Arqueología, leyendas y magia
Se ubican en la Llanada alavesa oriental. Los dólmenes, en bretón, mesas de piedra, son construcciones megalíticas de la Prehistoria en las que se llevaban a cabo ritos funerarios, y con las que se rememoraban a los difuntos, unas veces para honrarles y otras para proteger a las gentes de sus tortuosos espíritus. Entre el importante número de dólmenes hallados en Álava, 16 han sido declarados por el Gobierno Vasco como Bien Cultural Calificado en la categoría de Conjunto Monumental, y entre ellos destacan el de Sorginetxe y el de Aizkomendi, los más conocidos y visitados, además de la Chabola de la Hechicera, el Encinal, el Alto de la Huesera, los Llanos, San Martín, y el Sotillo, éstos situados en La Rioja Alavesa en la Ruta de los Dólmenes. Los dólmenes alaveses, construidos con grandes losas de piedra por los hombres del Neolítico, datan de entre el año 5.000 y el 2.000 antes de Cristo.
El Dolmen de Sorginetxe, casa de las brujas, se encuentra en la localidad de Arrizala en la Sierra de Entzia. Es el más famoso y fotografiado del territorio alavés y muy posiblemente uno de los mejor conservados de Euskadi. Aunque conocido en el lugar desde muy antiguo, es imprecisa la fecha en la que fue descubierto, pero se puede asegurar que su actual aspecto poco ha cambiado desde que fuera descrito por primera vez en 1.833. Es un dolmen de cámara, de estructura poligonal formado por 6 piedras calizas verticales y otra colocada encima que lo cubre, no tiene túmulo, la losa de la pared oeste es más baja que las demás formando una especie de ventana, la ventana de los espíritus, que tiene rastros de labrado formando un suave levantamiento, este hueco se dejaba para facilitar que el espíritu abandonase el sepulcro. Este monumento funerario fue excavado en 1.890 por Julián de Apraiz y en él se encontraron restos humanos y una punta de flecha de sílex pertenecientes a la Edad de Bronce. En 1.913 fue adquirido por la Diputación Foral de Álava con el objetivo de asegurar su conservación.
En la localidad alavesa de Eguilaz, muy cerca de Navarra, se encuentra el Dolmen de Aizkomendi que es uno de los más grandes del País Vasco, el primero que se descubrió en Álava y el primero identificado en la Península Ibérica en el año 1.831. Esta tumba colectiva tiene una antigüedad de más de 5.000 años. Desde que fue descubierto, por casualidad, su estructura ha sufrido varias alteraciones. En un principio estaba cubierto por un gran túmulo, un corredor cubierto llevaba hasta la cámara poligonal formada por grandes losas de las que llama la atención sobremanera la losa superior de gran tamaño y con un grosor de más de un metro. El corredor en la actualidad ha desaparecido y el túmulo fue parcialmente desmontado en 1.965 para que el dolmen se viera desde la carretera. Sobre el túmulo aparecieron vestigios de varias hogueras que quizá tuvieran alguna connotación de carácter ritual, además por todo el monumento se hallaron numerosos objetos y restos humanos.
El descubrimiento del Dolmen de Aizkomendi, según la tradición, se produjo por casualidad cuando un labrador araba esa zona con sus bueyes. En él se encontraron gran número de objetos y esqueletos que curiosamente, se dice, eran de hombres y muchachos, ninguno de mujer; entre los objetos encontrados, puntas de cobre de lanzas y flechas, se hallaron también los botones imperiales de una casaca perteneciente a un soldado de Napoleón, por lo que se especula que fue la última persona enterrada en el Dolmen de Aizkomendi.
En la Península Ibérica existen dólmenes en el País Vasco, Galicia, Andalucía y Portugal.
Según cuentan las gentes del lugar fueron las brujas las que construyeron este dolmen cuyas grandes rocas las bajaban desde Atokolarri, en la sierra de Entzia, transportándolas en la punta de sus ruecas. En esta Casa de Brujas, Sorginetxe, las sorginak, "sorguinas”, brujas, por la noche celebraban sus akelarres y el macho cabrío, sentado sobre la losa horizontal del techo, participaba en ellos. Además, continúa la leyenda, que muy cerca del dolmen enterraron una piel de toro llena de oro.
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El Dolmen de Sorginetxe se sitúa no muy lejos de la localidad de Salvatierra, más concretamente en el término municipal de la villa de Arrizala. Si venimos por la A-1 deberemos tomar la salida de Salvatierra y dirigirnos hacia el puerto de Opakua, otra de las vías de acceso a la localidad de Arrizala. Una vez allí unos carteles informativos nos señalan la pista de tierra que debemos seguir y que nos encaminará de nuevo dirección Salvatierra. Pero rápidamente llegaremos al desvío que nos acerca hasta el Dolmen de Sorginetxe, donde dispondremos de una amplia zona de aparcamiento.
El acceso al Dolmen de Aizkomendi es mucho más sencillo ya que éste se sitúa junto a la antigua carretera. Debernos seguir la autovía A-1 y tomar la salida 385 de Araia y San Román, siendo ésta última hacia donde debemos dirigirnos. Al momento nos encontraremos con las indicaciones que conducen a la localidad de Egilatz, para tras atravesarla llegar al Dolmen de Aizkomendi donde a pie de carretera dispondremos de una amplia zona de aparcamientos.
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