San Xiao do Camiño (Lugo) (0)

¿Sabías que... San Xiao do Camiño

Aldea que situada a la vera del Camino Francés forma, con otros casales y lugares, la parroquia de su mismo nombre. Y entre Palas de Rei y San Xiao do Camiño se ubica Carballal, perteneciente a la parroquia de San Sebastián de Carballal, formando ambas parte, junto con otras muchas, del ayuntamiento de Palas de Rei. La historia de esta pequeña aldea se remonta a épocas romanas y de ello parece ser testigo su templo dedicado a San Julián o San Xiao como se dice en gallego. Muchas de estas capillas, con la misma advocación a San Julián, coinciden con muchos de los lugares donde se han encontrado restos epigráficos que pertenecían a los Lares Viales, templos que se construían en las encrucijadas de las vías romanas como protectores de los caminos y que en la provincia de Lugo sobre todo han convertido en capillas, siendo un magnífico ejemplo de la cristianización de estos restos de cultura romana. Hasta el río que riega el lugar parece querer sumarse a la devoción por este santo tomando su nombre, río Ruxian o lo que es lo mismo, río Julián.

Para descubrir ¿Qué ver en San Xiao do Camiño?

En la pequeña aldea de San Xulián do Camiño llama la atención el empedrado de su zona principal donde se yergue un crucero y la iglesia de San Julián construida en románico en el siglo XII aunque muy reformada en el XVIII, mantiene en la cabecera del ábside un curioso ventanal románico de arco de medio punto. Alrededor de ella el atrio cementerio típico de la cultura y costumbres del lugar.

Tradiciones

Hay una larga tradición en la veneración de santos protectores del Camino. En esta zona abundan los santuarios que situados en los cruces de caminos ofrecen su protección al caminante. San Julián el hospitalero, también llamado el pobre, se ha convertido en patrón de los posaderos, y su nombre lo han tomado para sí numerosas iglesias, hospitales y asilos.,

Curiosidades

Es digno de fijarse en como desde la ventana del ábside de la iglesia de San Xiao do Camiño, San Julián, con sus ropajes de un intenso color rojo, vigila expectante, bendice y protege el paso de los peregrinos en su caminar a la ciudad del Apóstol

Leyenda

Cuenta la leyenda que estando Julián cazando, el animal sintiéndose acosado le predijo que daría muerte a sus propios padres. Espantado y temeroso de que esto se convirtiera en realidad se marchó lejos y entró al servicio de un rey que como premio de las hazañas logradas en sus encomiendas, le regaló un castillo y le casó con una bella noble. Un día los angustiados padres de Julián, que no sabían nada de él, en su peregrinación buscándole, llegaron hasta el castillo. Relacionando la dueña del castillo a su esposo con estos visitantes quiso agasajarles y les ofreció su alcoba para que descansaran. Cuando llegó Julián creyó que lo que estaba viendo era a su esposa en flagrante adulterio y enfurecido mató con su espada a los dos ocupantes de la cama. Cuando se dio cuenta de lo hecho, dejándolo todo y en señal de penitencia, se retiró con su esposa a las orillas de un río donde construyó un hospital para atender a caminantes y peregrinos desvalidos. Pasado mucho tiempo llegó al hospital un pobre leproso que estaba a punto de morir y cuando Julián le estaba atendiendo, de pronto el hombre se levantó resplandeciendo de luz y de hermosura, y le anunció que Dios le había perdonado.