En el centro geográfico de Guipúzcoa-Gipuzkoa, en el valle del río Urola y regada por éste, Azpeitia se encuentra en las estribaciones del monte Izarraitz, arropada también por los macizos de Izazpi e Irumugarrieta. Se sabe, por los restos arqueológicos encontrados en la zona, que estos lugares tuvieron asentamientos poblacionales desde la antigüedad, la cueva de Ekain con sus magníficas pinturas rupestres o los monumentos funerarios que se encuentran por sus montes son mudos testigos de ello. La villa de Azpeitia fue fundada en 1310 por el rey Fernando IV de Castilla, en terrenos donados por las familias de Ozaka e Iribarrena, y aunque en un principio recibió el nombre de Garmendia de Iraurgui, muy pronto el mismo rey mandó que se la denominara como Salvatierra de Iraurgui. En 1397, en documentos de las Juntas Generales de Guetaria hay constancia de este nombre pero también aparece el de Azpeitia, refiriéndose a la villa. Ambos nombres se usaron indistintamente para denominar a la localidad durante los siglos posteriores.
Todo el territorio fue un núcleo importante donde los señores feudales ejercieron su poder. Azpeitia, durante los siglos XIII y XIV, se convirtió en arruinado escenario de las luchas banderizas. Fue en el siglo XV cuando el rey Enrique IV, XXIII Señor de Vizcaya, puso temporalmente fin a estas contiendas entre señores. Fue el siglo XVI y la actividad comercial con los puertos americanos los que acabaron con las guerras banderizas convirtiendo a los Parientes Mayores en la nueva burguesía vasca. En Azpeitia se comienza a experimentar una importante actividad económica. La actividad comercial se complementaba con una fuerte industria del hierro. El siglo XVIII fue una época de revoluciones y cambios para la zona. En el siglo XIX Azpeitia fue declarada cabeza del partido judicial. En la actualidad todavía está patente en Azpeitia la herencia de las numerosas ferrerías que fomentaron la actual industria siderúrgica y del metal que, junto con el sector maderero, son la base de la industria de Azpeitia.
Azpeitia, además del casco urbano, está formada por diferentes barrios, cada uno con sus características particulares que le imprimen una bonita diversidad. Aratz Erreka, pequeño rincón tranquilo y con encanto en el que se puede ver su iglesia neoclásica del siglo XIX y una herrería, Nuarbe, en el que destaca la iglesia de la Santísima Trinidad y la herrería de Errasti y en el que una bonita ruta senderista al rededor del embalse invita a disfrutar de la naturaleza, Oñatz, en un entorno natural incomparable, Urrestrilla, barrio situado a cinco kilómetros, entre su caserío llama la atención además de la iglesia, el frontón Txikuri, el mentidero, la casa Olajaun y la zona del puente, Elosiaga, Landeta, Matximbenta, Lasao, Izaguirre con un conjunto de edificios que lucen blasones del siglo XV... y el incomparable barrio de Loyola, lugar de fama universal que acoge el Santuario de Loyola, con la casa-torre medieval de los Loyola, cuna de San Ignacio de Loyola. Entre Loyola y el propio Azpeitia se encuentra, en un alto, la ermita de Nuestra Señora de Olatz, del siglo XIII. Ya inmersos en el casco urbano de Azpeitia son notables los edificios y monumentos que resaltan en el entramado urbanístico.
La iglesia de San Sebastián de Soreasu, de origen antiguo y asociada a los templarios y que fue donada a Azpeitia en su fundación a principios del siglo XIV, fue reformada en el XVI y de nuevo en el XVIII, en su interior guarda la pila en la que fue bautizado San Ignacio de Loyola. La casa-torre Enparan, junto al puente de Enparan, data de principios del siglo XIV, en su origen fue de estilo gótico, reformada en diferentes siglos en 1970 fue restaurada y en la actualidad alberga la biblioteca municipal. El ayuntamiento, en la plaza Mayor es del siglo XVIII. El palacio Antxieta, del siglo XVI, el Lavadero, construido en 1842 en el lugar donde estuviera la muralla adosada a la iglesia de San Sebastián. La casa de los Madrazo, que luce un bonito escudo en la fachada. El hospital y ermita de la Magdalena, ésta última construida en el siglo XIV. El palacio Basozábal, Etxe Zar, Casa Vieja, es el edificio más antiguo conservado en Azpeitia, data de los siglos XIV-XV. Curioso de visitar es sin duda el museo Vasco del Ferrocarril, ubicado en la antigua estación de ferrocarril del Urola, el primer ferrocarril eléctrico de España, donde además de locomotoras, vagones... se pueden admirar también una bonita colección de relojes de estación. Azpeitia ofrece increibles rutas senderista y montañeras que recorren el macizo de Izarraitz y que recorriendo mágicos rincones les lleva a hollar sus bellas cimas como Erlo y Xoxote.
Azpeitia celebra la festividad de San Sebastián de Soreasu, a quien está dedicada la iglesia parroquial, el día 20 de enero. El día del Baserritarra es el 25 de julio. La fiesta grande de Azpeitia es el día 31 de julio, San Ignacio de Loyola, nacido en la localidad y venerado patrón de Guipúzcoa y Vizcaya. Y a Santo Tomás Azpeitia le homenajea el 21 de diciembre.
Desde 1.956 en Azpeitia la celebración de la festividad de San Sebastián de Soreasu, a quien está dedicada la iglesia parroquial, comienza el 19 de enero con la Tamborrada en la que participan numerosas personas. Al día siguiente, festividad de San Sebastián, son más de 400 escolares los protagonistas de la Tamborrada Infantil.
El ferrocarril del Urola, de vía estrecha, fue el primer ferrocarril eléctrico de España y recorría el valle del Urola y en Zumárraga se conectaba con la línea Madrid-París de RENFE, con la que recorría el valle del Deva, además de con la línea de los Ferrocarriles Vascongados San Sebastián-Bilbao. Este servicio estuvo operativo hasta la década de 1980, luego se desmanteló y sus talleres pasaron a alojar el Museo Vasco del Ferrocarril y su trayecto fue reconvertido en una gratificante vía verde, la Vía Verde del Urola, donde ciclistas, paseantes y senderista disfrutan de un privilegiado entorno natural.
Según antiguos documentos el nombre de Azpeitia proviene de las palabras vascas aitz que quiere decir "peña" o "roca" y beitia, que quiere decir "de abajo". Curiosamente la peña o monte al que se refiere es el Izarraitz que está situado entre Azpeitia y Azcoitia, localidad esta última cuyo nombre etimológicamente significa "arriba de la peña". El padre Larramendi, decía en su obra Corografía, en 1759: Izoarriz, montaña altísima, en jurisdicción de Azpeitia y Azcoitia, de la cual tomaron ambas villas sus nombres y significan monte arriba y monte abajo.
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A Azpeitia se llega desde Elgóibar en la AP-8, desde Vergara en la AP-1 y desde Zumárraga pasando antes por Azcoitia. También podemos hacerlo procedentes de Tolosa, o desde Beasain ambas en la A-1, otra opción es hacerlo desde la costa, más concretamente desde la localidad de Zumaia.
Azpeitia cuenta con servicio de autobús que la conecta con Zumaia, Zestoa-Cestona, Azkoitia, Urretxu y Zumárraga, además de la línea que cubre el servicio Azkoitia-Donostia que también tiene parada en Azpeitia.
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