Fundada en el siglo 25 a.C., a orillas del río Guadiana, por orden del emperador Octavio Augusto, Mérida, o como se la conocía por aquel entonces Emérita Augusta, fue durante la época romana y visigoda un núcleo urbano de vital importancia para ambas civilizaciones. Su estratégica ubicación pronto la convirtió en capital de la floreciente provincia de Lusitania, hecho que facilitó su esplendor como gran urbe romana que fue, una de las más importantes dentro del imperio Romano, muestra de ello son las joyas arqueológicas de aquel periodo que han llegado hasta nuestros días.
El Paseo por la Mérida Romana nos permite adentrarnos en esta ciudad milenaria, al mismo tiempo que viajamos en el tiempo y en su historia. Visitar su teatro o el anfiteatro romano es sentirse por un momento, mientras contemplamos tan insignes construcciones, en la piel de los gladiadores que pisaron su arena. Al contemplar el colosal circo romano nos sorprendemos imaginándonos el ensordecedor bullicio que jaleaba a las cuadrigas que por él corrían. Las termas y acueductos, los templos y yacimientos arqueológicos, son solo algunos de los atractivos a través de los cuales nos transportará este recorrido por Mérida, un gran museo al aire libre que nos obsequia, casi a cada paso, con algunas de las obras que componen su considerable colección.
Comenzamos este Paseo por la Mérida Romana en uno de sus monumentos más ilustres y conocidos, el teatro romano que junto al anfiteatro forman un conjunto de inestimable valor histórico y cultural además de obsequiar a quien lo visita con la especial belleza y sosiego que envuelven a este lugar. La visita a ambos emplazamientos se realiza de forma común al encontrarse dentro del mismo recinto, en cuya entrada también encontraremos una de las oficinas de turismo. Una vez dentro dispondremos de un recorrido señalizado que nos ayudará a no perdernos ni un solo rincón de este interesante paraje. Anfiteatro Romano erigido en el 8 a.C. sin lugar a dudas fue el mejor marco posible para espectáculos de diversa índole y que gozaban de gran popularidad. El teatro romano construido entre los siglos 16 y 15 a.C. representa como casi ninguna otra construcción la importancia con que contó Emérita Augusta dentro del imperio.
Sin duda cuesta despedirse de tan notable conjunto arquitectónico, pero lo haremos para encaminarnos bordeando los límites del anfiteatro a través de un agradable paseo que nos acercará hasta la calle Cabo Verde, por la que descenderemos en busca del paso soterrado que nos permitirá salvar las vías del tren. Nada más pasar bajo la vía férrea nos llama la atención varias construcciones que nos avisan de nuestra próxima parada. Las termas y el acueducto del San Lázaro, al otro lado de la calle, nos invitan a visitarlas y conocerlas con más detenimiento disputándose nuestra atención con el cercano circo romano que nos espera poco más adelante. Estamos ante uno de los circos del imperio romano que se encuentra en mejor estado de conservación, lo que nos permite poder hacernos una mejor idea de cuánto aquí acontecía. Sus extraordinarias dimensiones no dejan indiferente a quien lo contempla y viene a certificar aún más si cabe la importancia y prestigio con que contó Mérida.
Regresamos a nuestra era para desandar lo andado y volver a pasar bajo las vías del tren, aunque esta vez seguiremos sin desvíos hasta nuestra siguiente parada el rumbo que nos marca la Avda. Extremadura, calle donde nos saca el paso subterráneo que debemos atravesar. A la par que avanzamos examinamos la avenida en busca de restos romanos que nos señalen nuestro destino, pero en vez de estos nos sorprende la silueta de la Basílica de Santa Eulalia que a primera vista nada o poco tiene que ver con la época romana. Nada más lejos de la realidad, nos encontramos ante un enclave en el que justo a su entrada nos aguarda el Templo de Marte, un pequeño oratorio conocido popularmente como El Hornito. Santa Eulalia, patrona de Mérida, fue una niña emeritense que vivió y fue martirizada por cristiana en los años del imperio, bajo su templo románico nos aguardan los restos de las antiguas mansiones romanas que precedieron al cementerio cristiano de finales del siglo III que las sustituyó.
Nos despedimos de la basílica, situada no demasiado lejos del imponente acueducto de Los Milagros, para remontar la Rambla Mártir Santa Eulalia adentrándonos en la ciudad. Avanzamos dejando tras nosotros la plaza donde finaliza esta calle para continuar pasando junto a la oficina de turismo, la cual dejaremos a nuestra derecha. La estrecha calle Berzocana nos conduce sin más desvíos hasta las proximidades de otro hito de la era romana, el Templo de Diana, que nos espera al finalizar esta calle. Realmente estamos ante un templo de culto imperial, en razonable buen estado de conservación debido en parte a que el Conde de los Corbos lo aprovechó para edificar su palacio. Su aspecto y estado recuerda a otros templos de más renombre situados también en grandes e importantes urbes romanas a las que nada o poco envidiaría en su día Emérita Augusta, a razón de lo visto y conocido hasta el momento.
Continuamos siguiendo la calle Romero Leal que nos llevará hasta la plaza del Rastro donde se encuentra la sede de la presidencia del gobierno de Extremadura ocupando el antiguo edificio Conventual Santiaguista. Bordeando este edificio descendemos hasta la plaza que acoge a la Loba Capitolina. Junto a ella encontramos el acceso a la Alcazaba árabe, erigida en la Mérida musulmana por el emir omeya Abderramán II en el año 835. Esta fortaleza alberga en su interior restos de la época romana, al igual que un extraordinario aljibe. La muralla que la protegía nos permite disfrutar de una panorámica excepcional del río Guadiana a su paso por la ciudad, al mismo tiempo que nos descubre el valor estratégico, defensivo y de control que esta fortaleza ostento a lo largo de sus años de mayor esplendor. Periodos en los que cada diferentes culturas que pasaron por aquí aportaron sus singularidades a este conjunto arquitectónico.
Junto a la Alcazaba, que controlaba el tránsito por el majestuoso Puente Romano que atravesaba el río Anas, nombre con el que se conocía al Guadiana por aquel entonteces y uno de los más largos construidos en aquella época. Estamos ante uno de los mayores participes de la importancia con que contó Mérida. Paso obligado de mercancías y comerciantes, ejércitos y señores, fue un elemento esencial sin el que no se podría entender la historia de esta tierra. Dejamos tras nosotros por el momento el puente para recorrer el agradable paseo Roma hasta el cercano yacimiento de las Morerías, en su mayoría ubicado bajo la protección de un moderno edifico. Morerías conserva parte de la antigua muralla romana además de otros restos, tales como viviendas, calzadas… aunque lo que destaca por encima de todo, sobre todo a ojos de los entendidos en la materia, es la evolución de las diferentes construcciones y la influencia que sobre ellas tuvieron las diferentes civilizaciones que por aquí pasaron.
Nos despedimos de este pedacito de la historia de Mérida para regresar sobre nuestros pasos hasta la plaza del Rastro, desde donde proseguiremos la ruta remontando la calle Graciano que surca los límites de la alcazaba. Avanzamos sin percatarnos que la calle Oviedo ha tomado el relevo para guiarnos sin desvíos hacia nuestra próxima parada. Estamos ante una vivienda edificada fuera de las murallas de la ciudad, a finales del siglo I e inicios del II d.C., sin lugar a dudas estamos ante una construcción habitada en su día por importantes personajes de la sociedad de Emérita Augusta. La terma, los patios, entre otras estancias a las que se viene a sumar la cuidada decoración que adornaba la vivienda, así lo hacen suponer. Junto a esta casa, y hoy en día dentro del mismo recinto visitable, se encuentran Los Columbarios, un espacio donde podemos descubrir los diferentes tipos de ritos funerarios y las distintas formas que han tenido los emeritenses de recordar a sus muertos a lo largo de la historia.
Surcamos los límites del recinto que acabamos de visitar remontando la calle Vía Ensanche para poner rumbo hacia nuestra siguiente parada. Al final de esta calle continuaremos por nuestra izquierda en busca del paseo que bordea el recinto del teatro romano desde el que iniciamos el recorrido y frente a cuya puerta de entrada se sitúa el museo. De visita seguramente imprescindible, nos aguarda un edifico de notables dimensiones que atesora una de las más, por no decir la más importante, colección de esculturas romanas y de mosaicos de la península. Su visita nos ayudará a comprender mejor todos aquellos lugares que acabamos de recorrer, su funcionamiento e importancia así como la organización y administración no solo de una gran ciudad del imperio, también de la provincia que controlaba. Además nos esperan sorpresas a modo de exposiciones temporales, sin olvidarnos de su cripta que alberga vestigios de antiguas viviendas y enterramientos. Aquí ponemos punto y seguido a este Paseo por la Mérida Romana donde sin duda aun nos aguardan más lugares y tesoros por descubrir.
1-Organiza las visitas, ten en cuenta que muchos de los lugares están sujetos a horarios de visita por lo que es interesante conocerlos de ante mano.
2-Aprovecha la visita para descubrir otros de los atractivos turísticos con los que cuenta Mérida como por ejemplo su excelente artesanía cerámica y alfarera o su gastronomía.
3-Es necesario comprar la correspondiente entrada para poder realizar la visita a la mayoría de los monumentos, pero existe un bono algo más económico que nos sirve para acceder a los principales. No incluye el Museo Nacional de Arte Romano.
4-La visita a la ciudad amplia considerablemente sus posibilidades si la hacemos coincidir con la Semana Santa, la Feria de Septiembre o los meses de agosto y septiembre, coincidiendo estos últimos con los conocidos festivales de teatro clásico que se celebran en el marco incomparable del teatro romano.
5-El calor, sobre todo los meses estivales, suele ser un compañero inseparable de nuestra visita, se previsor, hidrátate con frecuencia, usa los protectores solares habituales y deja las visitas más expuestas para primeras horas del día.
Mapa de la ruta
Este mapa es un croquis hecho como ejemplo de la ruta, en ningún caso representa el mejor o el único itinerario a seguir. En su desarrollo no se han tenido en cuenta las normas vigentes de circulación o el estado de los lugares por donde pasa y que pudieran afectar a su trazado.
Descubre qué ver en...
¿Sabías que…
El Conjunto Arqueológico de Mérida fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en diciembre de 1993 y curiosamente 10 años antes, aunque en febrero, Mérida fue elegida como capital de la comunidad autónoma de Extremadura devolviendo a esta ciudad parte del esplendor con que contó en la época romana. Para que puedas sacar el máximo partido a tu paso por Mérida en este enlace encontrarás diferentes visitas guiadas que te ayudarán a conocer sus principales monumentos y un montón de curiosidades de la ciudad.
No te pierdas…
El Acueducto de los Milagros cuyos restos los encontrarás algo alejados del centro urbano, poco antes de que el arroyo de Albarregas vierta sus aguas en el Guadiana, aunque merece la pena acercarse. Se trata de una colosal obra que traía hasta la ciudad las aguas procedentes del pantano de Proserpina o Charca de la Albuera.
Distancia de la ruta
4,8 Km. Esta cifra puede variar según el trazado que sigamos.
Duración de las visitas
5h 00min Es el tiempo aproximado que nos llevará realizar las diferentes visitas de la ruta además del desplazamiento, puede variar en función del tiempo que dediquemos a cada lugar.
Época del año
Durante todo el año podremos disfrutar de esta ruta, aunque en los meses de verano coinciden las altas temperaturas y la mayor afluencia de público.
Encantos
Histórico, cultural y artístico. Esta ruta nos da a conocer gran parte de la historia y la cultura de la Mérida romana.
Desde el compromiso de SENDITUR con la Naturaleza, el respeto y el equilibrio del medioambiente, SENDITUR te insta a viajar de una forma responsable, con bajo impacto ambiental y respetando en todo momento el entorno Natural, Cultural y Social de allí por donde pases.
Además de compartir con todos nosotros tu experiencia en la ruta te agradeceríamos que nos escribieras para informarnos de cualquier dato erróneo o no actualizado que hayas encontrado, o simplemente para hacernos llegar tu opinión a Muchas Gracias.
Información de la ruta actualizada a 19-10-2016. La ruta puede variar mucho en función de la época del año, de las condiciones meteorológicas y del terreno, así como por las acciones de terceros y de la evolución sufrida por el medio natural donde se ubica. Todas las opiniones, consejos y/o valoraciones realizadas por SENDITUR en sus descripciones son a título orientativo y están sujetas y/o se refieren a las condiciones específicas del día concreto de la realización del recorrido, refiriéndose a ese día en concreto, tomando como referencia a personas entrenadas y con la debida experiencia, con un nivel alto de preparación tanto física como técnica, además de correctamente equipadas.
Todos los tiempos son aproximados y toman un carácter orientativo, no se han tenido en cuenta las paradas por pequeñas que sean. Toda la información relacionada con la ruta, textos, imágenes, vídeos, mapas, esquemas, tracks, poblaciones, y lugares de interés turístico están publicadas a título orientativo, pudiendo no coincidir con el estado actual de cada lugar. Antes de realizar cualquier actividad, valora tus conocimientos técnicos, tú forma física, infórmate sobre la meteorología y las variaciones que hubiera podido sufrir la ruta, equípate correctamente, sé prudente y responsable en todo momento, no sobrepasando tus capacidades. Igualmente, te animamos a documentarte con libros y guías especializadas para complementar la información descrita. SENDITUR no se responsabiliza de cualquier mal uso o uso inadecuado de las guías comprensivas de sus rutas y/o publicaciones así como del de sus guías electrónicas, ni de las variaciones por los motivos antes referidos que pudiera haber de sus descripciones y recomienda que cada uno sea responsable y prudente en la realización de la actividad.
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