Se asienta sobre una suave ondulación en un terreno prácticamente llano en la zona norte de la provincia de Palencia y en plena comarca natural de Tierra de Campos. El origen de Villalcázar de Sirga se da en los asentamientos romanos de los alrededores de la Ermita de la Virgen del Río. La villa fue una importante plaza fuerte que el reino cristiano de Castilla utilizaba en sus luchas contra los musulmanes durante la Edad Media. Alfonso X el Sabio en sus Cantigas la menciona con el nombre de Villasirga. En el siglo XIV había en Villasirga tres iglesias, dos de ellas estaban dedicadas a Santa María: una es la actual iglesia parroquial de la Virgen Blanca o Nuestra Señora de Villasirga y la otra, la actual ermita de Nuestra Señora del Río, que en su momento fue también parroquia. Santa María o Santuario de la Virgen Blanca fue una de las encomiendas que la orden del Temple tuvo en el reino de Castilla en aquel siglo, tiempo después pasó a pertenecer a la Orden de Santiago.
Su nombre actual se compone de tres palabras, villa, por haber sido señorío desde el siglo XIII con don Rodrigo Xirón, importante personaje de la corte de Fernando III, alcázar, por la figura almenada de la fortaleza que aquí tuvieron los templarios y sirga por el Camino. En el año 1.661 se creó el título de Conde de Villalcázar de Sirga, que luego dejaría como señor de la villa al obispo de Palencia. Hoy en día esta villa no ha perdido ninguna de sus dos denominaciones y responde indistintamente a sus dos nombres.
En Villalcázar de Sirga se encuentra una verdadera joya medieval, la monumental iglesia de Nuestra Señora de Villasirga también llamada de la Virgen Blanca, sobre nombrada como la Capilla Sixtina del románico-ojival. Comenzada a edificar en el siglo XII, fue en el XIII cuando se terminaron las obras y el siglo XIV, con la construcción de la capilla de Santiago, la dotó de una mayor luminosidad al abrir una de sus paredes con un grandioso rosetón. Llama la atención su portada, doble y en forma de ángulo que da acceso a la iglesia, con una entrada formada por cinco arquivoltas y cincuenta figuras esculpidas, y a la capilla de Santiago, cuya entrada con tres arquivoltas también está decorada con figuras. En el friso superior de la portada del templo un Pantocrátor nos bendice. Además una vez dentro de la iglesia se puede admirar los sepulcros, exentos y apoyados sobre leones, del infante Don Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio, y de su segunda esposa y como no, la imagen de la Virgen de las Cántigas del siglo XIII.
En frente de la Iglesia, el palacio de los Condes de Villasirga, hoy el Ayuntamiento, es un edificio del siglo XVIII pero con restos apreciables de muy anteriores edificaciones, el edificio también alberga otros servicios útiles tanto para la gente del pueblo como para los visitantes, la Casa del Peregrino y el centro médico, la oficina de turismo, y la biblioteca. A un kilómetro del pueblo, junto al río Ucieza, la Patrona del pueblo, la Virgen del Río, se encuentra en su ermita, allí, en un pequeño cenobio que fue el principio de la actual Ermita y en torno al cual se desarrolló la vida de los “mielgueros” hasta que las parroquias se integraron en la Encomienda en el siglo XVI, se encuentran los orígenes de Villasirga, entre restos de asentamientos romanos y las fuentes Salsa y la de la Virgen.
Villalcázar celebra sus fiestas patronales en honor a la Virgen Santa María en mayo el día 26, en junio el 16 se vuelve a honrar a la patrona del pueblo y a San Fructuoso se le festeja el 28 de abril.
La sabiduría popular nos recuerda que Alfonso X compuso sus Cantigas de Santa María al quedarse prendado de la imagen de la Virgen, que halló en el interior del templo de Nuestra Señora de Villasirga, y de los relatos que los peregrinos hacían sobre los milagros por ella realizados.
En documentación de 1069, ya se citaba a esta villa como Villasirga, lo de sirga hace referencia, pues así se denominaba, al viejo Camino Francés. Por otro lado el reciente hallazgo de diez antiquísimos cantorales y un breviario en la iglesia de Santa María la Blanca en Villalcázar de Sirga confirman la tradición litúrgica de la villa.
Circula una leyenda por estas tierras de Villasirga que dice que si el día del equinoccio de primavera se golpea el punto exacto en el que un rayo de sol alcanza al toro, que es el animal simbólico que representa a San Lucas, las cabezas que se encuentran a cada lado del Cristo en Majestad, el Pantocrátor del friso de la iglesia de la Virgen Blanca que está rodeado de los cuatro evangelistas, revelarán el lugar donde los templarios ocultaron su formidable tesoro antes de que pasara a manos de los caballeros santiaguistas.
Hasta Villalcázar de Sirga llegamos siguiendo la carretera que une Frómista, en la A-67 entre Palencia y Santander, con Carrión de los Condes, en plena A-231 o autovía del Camino. Esta carretera a su vez también la comunica con las localidades cercanas de Revenga de Campos, Población de Campos y Villarmentero de Campos.
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