Hogar de la Patrona de Álava, joya del románico alavés
Se encuentra casi en el centro de la Llanada Alavesa en la localidad de Argandoña, muy cercano a la ciudad de Vitoria. En lo alto de un cerro, que para principios del siglo XI ya se consideraba sagrado, ya existía allá por el siglo X según archivos de San Millán de la Cogolla, un primitivo edificio, aunque la historia del Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz comienza a principios del siglo XII cuando fue construido un monasterio que se cedió a los monjes benedictinos de Santa María la Real de Nájera a quienes perteneció hasta que en el año 1.431 fue vendido a don Fernán Pérez de Ayala.
El monasterio de Estíbaliz pasó a pertenecer al Hospital de Santiago de Vitoria por donación, hecha en 1.542, de don Atanasio de Ayala. Por esta época el monasterio dejó de estar ocupado por monjes y su iglesia hizo las veces de parroquial, aunque pocas noticias hay de ella durante los siglos XVII y XVIII. A finales del siglo XVIII y principios del XIX la iglesia se hallaba prácticamente abandonada e incluso sufrió un incendio. Tras hacerse cargo del santuario la Diputación Alavesa y el Ayuntamiento de Vitoria, se comienza su restauración y se reanuda el culto y en el año 1.923 se cede el usufructo del santuario y sus pertenencias a los religiosos benedictinos de la Abadía de Silos.
Tradición e historia conviven en este bello enclave donde el Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz luce como verdadera joya del románico. Considerado como Bien de Interés Cultural, declarado Monumento histórico-artístico, ha sido el hogar durante siglos de la Virgen de Estíbaliz, patrona de Álava. La iglesia, santuario que alberga la preciosa talla románica en madera policromada de la Virgen de Estíbaliz, es lo que pervive en el tiempo desde sus orígenes allá por el siglo XII. Dentro de la iglesia se pueden admirar, así mismo, bellas columnas con profusos y ornados capiteles, sencillas y pétreas capillas, una de ellas acoge una pila bautismal, que a pesar de haber conocido mejores tiempos, muestra una preciosa decoración.
No podemos dejar de admirar la basílica por fuera, porque aún en las zonas donde ha sido hábilmente reconstruida, sus piedras labradas nos muestran, con sus entramados animales y vegetales, todo el esplendor de un valioso tesoro del arte románico. En la fachada sur, la famosa Puerta Speciosa da la bienvenida a los visitantes que, atrevidos, han afrontado una exigente escalinata para llegar al templo. El Centro de Interpretación del Románico en Álava, que se encuentra en las instalaciones del centro de recepción del visitante, o una más que agradable área recreativa donde pasar un bonito día campestre después de visitar el santuario y de haber paseado por sus bosques o haber realizado alguna de las rutas senderistas que a él llegan o parten, como el Camino de Santiago Vasco del Interior, el GR 38 Ruta del vino y del pescado o la Vía Verde del Vasco Navarro, son complementos ideales para disfrutar del Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz y de su entorno.
El Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz acoge varias celebraciones de los alaveses, el primer domingo de mayo es la fiesta de la Coronación, el 1 de mayo es el día de los Desagravios, y la festividad de la Virgen de Estíbaliz es el 12 de septiembre aunque en el Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz la celebración es el segundo domingo de septiembre.
Cuenta la tradición que el día 1 de mayo, y desde el siglo XII, se celebraba en Estíbaliz un mercado. Coincidiendo con él y debido a la gran afluencia de gente también se llevaba a cabo los juicios de Dios, privilegio otorgado por el rey navarro Sancho el Mayor en el que autorizaba a todos los alaveses a dirimir sus disputas en este cerro y en este día, por ello se dio en llamar la Feria de los Desagravios. Para ello durante la celebración de la misa y delante de la Virgen de Estíbaliz se les apremiaba a los vecinos enfrentados a que se reconciliasen pacíficamente, si no lo hacían al abandonar el templo debían iniciar un combate a primera sangre en el que el primero que infringiera una herida a su oponente era el ganador del litigio. Al finalizar la tarde y caer el sol todos los desafíos y contrariedades debían esperar hasta que el 1 de mayo del año siguiente la Virgen de Estíbaliz volviera a hacer de mediadora. De ahí la tradicional romería que todos los años reúne en el Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz, el día 1 de mayo, a un gran número de alaveses.
El Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz estuvo cuidado desde que el Hospital de Santiago se hizo cargo de él, siglo XVII y hasta el XIX, por un labriego conocido como el Páter que tenía por encargo la limpieza y el mantenimiento del lugar. Este colono vivía en una casa construida y apoyada en el templo, tapando por completo la nave principal y la fachada occidental del mismo, pero por el uso y disfrute del lugar también tenía que pagar rentas al Hospital.
Se cuenta que a este lugar de paso en el camino de peregrinación hacia Santiago por tierras vascas llegaron allá por el siglo XIII unos peregrinos que atraídos por la humilde belleza de la iglesia del monasterio del cerro de Estibaliz entraron para postrarse delante de la Virgen. Al ver los dulces y suaves rasgos de la imagen románica de la Virgen uno de ellos exclamó "Ezti balitz!" "Si fuera Miel". Desde entonces la Virgen de Estíbaliz es conocida también como la Señora de la miel.
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Para llegar al Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz se toma la carretera A-132, que une Vitoria - Gasteiz con Estella - Lizarra, y en el pueblo de Argandoña un desvío nos acerca, después de unos dos kilómetros, al Santuario.
El Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz dispone de un amplio y espacioso aparcamiento donde podremos dejar nuestro vehículo.
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