Uno de los conjuntos más representativos del Renacimiento en Extremadura
Se encuentra en la bonita localidad cacereña de Alcántara. Durante el reinado de los Reyes Católicos, en el año 1.505, se comenzó la construcción de este Conventual de San Benito para alojar a los fieles de la orden de Alcántara que mantuvieron aquí su sede desde el siglo XVI hasta el XIX. Al ser éstos monjes soldados, el convento hizo las veces de fortaleza por lo que sufrió ataques y con ello el normal deterioro. Con la desamortización el convento se vende a particulares que establecen aquí su vivienda, incluso se utilizó como redil de ganado, almacén... la sala capitular se usó como almazara, molino de aceite. En 1.960 Hidroeléctrica lo compra y lo restaura pero en la iglesia se decide mantener visible una grieta de un muro como recuerdo de que el convento también sufrió daños ocasionados por el terremoto de Lisboa de 1.755.
La visita al Conventual de San Benito comienza en el zaguán, vestíbulo o elemento de paso que da acceso a las dependencias, es del siglo XVIII y en él se encuentra el valioso sepulcro de don Suero Martínez, se puede ver también un fragmento del retablo original de la iglesia decorado en pan de oro y con representación del Puente Romano. Desde el zaguán se accede al claustro gótico, pertenece a la primera etapa constructiva del convento, de dos plantas, en la inferior, cubierta con bóvedas de crucería en cuyas claves se van repitiendo el escudo de los Reyes Católicos, la cruz de Alcántara y el peral, originario del escudo de la Orden del Pereiro. En el pavimento se pueden ver laudas sepulcrales pertenecientes a distintos freires alcantarinos, en algunas son legibles todavía los nombres. Lo que más puede llamar la atención del claustro, lo más característico de éste, es el pozo que en lugar de estar en el centro, como es lo normal en los monasterios, se encuentra adosado a la pared, esto es debido al carácter de fortaleza del Conventual de San Benito y es que al ser sede de una orden militar tenía que estar preparado para que en caso de asedio tuvieran disponibilidad de agua y que ésta no pudiera ser cortada ni envenenada desde afuera, este pozo es un pozo aljibe; la cisterna de abajo almacenaba el agua de lluvia que se recogía a través de la canalización que rodea el claustro.
Si el visitante alza la mirada hacia la torre donde hay unas escaleras que suben al tejado, eso les permitía vigilar todo el perímetro, se dará cuenta que unas impresionantes gárgolas apostadas en lo alto parecen no perder detalle de lo que pasa en su entorno. En cada esquina del claustro había un altar, el altar de la Resurrección es el único que se conserva del siglo XVI, cada altar estaba dedicado a una de las etapas de la vida de Jesús, el altar del Crucifijo, el del Nacimiento y el del Descendimiento. Recorriendo el claustro se accede a la iglesia que fue proyectada por los Reyes Católicos como catedral, pero nunca llego a terminarse, la mayor parte de las obras se hicieron en tiempos de Carlos V, está dedicada a la Inmaculada Concepción, es de factura renacentista, con tres ábsides, la nave central está presidida por dos escudos de Carlos V y en las laterales están las capillas de los comendadores Diego Santillán y de Nicolás de Ovando, la sacristía está situada junto a la capilla de Santillán, y tras una sencilla y bella verja se encuentra la capilla del Comendador de Piedrabuena. La iglesia fue desacralizada después de la desamortización y paso a ser utilizada por el pueblo para su uso cotidiano, en ella quedan todavía las ruedas de un molino de grano, hoy en día se realizan estudios y eventos culturales.
La sala capitular o Capilla de Villasayas, en ella se pueden ver dos arcosolios funerarios dedicados a su promotor y a su sobrino y un arco triunfal que hizo las veces de altar al utilizarse como iglesia hasta la terminación de lo que sería la iglesia del convento y junto a ella un pequeño espacio alberga una exposición sobre las obras de reconstrucción que se hicieron en el Puente Romano de Alcántara a mediados del siglo XIX es la sacristía de Santibáñez. La capilla del Lavatorio con escudo de los Reyes Católicos, el refectorio, que aunque ha sido completamente restaurado conserva las escaleras del púlpito y el banco corrido alrededor, en la actualidad en él se desarrollan reuniones y conferencias. El conocido como patio azteca es la zona donde estuvieron las celdas de los freires de las que solo quedan los muros y las ventanas. Declarado Monumento Nacional en 1.914, lo más representativo, señal y casi emblema del conventual es la fachada conocida como la Galería de Carlos V, era la hospedería de reyes, en ella se alojaron el propio Carlos el Emperador y después su hijo Felipe II. El recorrer este bello recinto e ir escuchando los relatos del guía llevan al visitante a adentrarse y sentirse participe de una larga e importante etapa histórica.
En los primeros días del mes de agosto, en un mágico escenario, la Galería de Carlos V del Conventual de San Benito de Alcántara, por las noches, en el graderío que hoy ocupa lo que fue la huerta conventual, tienen lugar las representaciones del famoso y tradicional Festival de Teatro Clásico de Alcántara.
Cuenta la historia que durante la Guerra de la Independencia los franceses desalojaron del convento a los monjes y después lo saquearon y expoliaron y lo que no, lo destruyeron, pero de entre los pocos libros que se salvaron uno de ellos llamó poderosamente la atención, no se sabe si de un soldado o del propio general francés Junot. Ese libro no era ni más ni menos que el recetario de cocina del convento, un recetario en donde a lo largo de los siglos, generaciones de freyres alcantarinos habían ido recopilando de la tradición gastronómica de la comarca. El caso es que el general se lo regaló a su esposa Laura Permon, duquesa de Abrantes quien quedó satisfactoriamente impresionada haciendo suyas muchas de estas recetas culinarias.
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Hasta Alcántara llega la carretera EX-207, que la une con Portugal y Piedras Albas por un lado y con Villa del Rey, Brozas, Navas del Madroño, Arroyo de la Luz y Malpartida de Cáceres por el otro. También llega hasta Alcántara la carretera local CC-113 comunicándola con Mata de Alcántara y Garrovillas de Alconétar. Además Alcántara cuenta con servicio de autobús que de lunes a viernes la conecta con Cáceres capital.
Aunque como en toda localidad existen otras posibilidades de acceso, la más cómoda para recorrerla con nuestro vehículo parte de la plaza de Portugal, junto a la carretera que atraviesa Alcántara, pasa bajo el Arco de la Concepción para recorrer la calle Lanada hasta una bifurcación donde seguiremos la calle de la derecha que nos llevará sin perdida hasta el Conventual de San Benito donde podremos estacionar nuestro vehículo para realizar la visita.
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