Se encuentran entre los términos de Oliva de Plasencia y Guijo de Granadilla, al norte de la provincia de Cáceres en la comarca del Valle de Alagón sobre un promontorio a orillas del río Ambroz, en lo que hoy se conoce como dehesa Casablanca. El nombre de la Ciudad romana de Cáparra es de origen vetón, como el asentamiento prerromano que la originó. En la época romana formaba parte de la provincia de Lusitania y llegó a adquirir gran importancia tanto por estar situada en un territorio con pocos núcleos urbanos romanos como por ser un crucial lugar de paso en la vía romana que unía Emérita Augusta con Asturica, lo que más tarde sería la Vía de la Plata que a su paso por la ciudad se convirtió en una de sus dos más importantes calles, el decumanus maximus. La existencia de Cáparra está documentada desde la antigüedad. A principios del siglo I después de Cristo la ciudad se protegió con una muralla que sería reforzada alrededor del siglo IV, aunque es muy factible que la población rebasara el perímetro amurallado extendiéndose fuera de él. Las murallas tenían tres puertas, una a cada lado del decumanus maximus, este y oeste, que conectaban con la Vía de la Plata y la puerta sur que llevaba al Foro a través del otro eje urbano, el cardo máximo.
En el año 74 el emperador Vespasiano concedió a las provincias hispanas el derecho latino y de esa forma Cáparra se convirtió en municipio y sus habitantes en ciudadanos romanos, ello se tradujo en un importante desarrollo urbanístico para la localidad del que quedan numerosos restos incluido su famoso arco. La caída del imperio romano supuso para Cáparra el inicio del declive que se intensificó en la Alta Edad Media, empezando a despoblarse; de la época visigoda nada se sabe sobre Cáparra y con la invasión de los musulmanes el abandono se acentuó sin que cuando fue reconquistado, siglos más tarde, se tengan noticias de repoblación. En el siglo XVI se menciona a Cáparra en un documento junto a un dibujo de su arco y se sabe de la existencia de ventas del camino, para uso de viajeros, que perduraron hasta el siglo XIX en el que desaparecieron como consecuencia de la Guerra de la Independencia y que eran conocidas y hoy recordadas por el nombre de Ventas de Cáparra.;
El recorrido por tan interesante yacimiento se puede iniciar en el Centro de Interpretación de Cáparra, que situado en el mismo enclave y construido sobre la excavación parcial de una de las tres necrópolis conocidas de la ciudad, da al visitante la información necesaria para una mejor puesta en escena de los restos arqueológicos que va a encontrar y le ayuda a meterse en situación y transportarse en el tiempo. Una vez fuera, a la derecha del edificio se puede ver una sepultura de piedra de granito.
Cercano a ella se encuentra el anfiteatro que fue construido, en el siglo I después de Cristo, fuera del recinto urbano. Un camino de grava conduce entre campos de olivos hacia el centro de la urbe de Cáparra donde se alza el conocido tetrapylum, el famoso arco de Cáparra, que es el único vestigio de esta ciudad que se ha mantenido en pie. Este arco cuadrifronte es el único en España de sus características y fue erigido a finales del siglo I y en él muy probablemente confluyeran los dos ejes o calles principales el Cardo y el Decumano. Las termas se sitúan en el extremo noroeste de la antigua ciudad romana, junto al arco y haciendo esquina con cardo y decumanus maximus. Nada más traspasar el arco aparece el espacio público principal de Cáparra, el foro, centro político social y religiosos, en este recinto se encontraba a la izquierda la basílica, donde se administraba justicia, a la derecha la curia, donde se reunía el senado, y en el fondo tres templos. Recorrer los lindes del decumano, en el que todavía se puede apreciar parte del enlosado de la Vía de la Plata, el contorno de las domus, mansiones señoriales, y de las insulae, manzanas de casas, intentando imaginar el bullicioso sonido de las tabernae, ya depende del empeño de cada uno.
Existe un dicho que llegó a popularizarse en el siglo XVI y que reza "y así se despobló Cáparra" y que se utiliza cuando en una reunión de personas, éstas van yéndose poco a poco, tal como pasó con el abandono, por parte de la población, de Cáparra.
El origen del nombre de Cáparra no es latino, sino prerromano, probablemente vetón, y podría significar lugar de intercambio, trueque o mercado. En sus cercanías quedan restos de puentes romanos y está asentada en un cruce de caminos hacia el valle del Jerte.
MÁS RUTAS DISPONIBLES, NO TE LO PIERDAS...
MÁS LUGARES DISPONIBLES, NO TE LO PIERDAS...
La Ciudad Romana de Cáparra se encuentra muy próxima a la autovía A-66 que une Plasencia y Salamanca. Concretamente poco antes de llegar a Plasencia procedentes de Salamanca, a la altura de Villar de Plasencia encontraremos el desvío que debemos tomar dirigiéndonos hacia Oliva de Plasencia. Ya en la antigua N-630, poco después de salir de la autovía encontraremos el cruce con la carretera que conduce hacia Guijo de Granadilla por la cual deberemos continuar. Es en esta carretera comarcal donde nos espera el acceso a la Ciudad Romana de Cáparra.
Una vez dentro del recinto, nada más entrar en él, se encuentra el centro de interpretación y un amplio aparcamiento donde podremos dejar nuestro vehículo, para comenzar la visita a este yacimiento.
SENDITUR no se responsabiliza de cualquier variación en la información descrita así como del mal uso de sus guías y recomienda que cada uno sea responsable y prudente en la realización de la actividad. Igualmente, te invitamos a documentarte con libros y guías especializadas para complementar la información descrita. Desde el compromiso de SENDITUR con la Naturaleza y el respeto al equilibrio del medioambiente, SENDITUR te insta a viajar de una forma responsable, con bajo impacto ambiental y respetando en todo momento el entorno Natural, Cultural y Social de allí por donde pases. Para cualquier sugerencia, SENDITUR te invita a enviar un correo a
Continuar viendo ...