Lizarra en Euskera, se encuentra a mitad de camino entre Pamplona y Logroño, asentada en un meandro del río Ega, rodeada por montañas como Montejurra, Peñaguda, Cruz de los Castillos, Santa Bárbara y Belástegui, que suavizan su clima protegiéndola del viento y siendo paso obligado para los peregrinos del Camino Francés. Antiguamente hubo un poblado llamado Lizarra, situado en un cerro. Estella fue fundada en el año 1.090 por Sancho Ramírez. Por aquí también pasaba el Camino de Santiago y fue este mismo año cuando surge el barrio de San Pedro, obtuvo privilegios de Sancho el Sabio.
En 1.237 se celebran en Estella Cortes para establecer los fueros de Navarra, viviendo en esta etapa un verdadero esplendor, creciendo la ciudad y surgiendo los otros dos barrios de San Miguel y San Juan. Los 3 núcleos se unen en 1.266. En el siglo XIV vivió una persecución contra la importante comunidad judía de la ciudad, la tercera del reino tras Pamplona y Tudela. Después de incorporase a Castilla, en el reinado de los Reyes Católicos y en época de Cisneros, su fortaleza fue destruida. En el siglo XIX y tras la Guerra de Independencia se convirtió en epicentro de las Guerras Carlistas. A día de hoy, aunque haya experimentado el cambio urbanístico que la prosperidad y la sociedad actual necesita ha sabido mantener su presencia claramente medieval.
El entorno natural que rodea y acompaña a la localidad nos brinda la oportunidad de dar grandes paseos, hacer senderismo, asomarnos a las grandes simas y cuevas que existen en las sierras de Urbasa y Andia o disfrutar dándonos un chapuzón en la piscina natural, de agua salada y con propiedades medicinales que está en las orillas del río Ega. Pero además, si lo que se quiere es visitar un verdadero museo, callejeemos tranquilamente por Estella-Lizarra, para encontrarnos con joyas románicas y góticas, aparte de con los importantes edificios que el Camino de Santiago ha aportado. El Palacio de los Reyes de Navarra, de los siglos XII y XIII, situado en la plaza San Martín, donde aplacaremos la sed con el agua de la fuente de los chorros del siglo XVI y que acoge en la actualidad al Museo Gustavo de Maeztu.
Casonas y palacios como los de Eguía, del siglo XVI, el del Gobernador y la mansión de los Ruiz de Ayala, ambos del siglo XVII, antiguos arcos góticos de las hospederías del Camino, su calle Mayor, la plaza de los Fueros, la de Santiago, la puerta medieval de Castilla, el puente de San Martín o del Azucarero, el de La Cárcel, el antiguo ayuntamiento. Nos llama la atención una empinada escalinata coronada por la iglesia mayor de la localidad, San Pedro de la Rúa, de estilo románico tardío con más de ocho siglos de historia y en la que elementos góticos, renacentistas y barrocos, se unen para darle mayor esplendor, tiene un claustro inolvidable. En la calle de Curtidores, antigua rúa de Peregrinos, está el templo del Santo Sepulcro con una maravillosa portada del siglo XIV considerada una de las más bellas de Navarra. La iglesia de San Juan Bautista, la de Santa María Jus del Castillo, antigua sinagoga, la de Nuestra Señora de Rocamador y la basílica de Nuestra Señora del Puy. Sobre una escarpada roca llamada La Mota, se alcanza la iglesia de San Miguel. Y para reponer fuerzas, degustar los dulces típicos como las Conchas del Camino, las Alpargatas, que es un pastel de hojaldre, las Rocas del Puy o los Sanchicos.
Sus fiestas patronales comienzan el viernes anterior al primer domingo de agosto. El 25 de mayo Estella honra a la Virgen del Puy, copatrona de la localidad; a finales de julio se convierte por una semana en una autentica villa medieval. Además de diferentes ferias típicas y actos culturales que completan su oferta de ocio y asueto.
Cuenta la tradición que en el claustro de San Pedro de la Rúa hay una tumba en la que reposan los restos del obispo de Patrás, en la región griega de Acaya, que peregrinaba a Santiago con una caja en la que llevaba un omoplato de San Andrés que quería ofrecer al Apóstol. Parece ser que murió en Estella sin que nadie supiera quién era, siendo enterrado, sin registrar, en el claustro de San Pedro. El sacristán, viendo por las noches juegos de luces sobre la tumba dio aviso y se desenterró el cuerpo hallándose entre sus ropas de peregrino su auténtica identidad así como la reliquia que portaba, junto al mango de un báculo y unas vinajeras de plata. Las reliquias se custodian desde entonces en esta iglesia donde de nuevo fue enterrado el obispo. San Andrés y la Virgen del Puy son los dos patrones de Estella.
En el siglo XV se la conocía como Estella la bella y en la actualidad sigue haciendo honor al sobrenombre de la Toledo del norte por sus palacios, casas señoriales, iglesias, conventos, puentes y hermosos edificios.
Según se cuenta, los pastores de Abárzuza vieron como unas estrellas se posaban, noche tras noche, a la entrada de una gruta tapada por matorrales, movidos por la curiosidad, se acercaron y encontraron una imagen de la virgen. Avisaron a los clérigos del pueblo y estos a su vez al obispo de Pamplona, quién avisó al rey Sancho Ramírez, que se hallaba en el cerco de Toledo, y éste ordenó que la Virgen se bajara a la iglesia de Lizarra, pero no consiguieron moverla de donde la encontraron. Comprendiendo que el deseo de Ntra. Sra. era permanecer en ese lugar, mandó construir junto a la gruta una capilla y una casa para el rey y para los peregrinos. En conmemoración también se levantó en el lugar un humilladero que en 1.964 se derribó. Los estelleses se tomaron tan en serio el deseo de la Virgen de no moverse del lugar, que solo y para conjurar una epidemia de cólera, en 1.631 la bajaron por primera vez de su altar y llevándola en procesión hasta la localidad la tuvieron tres días en cada una de las tres parroquias principales, y la epidemia cesó. La imagen de la Virgen del Puy es una imagen gótica que esconde, en el cajetín de su nuca, una pequeña arqueta de plata con cenizas.
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La Autovía del Camino A-12, comunica Estella-Lizarra con Pamplona y Logroño, como vía alternativa a esta ruta la antigua N-111 sigue sirviendo para acceder a las localidades cercanas. La N-120 la une directamente con San Sebastián por el puerto de Lizárraga, pudiendo hacerlo también desde Pamplona. La N-132-A llega desde Vitoria y siguiendo la N-312 llegaremos desde la A-15 a la altura de Tafalla.
Hasta el centro de la ciudad se puede llegar en autobús de línea directa y diariamente, en todos los horarios, desde Pamplona, Logroño, San Sebastián, Zaragoza... además de líneas interurbanas que comunican muchas localidades de la Comunidad Foral de Navarra. La estación de autobuses está situada en la plaza de la Coronación, 1.
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