Muruzábal (Navarra) (0)

¿Sabías que... Muruzábal

Ubicada dentro del Valdizarbe o Valle de Izarbe, Muruzábal se encuentra cerca de Puente la Reina/Gares y a tan solo 26 kilómetros de Pamplona/Iruña. En 1.407, Carlos III de Navarra otorga a su hermano Leonel, bastardo de Carlos II, con motivo de su boda con Estefanía de Luna y Xérica, el vizcondado de Muruzábal. En 1.652 se concedió el derecho de llamamiento a Cortes a la casa solar de los Juániz de Muruzábal. En 1.665, Muruzábal obtuvo del rey la calidad de villa y la jurisdicción civil, por 5.280 reales que dio al erario, separándose de Valdizarbe aunque esto no fue definitivo hasta 1.730.

Un poco más de historia

El año 1.691 Francisco Juániz de Muruzábal y Echálaz fue nombrado marqués de Zabalegui por Carlos II el Hechizado. Durante la invasión napoleónica, en 1.812, se encontraba en Muruzábal el segundo batallón de la división de guerrilleros de Francisco Espoz y Mina que marchó a Mañeru para unirse al resto de la división y atacar a las tropas francesas. A finales del siglo XVIII funcionaba en la localidad un molino harinero, también contaba con escuela y para las comunicaciones solo había caminos locales. En los principios del siglo XX había un asilo de ancianos.

¿Qué ver en Muruzábal?

En el término de Muruzábal se localiza el asentamiento arqueológico de Murundigáin. El municipio, tiene cierta calidad monumental, la iglesia de San Esteban, gótica, con obra del siglo XVII, donde su magnífico pórtico, de tres arcadas, protege un portal con una bella entrada gótica; destaca también el palacio del Marqués de Zabalegui, de aire clasicista, edificado en el siglo XVII, con tres alturas y sendas torres en los extremos de la fachada.

Para descubrir

Las ermitas de San Blas, Santa Lucía y San Pedro de Auritz y en un enclave solitario, a medio camino de Obanos, la iglesia de Santa María de Eunate de estilo románico tardío, se alza sencilla, original y misteriosa.

Fiestas

Celebra fiestas el 15 de mayo, San Isidro. Las fiestas patronales se celebran el 3 de agosto.

Tradiciones

En Muruzábal es costumbre celebrar desde tiempo inmemorial una fiesta infantil, el 6 de diciembre, día de San Nicolás. Los niños de más edad de la escuela recorren las casas del pueblo precedidos de uno de ellos, que, vestido de obispo, representa a San Nicolás. El niño elegido irá tocado por una mitra y cubierto con capa. Al obispo le sigue un acólito, con el agua bendita y el hisopo, y otro más con la hucha de lata para recoger los donativos de los vecinos. Después de misa mayor y vestidos con sus hábitos, luego de despedirse de San Esteban y de la Virgen, salen al exterior del templo, e inmediatamente se dirigen a la primera casa del trayecto, la Casa Parroquial.

Allí reciben los primeros donativos en metálico, cantando a coro esta canción: "San Nicolás coronado Arzobispo muy honrado, si no nos dan, no nos den, aquí no nos detendrán, porque somos escolanos, del Santo San Nicolás. Aleluya, Aleluya, celebremos todo el día, y en honra a San Nicolás, la meriendica caerá". Después, en medio de la chiquillería, siguen acercándose a todas las casas del pueblo, donde pasan la hucha, con la leyenda de "quien dé por San Nicolás, cien años vivirá". Si en la casa hay animales, San Nicolás los bendice con el hisopo. En cada visita reciben nueces, castañas, manzanas, pastas y dinero. Después celebraban la fiesta jugándose entre ellos el dinero a las chapas.

Curiosidades

En Muruzábal asoma una de las construcciones más bellas de Navarra y de la Ruta Jacobea. Santa María de Eunate del 1.170 es de estilo románico y de planta octogonal. Fue hospital de peregrinos, iglesia para difuntos y guía para caminantes. Está circundada por una hermosa galería porticada de 33 arcos. Como curiosidad, en Olcoz se encuentra la iglesia de San Miguel, con una portada idéntica a la de Eunate, pero al revés.

Leyenda

Nos cuenta la leyenda que le encargaron a un cantero la talla del pórtico de Santa María de Eunate y que para inspirarse se retiró a pensar cómo hacerla y al volver halló que un gigante cantero, dotado de poderes sobrenaturales, ya había concluido el trabajo que le habían encomendado a él. Indignado, fue a protestar al Abad y este le dijo que su ausencia había sido interpretada como una falta de respeto hacia su persona y la de los monjes y que como compensación debía esculpir una obra igual, pero que debía finalizarla en el mismo plazo empleado por el gigante cantero, ni más ni menos que tres días. Sin embargo, la bruja Laminak se compadeció de él y le confió el secreto mágico que resolvería su problema. Siguió sus consejos y se hizo con la piedra de Luna que una gran serpiente guardaba en su boca, y que depositaría en la orilla del río la noche de San Juan. Según el conjuro, con la luz de la luna reflejada en la piedra, el cáliz y el agua del Nequeas, se obró el milagro, pero algo falló y la portada surgió invertida, como reflejada en un espejo. No obstante, el pueblo quedó maravillado y el gigante cantero, invadido por la ira, pegó tal patada a su obra, que ésta fue a parar a una población cercana. Quienes no puedan resistir su curiosidad, deben saber que, la obra de este cantero está en la iglesia de Olcoz, y la misma portada pero opuesta, en la iglesia de Santa María de Eunate.