Carrión de los Condes (Palencia) (0)

¿Sabías que... Carrión de los Condes

Se sitúa a 40 kilómetros de la capital, Palencia, en la orilla izquierda del río Carrión y rodeada de campos de cereal y hortícolas, frondosas alamedas con ligeras ondulaciones y altozanos, paisaje propio de Tierra de Campos. Hay referencias de que en el lugar existió una importante población romana, en 1047 los condes del linaje de los Banu Gómez y sobretodo la condesa Teresa Paeleáez mandaron construir el convento benedictino de San Zoilo, el puente sobre el río Carrión y un hospital de peregrinos, y se dice que el apellido de de los Condes que lleva Carrión es por ellos. Sin embargo el nombre completo de Carrión de los Condes no aparece citado hasta el testamento de Aldonza Manrique en el año 1522. Pero la verdadera transcendencia histórica de la ciudad se fecha en la época medieval cuando estaba intrínsecamente unida al reino de León y a la corona de Castilla respectivamente.

Un poco más de historia

Fue refugio de Alfonso VI tras su derrota ante su hermano Sancho. Dentro de sus murallas se celebraban reuniones de cortes y concilios, todo ello debido a la gran importancia y poder que tenían en esa época los condes de Carrión. Llegó a tener 12 parroquias y más de veinte templos. En el siglo XIV el famoso rabino Sem Tob, poeta, autor de los Proverbios Morales, nació en Carrión, que por aquel entonces contaba con el más importante barrio judío de Palencia, y fue uno de los muchos personajes ilustres que la ciudad vio nacer en esta época y que dieron esplendor a las letras, la teología y al arte de la guerra. Quizá uno de los más conocidos sea el Marqués de Santillana, del que se conserva aún la casa donde vivió. El siglo XVI constituye para Carrión una época de transformación urbanística y monumental. En la Guerra de la Independencia Carrión, por su posición estratégica y por ser lugar de asistencia militar, tuvo una gran importancia, pero trajo para la ciudad unos efectos nefastos ya que un importante incendio acabó con edificios importantes, conventos e iglesias, desapareciendo con ellos los escritos de privilegios y documentos que sus archivos guardaban, con lo que, en parte, su aspecto monumental cambió.

Las desamortizaciones de 1820 y la de 1835, de Mendizábal, así como la Guerra Carlista tampoco favorecen al trazado y la economía de Carrión, que enseguida se remonta con reconstrucciones, tanto urbanísticas como sociales y económicas. A día de hoy Carrión de los Condes es una ciudad moderna, sin perder su arraigo y monumentalidad además de irradiar cultura con sus ferias, concursos de diversas artes, representaciones teatrales y conciertos polifónicos.

¿Qué ver en Carrión de los Condes?

Una ciudad con tanta historia no puede dejar de mostrarla en cada rincón de sus calles, y aquí en Carrión el paso del tiempo todavía nos deja admirar un buen número de monumentos. A la entrada de la ciudad viniendo por el Camino se encuentra la ermita de la Virgen de la Piedad del siglo XVI, un poco más adelante El Real Monasterio de Santa Clara, fundado en el siglo XIII por la reina Doña Mencía López de Haro, esposa de Sancho II de Portugal. El convento de Santa Clara junto con la iglesia, el museo, la hospedería y albergue conforman hoy en día el monasterio. La iglesia parroquial de Santa María de las Victorias y del Camino es de estilo románico del siglo XII y se dedica a la Virgen de las Victorias en alusión a la derrota sufrida por los musulmanes y el legendario tributo de las cien doncellas, hecho reflejado en los capiteles del lado izquierdo de su portada sur.

La iglesia de Santiago del siglo XII estaba en un principio adosada a la primitiva muralla del pueblo, su torre actual destaca sobre las casas de la calle de la Rúa y es de 1765, el interior de la iglesia alberga hoy el Museo de Arte Sacro. La conocida como catedral de Carrión es la iglesia de San Andrés Apóstol, una de las parroquias más antiguas de la localidad. La iglesia de Nuestra Señora de Belén, asentada sobre el antiguo barrio de la Castillería es de finales del XV pero tiene reformas del XVI Y XVII. La iglesia de San Julián luce en su fachada los escudos de los patronos del templo. Sobre el solar donde estuvo la sinagoga y el antiguo hospital de la Cruz se erige la ermita de la Cruz. Pero Carrión también muestra sus casas blasonadas, monumentos civiles y palacios, que como toda la localidad cuentan su pasado glorioso, el palacio Gótico; la casa del Águila, que es el antiguo palacio de los condes de Salinas; la de las Lágrimas o Casa Grande; la del Balcón Esquinado, la del Marqués de Santillana, el Ayuntamiento o el puente Mayor...

Para descubrir

Si se sigue el Camino, a la salida de la localidad nos topamos con el edificio que más va unido al nombre de Carrión, el antaño poderoso y marco y enclave de la realeza castellana y leonesa, Monasterio de San Zoilo, que tiene su origen en los siglos X y XI. Llama poderosamente la atención la bella portada de su iglesia románica, con columnas de mármol y capiteles de piedra y con unas dimensiones casi catedralicias, pero la verdadera joya es su grandioso claustro, renacentista y plateresco del siglo XVI, coronado por una galería alta a comienzos del XVII, en sus capiteles, unas fascinantes y perfectas calaveras nos vigilan. Pero Carrión también nos ofrece disfrute de la naturaleza en sus parques y paseos como el de la Calzada de Piedra o el río Carrión que con el buen tiempo nos brinda la posibilidad de actividades deportivas como piragüismo, bajada con cámaras neumáticas, natación...y desde sus miradores, el de Belén y el del río Nubis, se puede contemplar toda la vega del río Carrión.

Fiestas

La segunda quincena de agosto se celebra en Carrión de los Condes las fiestas mayores en honor a San Zoilo, patrono de la localidad, aunque la festividad religiosa y en el Santoral sigue siendo San Zoilo el 27 de junio. El 8 de septiembre tiene lugar la fiesta de la Virgen del Belén.

Tradiciones

Es tradición que las capillas devocionarias portátiles que son cajas de madera, con una de sus caras acristalada y cerrada por dos puertas, en la base llevan un cajón con ranura a modo de hucha y en su interior hay una imagen de devoción con algún adorno floral. Mediante una lista de casas, colocada en la parte trasera de la caja, se van llevando de una a otra siguiendo el orden. Este recorrido se realiza en 30 días, en los que la imagen visita 30 hogares. La persona que entrega la capilla tiene que decir “Ave María Purísima” y quién la recoge contesta “Sin pecado concebida”. Una vez en el hogar correspondiente se le enciende una vela y se reza el Rosario en familia y antes de llevarla a la siguiente casa se le reza una oración y en la hucha del pie de la capilla se deposita un óbolo o donativo. Las imágenes devocionales de Carrión son el Corazón de Jesús, La Sagrada Familia, la Virgen del Carmen, Virgen Milagrosa, Santa Rita, San Antonio o la Virgen del Rosario.

Curiosidades

Los poderosos infantes de Carrión, que casaron con las hijas del Cid y que sufrieron un duro castigo a manos de este por su bellaquería, fueron inmortalizados en forma de leyenda y relato en el mágico Cantar del Mío Cid. Sus sepulcros se conservan en el Monasterio de San Zoilo.

Leyenda

Una de las muchas leyendas que corren por Carrión de los Condes está relacionada con la casa del Lagarto. Doña Ana, viuda del regidor de Carrión mandó construir una casa como dote para su hija, que como la madre, también se llamaba Ana, porque quería casarla con un rico labrador. Pero la chica mantenía un romance secreto con Juan, hijo del sacristán de la iglesia de San Andrés a la cual ellas acudían diariamente. Ante la insistencia de la madre con el casamiento, la hija le decía que lo haría cuando la casa estuviera terminada, pero cada vez que visitaban las obras la chica ponía nuevas objeciones y cambios con el fin de retrasarlas y cuando iba a rezar siempre se postraba a los pies de la Virgen de las Nieves rogándole que le permitiera casarse con su amado Juan. La Virgen la escuchó, pues en la obra apareció un lagarto que asustaba a los albañiles y destruía lo construido, además también se le apareció al párroco y le pidió que casara a los chicos, haciéndolo así el cura pero en secreto. Cuando al final se acabó de construir la casa, el rico pretendiente fue a entrar en ella con doña Ana y su hija, pero el lagarto, que había crecido mucho, se paró en la puerta y dijo "sólo podrán cruzar el umbral de este hogar quienes se tributen amor verdadero, y pobre de aquél que lo cruce sin amor." Entonces Ana y Juan se cogieron de la mano, el lagarto se apartó y pudieron entrar, pero éste no dejó pasar a nadie más. El párroco confesó que los había casado en secreto y el rico labrador se fue. Se dice que el lagarto permaneció en el tejado mientras Ana y Juan vivieron, y tras su muerte desapareció. Sus hijos, para perpetuar esta bella historia de amor, hicieron un lagarto de forja y lo pusieron en la esquina del alero del tejado para recordar a todos los que pasen por allí, que el amor es lo más importante en la vida. Hoy en día el lagarto del alero del tejado está pintado de verde.