Lugar mítico, retiro del Emperador Carlos V
Se encuentra cercano a la localidad de Cuacos de Yuste, en la comarca de La Vera al noreste de la provincia de Cáceres, en un bonito y tranquilo lugar de las estribaciones de la sierra de Tormantos. El origen del Monasterio de Yuste hay que buscarlo en el año 1.402 cuando se estableció en el lugar un cenobio de «ermitaños de la pobre vida». Con el tiempo, esta comunidad de eremitas aumentó y se acogieron a la regla de San Jerónimo. Este monasterio jerónimo fue fundado bajo el patrocinio del Infante Don Fernando, hermano de Enrique III, pero las obras no se terminaron hasta el año 1.554 gracias al apoyo de los condes de Oropesa y el obispo de Plasencia. El Monasterio de Yuste adquirió su mayor relevancia cuando Carlos V, el Emperador, decidió, después de abdicar en su hijo Felipe II, retirarse a él, por lo que se hubo de afrontar la construcción de una casa-palacio que albergara las dependencias reales. Estas obras se realizaron entre los años 1.554 y 1.557. El Emperador tuvo que esperar en Jarandilla, en el palacio de los condes de Oropesa, un tiempo hasta que se terminaron las obras y pudo trasladarse a Yuste en donde moriría un año más tarde, en septiembre de 1.558. En los siglos posteriores el Monasterio de Yuste pasó por diferentes avatares.
Durante la Guerra de la Independencia el convento fue incendiado y quedó prácticamente destruido. Los jerónimos fueron expulsados de Yuste y con la desamortización de Mendizábal, fue vendido y comenzó su deterioro y abandono hasta que en 1.857 lo compró el Marqués de Mirabel, quien lo reparó y abrió de nuevo la iglesia al culto. Declarado Monumento Histórico-Artístico en 1.931, después de la Guerra Civil fue cedido al Estado, que comenzó su reconstrucción en 1.949. El Monasterio de San Jerónimo de Yuste se integró en el Patrimonio Nacional en 2004. El Monasterio de Yuste está habitado en la actualidad por los monjes de la Orden de San Pablo Primer Eremita, siendo el primer monasterio de esta Orden Paulina en España.
A la entrada del palacio y de la iglesia unos impresionantes eucaliptos, con troncos de un diámetro inmenso, reciben al visitante que se dispone a recorrer el conjunto del Monasterio de Yuste formado por dos partes diferenciadas, la iglesia con sus dos claustros y el palacio del Emperador. A la iglesia se accede desde el exterior por una portada renacentista, su Altar Mayor fue mandado construir por Felipe II en 1.580 y destaca también la sillería del coro que es gótica del siglo XV. Al lado de las dependencias de los monjes se encuentra el claustro gótico del siglo XV, con acceso directo a la iglesia, su planta rectangular es debido a la ampliación sufrida a comienzos del siglo XVI cuando se eliminó la primera iglesia y se construyó la actual.
El claustro gótico comunica con el claustro renacentista por medio de una crujía o sencillo paso en el noroeste. El claustro renacentista, también llamado plateresco, fue construido a mediados del siglo XVI con la contribución económica del rey Felipe II y pasó a ser el claustro procesional del monasterio. Sobre el muro sur de la iglesia se levanta el palacio del Emperador, una sencilla edificación de ladrillo, mampostería y sillería. Las dos plantas de las que se compone la casa tienen parecida distribución, un pasillo central y a los lados sendas estancias. En la alcoba del rey Carlos I una ventana abierta a la iglesia permitía al monarca seguir los cultos religiosos desde la cama. Desde los miradores de los aposentos reales se puede disfrutar de los jardines y del estanque por donde el rey paseaba siempre que la gota se lo permitía. También se puede visitar la cripta de la iglesia dónde quería ser enterrado Carlos V. El palacio tenía muy poco mobiliario llamando la atención la silla articulada, para el descanso del monarca, cuadros, armas y sobre todo un valiosísimo reloj del año 1.562 construido en oro y platino.
El estanque donde le gustaba pescar al Emperador pudo ser la causa, indirecta, de la muerte del monarca ya que Carlos V murió de paludismo y muy probablemente enfermó por las picaduras de los mosquitos de este estanque.
En la carretera que va de Cuacos de Yuste en dirección al Monasterio de Yuste y muy cercano a éste se encuentra el Cementerio Alemán de Yuste. Un solitario y tranquilo lugar en el que reposan los restos mortales de soldados alemanes caídos en la primera y en la segunda Guerra Mundial. En concreto hay 28 soldados de la primera Guerra Mundial y 154 de la segunda Guerra Mundial. Los cuerpos de estos soldados, marineros y aviadores que fueron muertos en territorio español debido a naufragios o derribos de aviones, en un principio estaban repartidos por diversos cementerios de España, hasta que en el año 1.980 el gobierno alemán decidió reunirlos en un único lugar y comenzó las obras de este cementerio que fue inaugurado tres años más tarde, el 1 de junio de 1.983 con la asistencia de representantes de la Embajada Alemana, autoridades españolas y familiares llegados desde Alemania. En el cementerio hay una placa escrita en alemán cuya inscripción termina con la frase:”... Recordad a los muertos con profundo respeto y humildad."
Carlos V de Alemania y I de España dispuso en su testamento donde quería que se ubicara su féretro dentro de la cripta que mandó construir para tal fin. Quería que lo colocaran de forma que cuando el sacerdote estuviera oficiando la misa en la planta superior estaría de pie justo encima de su cuerpo. Pero el monarca murió antes de que se terminara la construcción de la cripta por lo que fue enterrado detrás del Altar Mayor de la iglesia y más tarde su hijo Felipe II trasladó sus restos al Monasterio del Escorial.
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Cuacos de Yuste se encuentra en plena carretera EX-203 que lo comunica por un lado con Plasencia y por el otro con la N-502 entre Ávila y Talavera de la Reina. También desde Naval Moral de la Mata podemos llegar hasta Cuacos de Yuste siguiendo la EX119 hasta Jarandilla de la Vera para desde allí dirigirnos hacia Cuacos de Yuste. Igualmente desde la N-110 poco después de salir de Plasencia dirección Ávila tendremos la posibilidad de acceder siguiendo las carreteras locales que unen los pueblos del Valle del Jerte con los del Valle de la Vera.
Desde el mismo Cuacos de Yuste, justo a nuestra llegada a la localidad procedentes de Plasencia, parte la carretera que asciende hasta el Monasterio de Yuste. Una vez en él dispondremos de un amplio aparcamiento donde podremos estacionar nuestro vehículo y realizar la visita. Hasta aquí también llega la carretera local que conecta con la localidad de la Garganta de la Olla.
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