Pola de Allande, Principado de Asturias (1)
La etapa reina del Camino Primitivo
Las redondeadas montañas que separan Pola de Allande y La Mesa son las protagonistas principales en esta etapa del Camino Primitivo, que tras ascender el renombrado puerto del Palo salta de montaña en montaña en busca de las pequeñas aldeas que en ellas se esconden. Un recorrido en el que los espectaculares paisajes que nos brinda, junto a los bellos parajes por los que pasaremos, justifican con creces el esfuerzo, en muchos casos casi titánico, que los peregrinos hacen para recorrer la distancia que separa ambas localidades.
La etapa 5 Pola de Allande-La Mesa del Camino Primitivo con 22 Km nos lleva desde el profundo valle donde se ubica Pola de Allande a remontar el cauce del río Nisón siguiendo el rumbo que éste nos marca. Nos despedimos de la localidad dejando atrás su indiano ayuntamiento para poner rumbo al barrio de Cimadevilla y El Mazo recorriendo la carretera que va hacia el temido puerto. El todavía tendido ascenso nos lleva, una vez abandonada la compañía de la carretera, a pasar de puntillas por El Teixu y seguir remontado el cauce del río rodeados de la espesa vegetación que puebla el fértil valle que estamos recorriendo. Verdes prados y fornidos castaños que, sin darnos cuenta a medida que ascendamos irán dando paso a los matorrales y los pinos más preparados para las inclemencias del tiempo a esas altitudes. Peñaseita nos devuelve por un instante a la civilización, para rápidamente dejarnos nuevamente en medio de una exuberante naturaleza que nos envuelve a cada paso. El ascenso continua permitiéndonos disfrutar, gracias a su por ahora benévolo desnivel, del magnífico entorno que nos rodea, arroyos que corren hacia el cercano río, imponentes árboles que nos ofrecen su agradable sombra, son una constante que se alterna con algún que otro claro donde ya podemos vislumbrar las montañas hacia las que nos dirigimos.
La Reigada marca el punto de inicio de la verdadera ascensión, ya que hasta el momento y salvo alguna esporádica rampa el duro ascenso al puerto del Palo no había hecho honor a su merecida fama. Desde aquí nos aguarda un terreno algo más abrupto característico de las zonas altas de los valles en el que el río nos brindará un bonito rincón donde descansar y recuperar fuerzas para afrontar el ascenso final. La inseparable carretera, como si de una artificial frontera se tratase, marca la separación entre la frondosidad del valle y las suaves líneas de las montañas. El ascenso tras este breve contacto con el asfalto se hace todavía más notable, haciéndonos salvar en este corto tramo el mayor desnivel de toda la ascensión. El Puerto del Palo nos sirve como inmejorable balcón desde el que contemplar lo recorrido y lo que nos queda por delante, un trayecto expuesto a los elementos donde nos viene a la cabeza los antiguos peregrinos que por aquí pasaban tras recorrer la Ruta de los Hospitales, imaginándolos luchando contra el viento o resguardándose como podían de la lluvia. Montefurado nos aguarda tras el delicado descenso del puerto, en el que la pendiente y lo empedrado de la senda nada tienen que envidiar a la ascensión que acabamos de realizar. La pequeña capilla de Santiago nos cuenta de la existencia aquí del quinto hospital de la ruta que daba amparo a los esforzados peregrinos.
El Camino de Santiago nos brinda desde ahora en adelante un ondulante y exigente itinerario que recorre el cordal montañoso que nos separa de cada localidad. La iglesia de Santa María nos da la bienvenida a Lago, una localidad que nos sorprende con sus hórreos y cuidadas casas y que nos devuelve por un instante a la carretera para dejarla atrás recorriendo el camino que surca los altos pastizales y encaminándonos hacia un frondoso pinar. De nuevo nos veremos recorriendo esta falsa llanura con la vista puesta en Berducedo, la más grande de cuantas aldeas pasamos en esta etapa. Su iglesia de Santa María, del siglo XVI, junto al tejo que la acompaña nos observan al pasar mientras recorremos la localidad para acometer el último tramo de la jornada. Como no podía ser de otra manera nos aguarda un esforzado ascenso que nos ofrecerá, una vez concluido, unas bellas panorámicas antes de emprender el suave descenso que nos llevará hasta la última localidad de la etapa, no sin antes dejarnos en la mente la imagen de la imponente rampa con que iniciaremos el itinerario al día siguiente. La Mesa junto a su iglesia de Santa María Magdalena del siglo XVII, donde finaliza esta etapa, se asientan a los pies del Buspol o Peña os Coriscos como también se la conoce, montaña que nos aguarda en la próxima etapa.
Esta etapa nos brinda varias opciones tanto para los peregrinos más preparados físicamente como para los que quieran tomárselo con más calma y disfrutar al máximo del entorno que los rodea. Los unos pueden alargar la etapa he intentar llegar hasta Grandas de Salime, con el comodín bajo el brazo de la pequeña aldea de Vistalegre que nada más atravesar el embalse de Salime nos ofrece una opción como final de etapa alternativo, siempre confirmando antes que podemos contar con ello. Los otros pueden poner fin a la etapa en la localidad de Berducedo, repartiendo los kilómetros hasta Grandas de Salime casi a la mitad entre los dos días.
Dura pero bonita etapa donde nuestro amigo sin lugar a dudas disfrutará del recorrido. Es importante que como siempre controlemos sus impulsos para evitar que gaste energías inútilmente. Tendremos que estar atentos a los tramos por carretera que irremediablemente tendrá que recorrer al inicio y al final de la etapa, además deberemos cruzar en varias ocasiones la carretera.
En la primera parte del recorrido dispondremos de puntos de agua y zonas sombrías donde pueda descansar y beber, pero desde que emprendamos el ascenso final al puerto del Palo hasta el final de la etapa solo encontraremos agua en las aldeas por las que pasaremos. Ni que decir tiene que en una etapa de montaña como estas sus provisiones de agua y comida con alguna ración extra, sobre todo si es verano, no puede faltarnos.
El entorno del puerto del Palo es una zona ganadera por excelencia por lo cual no es extraño encontrarnos con el ganado e incluso algún que otro caballo semisalvaje. Por lo demás como viene siendo habitual nos encontraremos con las mascotas que viven en las aldeas por las que pasamos y que en la mayoría de los casos están atadas o dentro de sus recintos.
Variante: 4b Ruta de los Hospitales
La iglesia de San Andrés en Pola de Allande (0h 00min) nos sirve de punto de partida para esta etapa.
Recorremos la calle Mayor que nos conduce directamente hasta la carretera por la que llegamos la etapa anterior y que atraviesa Pola de Allande convertida en una de sus calles.
Avanzamos por la localidad siguiendo el curso de esta carretera que conduce directamente hasta el puerto del Palo. El río y un pequeño parquecillo quedan a nuestra izquierda mientras casi sin darnos cuenta salimos de la localidad.
Comenzamos el largo ascenso al puerto del Palo siguiendo la carretera, sin arcén, que por ahora será la encargada de guiarnos sin exigirnos un gran esfuerzo por el momento.
Avanzamos por la carretera dejando atrás los cruces que nos vamos encontrando, como el que lleva a la aldea de El Mazo. Este largo tramo de carretera nos va haciendo ganar altura poco a poco preparándonos para el desnivel que tendremos que salvar más adelante.
Al rato nos encontramos con el desvío que nos evitará continuar por este peligroso trazado de carretera, en cualquier caso los ciclistas es mejor que sigan la carretera, igualmente si la nieve es la protagonista nos veremos obligados a seguir el asfalto para evitar complicaciones innecesarias.
Descendemos unos metros dirigiéndonos al fondo del valle que llevábamos constantemente a nuestra izquierda y por el que realizaremos el ascenso. Avanzamos por camino carretero obligados a vadear un pequeño arroyo para ir recuperando poco a poco la altura perdida.
El camino convertido en estrecho sendero encajado entre los muros que separan los campos de pastos nos conduce al encuentro con otro camino asfaltado por donde tenemos que continuar.
Sin darnos cuenta acabamos de pasar de refilón por la aldea de El Teixu (0h 30min), la cual ya dejamos tras nosotros con rapidez. Avanzamos por lo que parece una antigua carretera entre campos de cultivo, fincas y casas antiguas metidos en el interior del verde valle.
La perfecta pista, totalmente acondicionada y delimitada por el barandado de madera que la bordea, nos va llevando poco a poco hacia nuestro destino obsequiándonos con bellos paisajes y alguna que otra dura rampa.
Su bien marcado trazado nos sirve de referencia en los pocos cruces con los que nos vamos encontrando. Sin darnos cuenta nos vemos atravesando la aldea de Peñaseita (0h 40min), a la cual ya hacía algún tiempo que veníamos observando.
El idílico paseo llega a su fin poco después de atravesar las solitarias casas de esta aldea, convirtiéndose en una amplia senda por la que tenemos que continuar.
Son varios los caminos normalmente cerrados por el cercado que vamos dejando atrás y que conducen al cercano río. Nosotros continuamos ganado altura con cada paso, aunque por ahora no con la exigencia esperada, mientras seguimos de lejos el curso ascendente del río.
La espesa vegetación que nos rodea junto a la marcada senda que estamos recorriendo nos conduce sin lugar a dudas por el camino correcto. El río va quedando a nuestros pies oculto a nuestra mirada mientras seguimos ascendiendo protegidos del sol por la arboleda que nos envuelve.
Algún que otro solitario arroyo sale a nuestros encuentro obligándonos a vadearlo pasando de piedra en piedra sin perder el equilibrio o salvándolo a duras penas gracias al puente que lo cruza. Este tramo del camino guarda bastante humedad por lo que nos lo podemos encontrar bastante embarrado.
No son pocas las sendas y caminos que nos vamos encontrando aunque como viene siendo habitual es la vegetación la que se encarga de marcarnos el camino a seguir.
Seguimos con el rumor del cercano río por un amplio sendero delimitado por una barrera de piedras y un talud de tierra que marcan el camino.
Pocos han sido los claros que nos ha brindado el recorrido donde poder contemplar el paisaje que nos rodea, hasta el momento la espesura de la vegetación es la que dominaba todo el trayecto. Por el momento el camino ha alternado las zonas de ascenso con tramos más cómodos que nos dejan recuperar del esfuerzo realizado.
El recorrido nos lleva hasta el camino que desde la carretera llega hasta La Reigada (1h 20min), camino por el que atravesaremos la pequeña aldea.
Justo donde acaban las casas, nos encontramos con un puente que nos permite cruzar uno de los arroyos que fluyen hacia el río. Nosotros continuamos el ascenso dejando a nuestra izquierda, como hasta ahora, el cada vez más estrecho cauce del río.
Poco después de dejar atrás esta pequeña aldea nos deberemos enfrentar a una dura rampa que nos hace ganar altura rápidamente. Podemos llegar a decir que ahora es cuando da comienzo el verdadero acceso al puerto del palo.
Nos enfrentamos al tramo del ascenso con peor firme y donde mayor desnivel salvaremos.
Al poco rato nos volvemos a encontrar con el río que nos ha acompañado desde el inicio y que, convertido ya en bonito arroyo, nos obliga a cruzarlo en varias ocasiones.
Gracias a unos maltrechos puentes de madera que a duras penas resisten el rigor de los elementos atravesamos este bonito rincón que nos regala la ascensión al puerto del Palo.
Nada más atravesar este paraje emprendemos una empinada senda que nos hace ganar altura muy rápidamente, exigiéndonos un gran esfuerzo para seguir avanzando.
Esta senda nos lleva en busca de la carretera haciéndonos salvar el desnivel que todavía nos separa de ella. La carretera será la encargada por un corto espacio de tiempo de guiarnos en nuestro recorrido ya que rápidamente llegaremos al lugar donde deberemos abandonarla.
En plena curva nos encontramos con el desvío que tenemos que seguir, un antiguo tramo de la vieja carretera que nos lleva al momento al inicio de la senda que remonta la montaña. Una vez más los ciclistas es mejor que continúen por la carretera.
Una empedrada trocha de montaña que serpentea por la ladera de la montaña haciéndonos ganar altura nuevamente con gran rapidez y esfuerzo.
La senda, siempre en continuo ascenso, nos permite ver la parte alta de la montaña hacia la que nos estamos dirigiendo a la par que remontamos los últimos metros del valle que nos condujo hasta aquí.
La espesa vegetación ha dejado paso a los matorrales y a unos pocos pinos que resisten los rigores del duro invierno que por estas tierras se da.
La senda nos lleva, ascendiendo, directamente hacia un talud de tierra que sirve de sustento a la carretera.
Pero al llegar a la altura de un solitario abrevadero, justo cuando parece que irremediablemente tendremos que casi escalar el imponente talud, a nuestra derecha prosigue el sendero que continúa con el ascenso cortando la ladera de la montaña.
Este empedrado camino con notable pendiente zigzaguea por la ladera para hacernos salvar el desnivel más fácilmente.
En la parte final de la ascensión la senda prácticamente desaparece cubierta por la vegetación y son unos pequeños postes de madera con las flechas amarillas los encargados de guiarnos hacia nuestro objetivo.
La cima del Puerto del Palo (2h 35min), donde nos reencontraremos con los peregrinos que siguieron la ruta de los hospitales, nos recibe permitiéndonos contemplar el camino recorrido hasta aquí junto al que nos espera por delante.
Desde aquí nos encaminamos a un vertiginoso descenso, no exento de complicaciones, al menos en su primera parte, una vez más para los ciclistas es mejor que continúen por la carretera al menos hasta Lago.
Seguimos la línea que marca el cableado que une las imponentes torres de alta tensión y que nos sirven de referencia en caso de niebla, recorriendo una empedrada senda que nos hace perder altura con rapidez.
El desnivel y lo empedrado del terreno nos obliga a descender con precaución, llevándonos al encuentro con la carretera.
Frente a nosotros una abertura en el guardarrail que bordea la carretera nos indica el lugar por donde debemos pasar para proseguir con el descenso por la maltrecha senda.
El itinerario desciende con fuerza cortando la falda de la montaña brindándonos unas magníficas vistas.
La senda atraviesa un abrupto terreno que nos saca por un instante de los suaves y redondeados paisajes que nos envuelven.
A lo lejos ya podemos observar nuestro siguiente destino en esta montañera etapa, mientras los cables de alta tensión continúan sobrevolando nuestras cabezas.
Nuestra senda nos lleva hasta un camino que nos hace ascender en busca de la cercana carretera, la cual discurre por nuestra derecha.
Al llegar a su altura un poste de madera nos señala el sendero por el que debemos seguir, separándonos de la carretera que prosigue su curso.
Esta estrecha senda bien marcada nos encamina claramente hacia la pequeña aldea que vemos frente a nosotros, ya habiendo finalizado el fuerte descenso.
Nos adentramos en Montefurado (3h 05min) siguiendo el camino que nos trajo hasta aquí y que atraviesa la aldea encajado entre los muros de piedras que delimitan los campos y las casas.
Avanzamos dejando atrás cuantos caminos salen a nuestro paso, siguiendo siempre paralelos a la carretera de la que nos separa Montefurado. Salimos de la aldea siguiendo la línea que nos marcan los muros de piedras que bordean nuestro camino, mientras comenzamos a ganar altura.
Al poco rato nos encontramos con lo que parece el final del camino que estamos siguiendo, ya que las dos opciones que tenemos están cortadas por el cercado. Nosotros debemos seguir por la izquierda bien saltando el murete de piedras, gracias en parte a las simbólicas escaleras que sean creado o intentando abrir la portilla de alambre que impide el paso.
Salvado ya este escollo continuamos el ascenso con el muro ya a nuestra derecha poniendo rumbo hacia un redondeado cerro que con suerte bordearemos.
El verde prado que estábamos recorriendo da paso a una estrecha senda que a duras penas se abre paso entre los frondosos helechos que pueblan la ladera de la montaña que estamos ascendiendo.
La empedrada senda nos hace ganar altura, no sin esfuerzo, conduciéndonos hasta una nueva portilla que debemos atravesar. Por suerte una vez cruzada esta puerta el desnivel se suaviza notablemente permitiéndonos contemplar el magnífico paisaje que nos rodea gracias en parte a la altura ganada en este ascenso.
La senda corta la ladera de este cerro llevándonos sin mayores complicaciones al encuentro de un nuevo camino, acompañados de la inseparable carretera que corre algo más abajo y de la interminable línea eléctrica.
Salimos al camino, ya en claro descenso, poniendo rumbo irremediablemente al reencuentro con la carretera. Como era previsible nos volvemos a encontrar con la carretera, justo en el punto donde ésta se cruza a su vez con la carretera hacia Pontenova.
El Camino Primitivo no toca el asfalto y continua junto a él siguiendo una estrecha senda casi oculta por la vegetación que discurre paralela a la carretera.
Nos espera un largo tramo siguiendo esta senda que discurre paralela a la carretera, aunque más abajo que ella, cortando la montaña rodeados por la vegetación que crece en ella. Al rato la senda gana anchura dándonos algo más de margen y permitiéndonos avanzar más cómodamente.
Como ya suele ser habitual nos espera un nuevo tramo en ascenso que nos hace pasar junto al cementerio de la siguiente localidad por la que pasaremos.
Tras pasar junto a él nos encontramos con una pista asfaltada que llega desde la cercana carretera y que nos conducirá hacia la siguiente aldea de esta etapa.
Los continuos sube y baja a los que a estas altura ya debiéramos estar acostumbrados, son la tónica habitual hasta el final de esta etapa, tocándonos ahora descender hasta las mismas puertas de la localidad.
La iglesia de Santa María de Lago nos da la bienvenida a la aldea marcando el inicio del duro ascenso que nos introducirá en Lago (4h 05min). Avanzamos recorriendo la localidad ganando altura con cada paso.
El Camino Primitivo se empeña en volver a llevarnos al encuentro de la carretera que nos espera algo más arriba.
Por fin podemos ver con cierto alivio el final de este duro ascenso que casualmente coincide con el reencuentro con la carretera.
Al llegar a su altura giramos en redondo para retomar el rumbo perdido y proseguir por ella recorriendo la parte final de Lago.
Al poco de salir de la localidad nos encontramos a nuestra derecha con el inicio de un sendero que remonta el talud de tierra que bordea la carretera permitiéndonos despedirnos de ella por el momento.
Este camino convertido en sendero por la vegetación nos vuelve a exigir un nuevo esfuerzo para continuar ganando altura hasta llegar a una nueva carretera que debemos cruzar para proseguir la marcha.
Este agradable tramo, no exento de desnivel, nos transporta a través de los verdes prados encaminándonos hacia un frondoso bosque de pinos.
El recorrido nos introduce en el interior del bosque permitiéndonos disfrutar de la frescura que éste ofrece.
El recorrido por el interior del bosque nos lleva una vez más al encuentro con la carretera, pero justamente antes de llegar a tocarla gira bruscamente como si quisiera volver a introducirnos en el interior del bosque.
Nada más lejos de la realidad ya que antes de volver a entrar en él nos desviáremos siguiendo un acondicionado andadero que discurre paralelo a la carretera, encajonado entre ella y el lindero del bosque.
Este largo tramo de andadero nos permite avanzar con cierta facilidad hasta llegar a su final que, como no podía ser de otra forma, viene marcado por la carretera, la cual debemos cruzar.
Nada más cruzar al otro lado, a nuestra derecha comienza el camino por el que debemos seguir y que volverá a introducirnos en el bosque dejando a la izquierda un par de caminos que también salen de este lugar. El bosque de pinos pronto llega a su final al mismo tiempo que debemos afrontar una nueva subida rodeados de los verdes prados.
El bien marcado camino nos guía sin demasiadas complicaciones dejando atrás cuantos cruces salen a nuestro paso.
Frente a nosotros ya podemos intuir la siguiente localidad que nos llevará a visitar el Camino Primitivo en esta montañosa etapa.
Nuestro camino nos lleva directamente a la pista que nos conducirá a la siguiente población que nos espera con los brazos abiertos. Las primeras casas de la localidad nos llevan sin demora hasta la carretera que atraviesa la población.
Al llegar a su altura tenemos que seguir unos pocos metros por ella dejando a nuestra espalda la incansable carretera que nos viene acompañando desde Pola de Allande.
Rápidamente nos encontramos con una calle por la que descenderemos y que nos llevará hasta la carretera. Aunque en esta ocasión no tendremos casi ni que pisarla ya que al momento nos encontraremos con la calle por la que nos volveremos a adentrar en Berducedo (5h 00min).
Los ciclistas en este punto se encuentran con una gran duda, si deciden seguir hacia La Mesa se enfrentaran a un recorrido por montaña en el que en más de una ocasión a buen seguro deberán echar pie a tierra para salvar algún que otro tramo en no muy buen estado, por contra la gran mayoría del trayecto no debiera de suponer mayores problemas para aficionados a la bici de montaña. La otra opción es seguir la carretera que les llevará directamente hasta Grandas de Salime dando un enorme rodeo de bastantes kilómetros sin dejar en ningún momento el curso de la carretera.
Al poco de comenzar la calle llegamos a un nuevo desvío a la derecha que nos hace dirigirnos hacia la iglesia de Berducedo.
Empezamos entonces un nuevo ascenso recorriendo las calles de la localidad siguiendo el recorrido que serpentea por ellas.
Vamos ganando altura a medida que dejamos atrás las diferentes casas que nos encontramos.
Poco a poco vamos abandonando la localidad siguiendo las marcas del Camino de Santiago que ahora coinciden con las del GR 109, un sendero de Asturias de largo recorrido que nos acompañará en gran parte hasta Grandas de Salime.
El ascenso no finaliza por el momento mientras dejamos Berducedo a nuestra espalda caminando ya entre campos y algún que otro árbol.
Pronto el Camino Primitivo nos lleva hacia una fuerte subida por un empedrado firme y sin apenas sombra que los días de verano nos dé algo de frescura.
El recorrido gana altura por este camino lleno de lascas y flanqueado por una alambrada de espino que nos sirve de referencia a seguir en caso de duda. Por suerte el ascenso finaliza rápidamente al mismo tiempo que se interpone ante nosotros una nueva pista.
Nos encontramos frente a una bifurcación delimitada por el bosque y una zona ganadera. En este punto es el camino de la derecha el que vamos a seguir. Un camino que envuelto por la vegetación nos lleva bordeando el lindero de los árboles.
Los helechos y la vegetación que cubren este recorrido ahora ya sin apenas inclinación nos permite ir recuperando fuerzas para afrontar la distancia que aún nos espera.
La pista por la que vamos, perfectamente delimitada por una alambrada a ambos lados del camino, no deja lugar a dudas en los pocos cruces que vamos a encontrar.
Nuestra pista finaliza súbitamente al toparse con la carretera por la que ahora debemos continuar. Esta carretera no deja apenas espacio que nos separe del peligroso tráfico, por delante un largo tramo hasta la siguiente población de la etapa.
Las solitarias marcas, cuando nos encontramos con ellas, nos reafirman que estamos yendo por el camino correcto. Durante este tramo de asfalto podremos observar la amenazante y empinada carretera que asciende cortando la ladera de la montaña que tenemos frente a nosotros y que parece querer intimidarnos antes de que en la próxima etapa debamos de hacerle frente.
La carretera la cual no dejamos en ningún momento nos conduce directos hasta la localidad de La Mesa (6h 10min).
Ella misma es la encargada de conducirnos a través de la población llevándonos directamente hasta el bonito paraje donde se ubica su vetusta iglesia lugar donde ponemos el punto y final a esta etapa.
Si por cualquier motivo tienes que ir por la carretera, la distancia se amplia notablemente.
Etapa engañosa ya que una vez superado el puerto del Palo, al que llegamos más rápido de lo que era de esperar, nos embarga la sensación de que ya ha pasado lo más costoso y nada más lejos de la realidad. Los continuos sube y bajas nos ralentizaran más de la cuenta y si no hemos ahorrado las suficientes fuerzas nos pueden pasar factura y llevarnos más tiempo del previsto.
La montaña nos brinda un paisaje y unas sensaciones diferentes a las vividas en otras etapas, sin lugar a dudas cada época del año aporta sus especiales características haciendo de ésta una etapa de gran belleza. Pero también la montaña con malas condiciones meteorológicas nos muestra toda su crudeza, planteándonos situaciones que no debemos infravalorar por mucho que estemos hablando de una montaña de poco más de 1.000 m de altitud. El viento, la niebla y por supuesto la nieve nos deben hacer pensar la idoneidad o no de realizar el recorrido o esperar a que mejoren las condiciones.
Estamos frente a una etapa de montaña en la que el frio, el viento, la lluvia o la niebla nos puede sorprender hasta en pleno verano por lo que es aconsejable más que nunca preparar bien la etapa informándonos de las previsiones meteorológicas y equipándonos acorde a ellas. Un corta vientos y algo de abrigo nos puede ser de gran utilidad en estos casos si nos encontramos en un apuro y sin que aumente notablemente el peso o el volumen de nuestra mochila. Los bastones nos serán de gran ayuda no solo en el ascenso sino también en el empedrado descenso que afrontaremos. Las botas en esta etapa nos aportaran un extra de estabilidad y agarre que agradeceremos en más de una ocasión, las gafas de sol, el gorro y la crema solar deben ser como siempre unos compañeros más de viaje. Tampoco está demás y siempre que sea posible llevar con nosotros un GPS con el track del recorrido y el móvil con la batería cargada por si los pudiéramos necesitar en algún momento. Consulta nuestra lista de material y equipamiento para hacer el Camino. Leer más
Física
Exigente etapa ya no tanto por el ascenso al Puerto del Palo, el cual se realiza más fácilmente de lo que cabría de esperar ya que su perfil guarda prácticamente todo el desnivel para los últimos kilómetros, sino por lo que nos espera tras coronar el puerto. Al fuerte descenso que le sigue y que nos exige más esfuerzo del esperado tenemos que sumar un continuado sube y baja con fuertes rampas que contribuirán a endurecer la etapa no permitiéndonos mantener un ritmo constante y sin duda haciendo mella en nuestras piernas. Además el calor en la segunda mitad de la etapa y la humedad en la primera también pueden ser unos incomodos invitados que nos jueguen una mala pasada. Por lo demás, tomándonos con la necesaria calma los desniveles que nos ira planteando el recorrido gracias a la relativa corta distancia que este tiene, podremos superar no sin esfuerzo una de las etapas más temidas por los peregrinos en este Camino Primitivo, aunque alguna otra no se le quede a la zaga o incluso pudiéramos decir que la supera.
Precaución
El terreno por donde transcurre esta etapa nos obligará, sobre todo en los descensos, a bajar con cautela las empinadas y empedradas rampas para evitar caídas o lesiones que nos amarguen el día. Especial cuidado debemos tener en los largos tramos por carretera al igual que en los diferentes cruces con los que nos vamos a topar. También el barro y las piedras húmedas que a buen seguro nos encontraremos en nuestro ascenso junto al río nos pueden jugar una mala pasada. En condiciones normales y con las debidas precauciones comentadas ésta es una etapa para disfrutar del entorno que nos rodea. Sin embargo no podemos olvidar que nos enfrentamos a un recorrido de montaña al que no debemos infravalorar por no discurrir por grandes cotas o renombradas cimas, los cambios bruscos del tiempo nos pueden sorprender en cualquier momento dificultando mucho el avance, además no es nada aconsejable salirse del recorrido tanto para evitar complicaciones como posibles despistes que nos cuesten unos cuantos kilómetros extras. Ni que decir tiene que con nieve o hielo, habituales en el invierno, la cosa cambia radicalmente aumentando la dificultad del recorrido y sin duda el material mínimo que debemos llevar, incluso haciendo desaconsejable el realizar la etapa.
Orientación
Por lo general bien definido y señalizado en su gran mayoría, es la vegetación que cubre algunas señales y las barreras que impiden el paso a los animales lo que en condiciones normales de visibilidad y estado del terreno más nos va a dificultar seguir un recorrido que no plantea demasiadas dudas, salvo si lo realizas en bicicleta. Si la niebla hace acto de presencia podemos encontrarnos en determinados puntos con algún problema más evidente para poder encontrar las marcas y seguir la ruta correcta. Si es la nieve la protagonista y nos arriesgamos a realizar la etapa siguiendo la carretera, tenemos que tener en cuenta que aunque podamos hacerlo hasta Berducedo es aquí donde nos veremos en la disyuntiva de seguir hasta La Mesa, con lo que esto implica para desde allí realizar la siguiente etapa que nos lleva casi en su totalidad por terreno de montaña sin más contacto con la civilización que la gente que habita esta localidad de partida y sin escapatorias factibles que nos saquen del embrollo en el que nos hallamos metido. La otra opción que nos queda es seguir por la carretera y realizar una larga y peligrosa travesía, sin marcas del Camino, siguiéndola en todo momento hasta Grandas de Salime y aumentando considerablemente los kilómetros a recorrer, es decir nada aconsejable para hacerlo caminando.
1-Pola de Allande | 0:00h | 525m | 0Km | 29T 694018 4793807 |
2-El Teixu | 0:30h | 594m | 1,7Km | 29T 692580 4794468 |
3-Peñaseita | 0:40h | 603m | 2,4Km | 29T 692060 4794792 |
4-La Reigada | 1:20h | 723m | 4,9Km | 29T 690096 4795853 |
5-Puerto del Palo | 2:35h | 1147m | 8,3Km | 29T 688399 4793714 |
6-Montefurado | 3:05h | 926m | 10Km | 29T 687004 4792845 |
7-Lago | 4:05h | 893m | 13,9Km | 29T 684051 4791451 |
8-Berducedo | 5:00h | 900m | 17,7Km | 29T 681311 4789200 |
9-La Mesa | 6:10h | 869m | 22Km | 29T 678390 4787386 |
Coordenadas UTM Datum WGS84
Desnivel: 1864m
Desnivel +: 1105m
Desnivel -: 759m
Altitud máxima: 1147m
Altitud mínima: 525m
Este esquema de la ruta no está hecho a escala ni contiene toda la información relativa a la zona, es meramente orientativo.
Este esquema con el trayecto es aproximado y ha sido creado a partir de la base cartográfica derivada © Instituto Geográfico Nacional "Cuadrante 050, 1:50.000"
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Descubre qué ver en...
¿Sabías que…
Esta etapa transcurre a través del Espacio Natural de las sierras de Carondio y Valledor que se extiende desde el interior de Asturias hasta la costa de Luarca. Un espacio que destaca por sus paisajes, sus alcornocales como el Alcornocal de Boxu o su fauna, entre la que años atrás podíamos encontrar osos pardos, además conserva innumerables vestigios de las culturas primitivas de antiguos pobladores.
No te pierdas…
El Tejo de Lago, se trata de un tejo milenario declarado monumento natural el 27 de abril de 1995 incluido en el paisaje protegido de las sierras de Carondio y Valledor. El árbol se sitúa cercano a la iglesia que se construyó junto a él aprovechando que el Tejo era venerado por las antiguas tribus que por allí habitaban.
Desde el compromiso de SENDITUR con la Naturaleza, el respeto y el equilibrio del medioambiente, SENDITUR te insta a viajar de una forma responsable, con bajo impacto ambiental y respetando en todo momento el entorno Natural, Cultural y Social de allí por donde pases.
Además de compartir con todos nosotros tu experiencia en la ruta te agradeceríamos que nos escribieras para informarnos de cualquier dato erróneo o no actualizado que hayas encontrado, o simplemente para hacernos llegar tu opinión a Muchas Gracias.
Esta ruta ha sido realizada sobre el terreno por SENDITUR el 16-11-2018. La ruta puede variar mucho en función de la época del año, de las condiciones meteorológicas y del terreno, así como por las acciones de terceros y de la evolución sufrida por el medio natural donde se ubica. Todas las opiniones, consejos y/o valoraciones realizadas por SENDITUR en sus descripciones son a título orientativo y están sujetas y/o se refieren a las condiciones específicas del día concreto de la realización del recorrido, refiriéndose a ese día en concreto, tomando como referencia a personas entrenadas y con la debida experiencia, con un nivel alto de preparación tanto física como técnica, además de correctamente equipadas.
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