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¿Sabías que... Lugo

Se sitúa en el noroeste de la Península, sobre una colina, en las tierras incluidas en la Reserva de la biosfera «Tierras del Miño». Con un paisaje de montañas redondeadas y no muy altas, está rodeada por el río Miño, el Rato y el Chanca además de los dos que la atraviesan el Fervedoira y el Mera. Aunque se sabe que diversas zonas de donde hoy se sitúa la ciudad estuvieron habitadas desde tiempos muy antiguos, piezas de sílex, túmulos, dólmenes...así lo acreditan, el origen de Lugo está en un castro sobre el que luego los romanos construyeron la ciudad de Lucus Augusti, fundada en el año 25 antes de Cristo por Paulo Fabio Máximo, siendo la más antigua de Galicia. La ciudad fue, en el siglo III, rodeada por una muralla que fue construida con lajas de pizarra y reforzada con sillares graníticos. Años más tarde la ciudad crece, pues en ella se asientan los habitantes de los castros cercanos.

Un poco más de historia

En los siglos sucesivos, Lugo ve cómo etapas de esplendor se ven empañadas por otras de decadencia, bailando al son de los acontecimientos históricos. Suevos, visigodos, musulmanes, la Reconquista, las luchas entre los reinos... Entre los siglos XI al XIII Lugo fue protagonista de revueltas populares contra el poder de los señores feudales. En el siglo XVI fue nombrada por Carlos I capital del reino de Galicia, pero la ciudad fue perdiendo protagonismo en favor de Santiago de Compostela hasta que en el siglo XVIII se convirtió en la gran capital agraria de Galicia gracias a la concesión del privilegio real en favor de las ferias de San Froilán, por parte de Fernando VI en el año 1754. El siglo XIX y el XX, con la Guerra de la Independencia, las Carlistas, la Revolución Gallega de 1846, las Repúblicas y la Guerra Civil, tampoco pasaron desapercibidos para Lugo, pues todos y cada uno de estos acontecimientos dejaron su impronta física en edificios y monumentos, así como en la actividad económica, social y cultural de sus gentes.

¿Qué ver en Lugo?

Lugo se presta a recorrerla con una calma pausada, un pasear sus calles e ir descubriendo bellos rincones. Primero, cual vigilante, el andar los dos kilómetros que tiene el contorno de su impresionante muralla, única en el mundo que conserva todo su perímetro y que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000, con sus diez puertas, la llamada Falsa en la plaza del Ferrol, la Porta de San Pedro, por donde los peregrinos entran en la ciudad, la puerta Miña por donde sale la ruta jacobea, conocida también como del Carmen por el antiguo santuario situado enfrente, o la Porta de Santiago, otra de las salidas que toman los peregrinos, era la antigua Porta del Postigo o Pexigo. Lugo conserva también termas romanas y un puente romano. Cuando el visitante se adentra en el casco histórico, entre la plaza de Soedade y la del Campo, se sitúa donde estuvo el primitivo campamento romano. En la plaza do Campo hay una fuente barroca coronada con una estatua de San Vicente Ferrer.

Para descubrir

La catedral de Santa María, románico-gótica, muy cercana a la puerta de Santiago, se comenzó a construir en el siglo XII en el lugar donde antes hubo una basílica prerrománica, guarda en su interior una de las capillas más visitadas, la de Nuestra Señora de los Ojos Grandes, "A Nosa Señora dos Ollos Grandes". Fuera, en la plaza de Santa María, el Palacio Episcopal aunque es mayoritariamente barroco su origen es medieval. La iglesia de San Pedro, gótica, y que antiguamente formó parte del convento de San Francisco. La bonita iglesia de San Froilán, patrón de Lugo, y se llega al conjunto monumental de la plaza de Santo Domingo que exhibe iglesia, convento del siglo XIV y una columna imperial dedicada a Augusto, de allí el paseo acerca a la plaza Mayor en la que destaca la fachada del ayuntamiento de un estilo barroco-gallego. Museos, como el Provincial, paseos fluviales que circunvalan la ciudad por el sur o el parque de Rosalía de Castro con sus dos secuoyas de más de veinticinco metros, pueden completar la visita a la milenaria ciudad lucense de la que el turista no puede irse sin disfrutar de su rica gastronomía regada con sabrosos caldos de la zona y para ello hay que pasarse por las tabernas y bares de las calles Rúa Nova, conocida como Rúa dos Viños, y Praza do Campo.

Fiestas

Lugo celebra sus fiestas patronales en honor a San Froilán el 5 de octubre, el primer fin de semana de septiembre se celebra La Milagrosa, el 16 de julio la Virgen del Carmen y el 15 de agosto la fiesta es por San Roque, sin olvidar la gran festividad de Santiago Apóstol el 25 de julio.

Tradiciones

Dentro de los días de festejos en honor a San Froilán Lugo vive un gran día, el tradicional Domingo das Mozas. En el desfile que se realiza entre la plaza Mayor y el parque de Rosalía de Castro, para rendir una ofrenda depositando flores a los pies del busto de tan insigne escritora gallega, los trajes regionales y el folclore gallego son los protagonistas.

Curiosidades

El camino entra en Lugo por el barrio de A Chanta pasando por el puente medieval que fue reconstruido en el siglo XVI. En este barrio y sobre el valle del río Chanca se levanta el puente-viaducto cuya construcción, para el paso del ferrocarril de la línea A Coruña-Palencia, tardo tres años. Es una curiosa obra de ingeniería que supuso para Lugo un resurgimiento y expansión económica importante. El primer tren que llego a Lugo tenía como procedencia La Coruña y fue el día 5 de octubre de 1875 aunque el puente no se inauguró hasta el 1880 cuando se terminaron las obras de la estación. Con sus casi 300 metros de largo hoy es uno de los símbolos reconocibles de Lugo.

Leyenda

Se cuenta que el nombre de Lugo está relacionado con el dios Lug, divinidad celta que poseía todos los poderes y desarrollaba todas las funciones de los demás dioses. Y se dice que un día queriendo acudir a la sala donde se reunían las deidades no le permitieron la entrada pues ya estaban dentro todos y cada uno con su particular don, y que él era "un dios de luz", entonces Lug, cuyo símbolo era un cuervo y se le conocía como "el de la larga mano" pues poseía un arma sagrada de certero tino, demostró que era el único que aunaba todas las funciones y que las podía realizar al unísono, con lo que le fue permitida la entrada al recinto.