera nacional N-121 y en la otra dirección lo hace con Tudela y el sur de Navarra. Este recorrido también se puede efectuar en ambas direcciones por la Autopista de Navarra, AP-15, de la cual existe un enlace en la N-121 próximo a la localidad. Otras carreteras locales comunican a Olite con Peralta, San Martín de Unx y Beire. Olite cuenta con parada de autobús cuyo servicio realiza el trayecto Pamplona-Zaragoza comunicándola con las localidades de Pamplona, Noain, Tiebas, Muruarte de Reta, Barasoain, Pueyo, Tafalla, Caparroso, Valtierra, Arguedas, Tudela, Ribaforada, Buñuel, Cortes, Mallén y Zaragoza. Además otro servicio diario, en diferentes horarios, la une también con Lodosa. Además por Olite pasa la línea de ferrocarril que une las localidades de Castejón y Alsasua. La estación de Olite, situada en la calle Estación y con el número de teléfono para ampliar 948 130 202, tiene servicios que unen la localidad con Zaragoza, Pamplona, Vitoria o Tudela, entre otras.
Olite cuenta con diversas zonas de estacionamiento que nos permitirán estacionar nuestro vehículo para después acceder al casco urbano siendo en la plaza principal de la localidad, la conocida como Plaza de Carlos III el Noble, donde encontraremos la entrada al Castillo Palacio Real de Olite, para poder realizar la visita.
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