Pola de Allande (Principado de Asturias) (0)

¿Sabías que... Pola de Allande

Está situada en la zona interior del occidente asturiano, en el valle del río Nisón que atraviesa la villa, y muy cercana a ella se encuentra Ferroy, que con categoría de lugar es el primer núcleo de población allandes por el que pasa el Camino Primitivo en su discurrir hacia Santiago. En Pola de Allande encontramos arquitectura megalítica, cultura castrense, presencia romana acreditada por los restos de las explotaciones auríferas visibles en la zona, dandonos una idea de la antigüedad de los asentamientos poblacionales que hubo en el lugar. Tras un oscuro periodo en los que se cree que por aquí anduvieran primero los suevos y más tarde los visigodos, ya empieza a haber referencias escritas entre los siglos X y XI, cuando los núcleos monásticos empiezan a hacer notar su dominio e influencia.

Un poco más de historia

La Puela se fundó como tal en el siglo XIII y centró en ella la administración, tanto política como económica del territorio, con una Carta Puebla que con derechos y libertades especiales para sus moradores, se originó a petición de éstos y en servicio del rey y del señor, ósea una inusual Carta Puebla mixta, real y señorial. Pola de Allande pasó después a ser posesión de los Álvarez de las Asturias o de los Quiñones y más tarde la compraron los Condes de Peñalba; esta etapa, siglo XV, queda representada en el palacio de Cienfuegos y el poder que despliega en el territorio. En 1569 una junta general vecinal intenta poner fin a los abusos de los señores de la Casa de Cienfuegos. En el 1658 se vuelven a querellar contra los señores feudales alegando que toda Asturias es de la corona y no señorío local. Pasados unos años denunciaron al conde ante el Consejo de Hacienda, siendo éste absuelto en el año 1742. Dos años más tarde se reconoce el dominio de los Cienfuegos y se condena al concejo al "perpetuo silencio”. Esta dependencia señorial no verá su fin hasta la Constitución de Cádiz de 1812.

Para descubrir ¿Qué ver en Pola de Allande?

El paisaje urbano de Pola de Allande está conformado por bellas casonas indianas, siglos XIX y XX, fruto del regreso de sus inmigrantes que trajeron consigo desarrollo económico y social al pueblo, y por el Palacio de Cienfuegos situado en un altozano, siempre vigilante desde su origen en el siglo XV aunque con remodelaciones. En lo alto también se encuentra el santuario de Nuestra Señora del Avellano, patrona de La Puela. La iglesia parroquial de San Andrés fue mandada construir por los condes de Peñalba en el siglo XVI, para ello derribaron la antigua iglesia medieval que podría datar de antes del siglo XII. El ayuntamiento también tiene cierta prestancia indiana, es del año 1907. Un paseo por el parque de El Toral, que guarda el Monumento al Emigrante, y después de haber recorrido este afable pueblo, que mejor que disfrutar de su rica gastronomía, un buen pote de berza, un repollo relleno de ternera... todo ello regado de un vino de la zona y sus aguardientes.

Fiestas

En Pola de Allande se festeja a Nuestra Señora del Avellano, patrona del concejo y de la villa, el 8 de septiembre.

Tradiciones

Según manda la tradición el día en que se festeja a Nuestra Señora la Virgen del Avellano se baja en procesión la imagen de la Virgen hasta la iglesia de San Andrés y después de diferentes actos y eventos se la vuelve a trasladar hasta su santuario. A esto le sigue la tradicional Descarga del Avellano, mientras que voladores y cohetes inundan el cielo de la localidad. Esta fiesta del Avellano coincide, como no, con la recogida de las avellanas, por lo que no es de extrañar que en la mayoría de las mesas se deguste la deliciosa y tradicional tarta de avellana.

Curiosidades

El que se relacione al avellano con lo divino es una creencia ancestral. Los celtas y otros pueblos de la antigüedad atribuían a estos árboles poderes sobrenaturales, las varas hechas con sus ramas espantaban al mal, curaban mordeduras de reptiles, y a través de ellas se encontraban tesoros y sobre todo agua, incluso deshacían encantamientos. Entroncado con la sabiduría y por su simbolismo, no es de extrañar que a su vera se ubicaran santuarios y altares que después la cristianización trocó por ermitas y capillas con advocación a Vírgenes aparecidas en ellos.

Leyenda

Se cuenta que hace muchos años llegó a la villa un peregrino que en su periplo jacobeo fue pasando por multitud de penalidades y que llegando aquí cayo postrado y muy enfermo. Atendido por los que por aquel entonces se encargaban de intentar sanar las enfermedades, barberos, curas, herboristas... el pobre hombre estaba a punto de ser desahuciado medicamente cuando, quiso la fortuna, que llegara a la localidad un fraile del cercano monasterio de Obona que tenía por costumbre y devoción el venir a rezar a la ermita de la Virgen del Avellano. El fraile conoció entonces el caso del maltrecho peregrino al que tomó bajo su cuidado a la vez que lo encomendaba a la Virgen y ante los ojos de todos se produjo la sanación de este hombre que, eternamente agradecido, prometió rezar todos los días una Salve a tan milagrera Señora.