Saint Jean Pied de Port, Pyrénées Atlantiques (1)
La variante de invierno que nada tiene que envidiar a otras etapas oficiales
Los Pirineos sirven como inmejorable decorado a este recorrido que nos llevará desde Saint Jean Pied de Port, a orillas del río Nive, hasta la vertiente contraria de las montañas donde nos aguarda uno de los míticos lugares del Camino de Santiago, Roncesvalles-Orreaga. Un itinerario marcado por el variado colorido que nos ofrecen sus extensos prados junto a los frondosos bosques que nos acompañaran en la mayor parte del trayecto. Recorrido que nos hará remontar el valle siguiendo el curso del río en busca del mejor lugar para saltar los Pirineos.
La etapa 01b Variante de Valcarlos del Camino Francés une con sus 23,5 Km Saint Jean Pied de Port con Roncesvalles-Orreaga por Valcarlos, parte desde el corazón de Saint Jean Pied de Port donde conoceremos su iglesia de Notre Dame du Bout du Pont, Nuestra Señora de la Cabeza del Puente y seguiremos la recta Rue d'Espagne que tantos y tantos peregrinos desde muchos años atrás, recorrieron en su Camino de Santiago. Esta variante nos obliga a salirnos del Camino de Napoleón, el cual no es muy aconsejable con mal tiempo, para dirigirnos en busca de un paso más amable de los Pirineos, sin que por ello perdamos en calidad paisajística y dureza del recorrido y mucho menos nos haga despreciar esta etapa incluso con buen tiempo. La campiña francesa nos obsequia con idílicos rincones, verdes prados salpicados por cuidados caserones envueltos por las redondeadas montañas que aportan su particular belleza al recorrido. Un itinerario que nos lleva a adentrarnos en esos prados pasando junto a los antiguos caseríos que parecen devolvernos a épocas pasadas.
El río es quien marca el rumbo a seguir a un ondulante camino que tan pronto nos acerca como nos aleja de él. La entrada en España se queda reflejada en una de sus típicas ventas que desde muchos años atrás ofrecen sus viandas a todo aquel que quiera visitarlas. De nuevo en Francia Arnéguy nos devuelve al amparo de la exuberante naturaleza que envuelve a todo el recorrido. Su iglesia, con la típica arquitectura que estos edificios tienen en este departamento francés, nos despide a nuestra salida de la localidad, dispuestos a recorrer los, ahora sí, últimos pasos del Camino de Santiago por Francia. Ondarolle nos brinda un inmejorable balcón desde donde contemplar Valcarlos al otro lado del valle, valle al que descenderemos para volver a entrar en España y dirigirnos hasta esta bonita localidad.
Luzaide-Valcarlos 11,7 Km bien merece el esfuerzo de ascender hasta ella desde el valle para contemplar su iglesia de Santiago, sus antiguos caseríos o las estelas funerarias que parecen dirigirse hacia Santiago, orientadas expresamente así con la intención de conmemorar uno de los milagros que el Apóstol obró por estas tierras. La parte final del ascenso se va tornando exigente a la parte de interesante, llevándonos entre castaños, hayas, robles y una gran variedad de especies que amenizan el recorrido. Gainekoleta marca el punto de inflexión donde podríamos llegar a decir comienza el verdadero ascenso al Alto de Ibañeta lugar donde se conmemora la inmortalizada batalla librada en esta zona por las tropas de Carlo Magno y los sarracenos que derrotaron y dieron muerte a Roldán. La ermita de San Salvador se levanta sobre el antiguo emplazamiento del monasterio que con el replicar de su campana hacía de faro a los peregrinos que se veían sorprendidos por las nieblas que afectan a esta zona. Desde aquí podremos contemplar, si la niebla lo permite, unas espectaculares panorámicas que abarcan tanto un lado como el otro de los Pirineos. El descenso se torna corto en comparación con el recorrido realizado hasta el momento y Roncesvalles-Orreaga aparece ante nosotros casi sin avisar, escondiéndonos parte del rico conjunto histórico arquitectónico que en realidad posee y donde esta etapa del Camino Francés finaliza para permitirnos disfrutar con calma de lo que aquí nos espera.
En caso de encontrarnos con mucha nieve o mal tiempo la etapa se puede perfectamente dividir en dos tomando como punto intermedio Valcarlos, que se sitúa a medio camino entre Saint Jean Pied de Port y Roncesvalles-Orreaga, permitiéndonos así afrontar con mayor facilidad el reto que supone realizar muchos kilómetros sobre nieve. Al igual a los peregrinos menos preparados físicamente puede ser una alternativa interesante aun con buen tiempo para no desfondarse en la primera etapa.
Exigente recorrido en su mayor parte sobre asfalto, que a la distancia hay que sumar el desnivel a salvar. Los cruces y sobre todo la cantidad de kilómetros por carretera que tengamos o queramos hacer, harán más dura si cabe la etapa a nuestro amigo. Cuidado con los cercados de alambres de espino que en gran parte del recorrido nos van a acompañar delimitándonos el camino.
Sin fuentes, salvo en las localidades que pasamos, estamos obligados más que nunca a llevar la suficiente agua y comida que una etapa de estas características seguro nos va a exigir, para evitar más problemas a nuestro compañero que los que el trazado de la propia etapa ya le van a plantear. Aunque pasaremos varias veces por el río no dispondremos de accesos sencillos y la rapidez de sus aguas no invitan a permitir baños.
Nos vamos a encontrar con bastantes perros muchos de ellos sueltos y campando a sus anchas, que sin duda saldrán de sus hogares para en casos como al primer desvío nada más salir de Saint Jean acompañarnos un buen trecho hasta asegurarse que nos alejamos de sus dominios. También es habitual cruzarse con el ganado en algunas de las granjas que en la primera mitad del día pasamos. La vegetación en el ascenso a Ibañeta deja poco espacio por lo que al final del día no está demás una pequeña revisión ocular para descartar posibles parásitos.
Variante: Etapa 1 Saint Jean Pied de Port-Roncesvalles
Comenzamos esta etapa en Saint Jean Pied de Port (0h 00min) descendiendo por la empinada Rue de la Citadelle, pasando junto a la iglesia de Notre Dame du Bout du Pont y tras cruzar el río, recorrer la característica Rue d'Espagne.
Al finalizar esta calle y cruzar los restos de la antigua muralla de la ciudad por la Puerta de España encontramos, en el siguiente cruce a nuestra derecha, la carretera por donde discurre la variante de Valcarlos-Luzaide.
Llegamos al momento de seguir por nuestra derecha despidiéndonos del Camino de Napoleón que sigue hacia el Col de Leopoeder. Esta nueva calle continua por ahora con el ascenso dándonos una pequeña muestra del tipo de recorrido que nos espera en la primera mitad del trazado.
Debemos tener en cuenta que a razón de no se sabe bien que extraños motivos son varias las X amarillas que en cada cruce de este primer tramo nos hacen dudar del buen camino a seguir al oponerse a las señales oficiales del recorrido.
La altura ganada por esta zona residencial nos permite disfrutar de una bonita perspectiva de Saint Jean Pied de Port, el ascenso finaliza al encontrarnos con un cruce donde seguiremos recto dirigiéndonos al encuentro de la carretera.
Poco antes de llegar a su altura un nuevo cruce se planta ante nosotros, aquí algunos peregrinos, conocedores de la zona, se desvían hacia la izquierda para evitarse el tramo de carretera que estamos a punto de recorrer, este posible desvío de seguirlo nos obligará a estar atentos para no saltarnos el enlace que desciende hacia la carretera por la que tendremos que regresar hacia atrás un buen trecho, ya que este desvío nos deja bien pasado el cruce donde el Camino abandona el trazado de la carretera.
Siguiendo recto, como indican las señales del Camino, nos encontramos rápidamente con la concurrida carretera que será nuestra compañera en esta etapa.
El rumbo que nos aleja del inicio del recorrido nos hará darnos cuenta del escaso o inexistente arcén con que cuenta esta carretera en la práctica totalidad de su trazado hasta Orreaga/Roncesvalles.
Avanzamos dejando tras nosotros los cruces que nos vamos encontrando, aprovechando los escasos momentos en los que podemos evitar el asfalto.
Este no demasiado largo tramo por carretera llega a su fin tras una larga curva en la que las casas parecen habernos abandonado. A nuestra derecha veremos el comienzo de la pista asfaltada por la que continua el Camino, los peregrinos que se hubieran desviado deberán retroceder hasta este punto para retomar el trazado del Camino.
Los ciclistas que así lo deseen también pueden olvidarse por ahora de la carretera y seguir el discurrir del Camino por esta pista que la sigue a buena distancia. El recorrido nos aleja del bullicio de la carretera adentrándonos entre verdes campos de cultivo siguiendo las pistas asfaltadas que comunican las pequeñas localidades de la zona.
Al poco rato nos volvemos a encontrar con un nuevo cruce en el que recuperaremos la orientación antes perdida para seguir, ahora ya sí, en paralelo a la línea que dibuja la oculta carretera que antes abandonamos.
Nos espera un, por ahora, cómodo recorrido rodeados de amplios prados y redondeadas montañas que albergan pequeños pueblos y frondosos bosques. El itinerario nos permite progresar con relativa rapidez no dándonos opción a duda en ninguno de los pocos cruces por los que pasamos.
La ondulación del recorrido se empieza a volver más patente tras pasar uno de estos cruces, ya que tras él comienzan una serie de subidas y bajadas que irán ganando en intensidad, como si quisieran prepararnos para la parte final de la etapa. No tenemos que olvidar que debemos salvar los Pirineos, por lo que el ascenso está garantizado sigamos el Camino que sigamos, si bien esta variante parece algo más suave que la otra opción.
La pista comienza a zigzaguear para ayudarnos a ir ganado altura, siempre siguiendo de lejos el discurrir de la carretera que remonta el curso del río algo más abajo. Vamos ganado altura paulatinamente dejando a un lado las pistas que salen a nuestro encuentro, superando a media ladera una pequeña loma.
El final del ascenso lo marca un nuevo cruce, donde debemos seguir por la pista de la izquierda, para emprender un importante descenso que nos hará perder la altura ganada, llevándonos hacia el valle donde desde aquí podemos ver la carretera con su intenso tráfico.
A medida que vamos descendiendo el recorrido parece llevarnos al encuentro con la carretera, pero antes de llegar a ella nos veremos siguiendo una nueva pista que a nuestra derecha comienza una vez más a ascender cortando la ladera de otra loma que nos corta el paso.
Este ascenso, algo más intenso que el anterior, nos vuelve a separar de la carretera haciéndonos ganar la altura necesaria para poder contemplar con mayor amplitud el magnífico paisaje que nos rodea.
La pista se alarga por la falda de la montaña en busca de su cima, por suerte nosotros nos desviamos dejando la pista que continúa su ascenso y siguiendo la que una vez más nos hace descender hacia el valle.
Tras bordear una solitaria casa comenzamos el verdadero descenso que nos conduce de nuevo hacia el valle por donde discurre la carretera.
Sin darnos cuenta llegamos al punto donde el Camino entra por primera vez en España, ningún cartel nos avisa de este cambio que descubriremos por la cercana presencia del aparcamiento de la venta que tendremos que atravesar.
El recorrido cruza de lado a lado el normalmente concurrido recinto que alberga las ventas que se alzan en este estratégico lugar. Recorremos los edificios que se colocan a ambos lados, siguiendo la vía de acceso que llega desde la cercana carretera.
Cuando llegamos a los límites de este enorme complejo y ya nos vemos cruzando el río para llegar hasta la carretera, a nuestra derecha, encajado entre una gran gasolinera y el muro que la protege del río, veremos el camino por donde tenemos que continuar.
Comenzamos un suave ascenso que, con la carretera y el río todavía a nuestra izquierda, nos hace ir dejando tras nosotros tan bullicioso lugar.
Este ondulante tramo nos conduce sin más complicaciones hasta las mismas puertas de la primera localidad por la que tenemos que pasar. Los edificios nos hacen de guías marcándonos el recto trayecto a seguir recorriendo las, en principio, estrechas calles de la localidad.
Casi sin tiempo para acostumbrarnos al cambio de paisaje, nos sorprende la carretera, poniéndonos en la tesitura de elegir seguir su rumbo hacia Valcarlos o cruzarla para continuar hasta esa misma localidad pero por un terreno similar al anterior. Aquí nuevamente los ciclistas en función de sus preferencias pueden seguir sin mayores problemas ambas opciones.
Nosotros cruzamos la carretera dejando para más adelante el riesgo que supone seguir por ella, adentrándonos en Arnéguy (2h 25min), donde tras cruzar el río volveremos a pisar territorio de Francia.
Nada más cruzar el río, a nuestra derecha, comienza una calle que en franco ascenso nos lleva a pasar junto a la iglesia de la localidad.
Al momento nos vemos en un nuevo cruce en el que es la pista de la derecha la que debemos seguir evitando por ahora el fuerte ascenso que la otra llevaba.
Nos aguarda un largo tramo en continuo ascenso, con algún descansillo que nos permite tomar aire para continuar adelante, sin dejar en ningún momento la estrecha carretera por la que vamos. Dejamos atrás Arnéguy y seguimos hacia nuestro siguiente objetivo, ahora con el río y la carretera a la derecha.
Las rampas tendidas pero con entidad nos hacen ganar altura rodeados de árboles que ya casi en todo momento nos ocultaran el paisaje que nos rodea.
No son muchos los caminos y pistas con los que nos cruzamos y a los que no haremos caso siguiendo constantemente el rumbo que nos marca la carretera.
Al rato y justo antes de llegar a la siguiente localidad que debemos pasar dejaremos a nuestra izquierda una empinada pista, sin salida, para seguir ya sin más esfuerzo hacia la próxima Ondarolle (3h 00min), que nos recibe casi al momento.
La carretera nos conduce atravesando esta pequeña población sin dejarnos salirnos del recto rumbo que nos marca en los escasos cruces con los que nos encontramos. Avanzamos mientras que contemplamos al otro lado del valle la silueta de Valcarlos que parece más cercano de lo que en realidad está.
Rápidamente dejamos tras nosotros Ondarolle y otra pista sin salida para emprender un vertiginoso descenso que nos llevará hacia el río.
Cuando parece que el descenso a finalizado nos encontramos con un cruce donde dejaremos la carretera para proseguir nuestra bajada por una pista todavía asfaltada.
Esta pista nos lleva, tras volver a entrar definitivamente en España, hasta un estrecho puente que nos permite cruzar el río llegando a las instalaciones de la depuradora de agua.
Desde aquí nos aguarda una dura ascensión guiados en todo momento por el rallado cemento que cubre la pista por la que avanzamos y que nos sacará del fondo del valle.
Este firme de cemento nos sirve como referencia a seguir para no tener dudas al encontrarnos con desvíos que salen desde las curvas que dibuja en su ascenso.
Una de estas curvas nos encara hacia el gran edificio que alberga el polideportivo de la localidad, al que nos debemos dirigir.
Al llegar a su altura a nuestra derecha nos toparemos con una empinada cuesta por la que seguiremos dejando atrás el polideportivo.
Esta cuesta desemboca directamente en la calle que nos lleva al interior de Valcarlos-Luzaide (3h 20min), donde nos encontraremos una vez más con la carretera.
La carretera nos obliga a girar siguiendo su ascendente discurrir que nos sacará de la localidad.
Valcarlos se resiste a dejarnos marchar permitiéndonos recorrer parte de su extensión que se alarga entorno a la nacional. Por desgracia nos esperan inevitables tramos de carretera que nos expondrán al tráfico de los vehículos que la recorren.
El recorrido sigue el curso de la nacional, sin salirse por ahora de ella, en este primer largo tramo de asfalto que mantiene casi en todo momento un marcado ascenso.
La ausencia de arcén y los quitamiedos, que en parte del recorrido bordean la carretera protegiéndola de las laderas de la montaña, nos obligan a avanzar atentos intentando descubrir por el ruido de los motores la llegada a nuestra altura de los vehículos que se acercan a nosotros.
Tras un buen rato de carretera llegamos al ansiado desvío que nos librará por un corto periodo de la peligrosa nacional. Aquí los ciclistas, salvo los más expertos que no les importe echar pie a tierra, deberán seguir la nacional hasta el Alto de Ibañeta.
Nos dirigimos por una estrecha pista asfaltada que nos llevará sin más desvíos hasta las proximidades de la penúltima localidad de la etapa.
Gainekoleta (4h 15min) nos saca del frondoso bosque permitiéndonos recorrer su calle principal elegida por el Camino para atravesar la localidad.
El recorrido nos lleva hasta los límites de la población donde tendremos que seguir por la derecha dejando frente a nosotros un recorrido senderista que parte desde este lugar.
Nada más terminar los últimos edificios de la localidad nos encontramos con la inicialmente empedrada senda por donde tenemos que seguir remontando el curso del río.
Una estrecha senda que se abre paso a duras penas entre la espesa vegetación será la encargada de conducirnos a través del frondoso bosque siguiendo sin desviarnos su curso que nos lleva en busca del mejor lugar para cruzar el río.
Este recorrido con algunos tramos en no muy buen estado está señalizado por alguna marca de GR que aun resiste en algún tronco, el terreno continua haciéndonos ganar altura siguiendo esta senda bien definida.
Un primer puente nos señala la cercanía de nuestro regreso al asfalto que se producirá poco después de cruzar un segundo puente que salva el caudaloso río.
Antes de cruzar el segundo puente y llegar a la nacional dejamos tras nosotros una enmarañada senda que continua junto al río, tras cruzarlo ascenderemos los escalones que nos sacan a la carretera.
Una vez más nos enfrentamos a un largo trecho de nacional recorriendo el serpenteante trazo que ésta dibuja en su ascenso hacia el Alto de Ibañeta, conduciéndonos sin dejar que la abandonemos por ahora.
Los escasos huecos en los que nos podemos proteger del tráfico que surca la nacional se hacen demasiados cortos en comparación con el tiempo que debemos pasar avanzando por el asfalto sin arcén ni nada que nos separe unos pocos metros de la carretera.
No son muchos los cruces de caminos con los que nos vamos a encontrar hasta llegar al que realmente nos arranca del asfalto.
Al encontrarnos con él el Camino se lanza una vez más hacia el fondo del valle siguiendo una pista de tierra, donde nuevamente para los ciclistas es mejor no dejar la nacional, debido en parte al estado de algunas zonas del recorrido.
Por un tiempo nos vemos siguiendo sin desvíos esta pista que goza de un buen firme y que junto a su cómodo desnivel nos permite progresar con mayor facilidad.
Es el comienzo de una senda que se dispara ascendiendo por la ladera, la que nos sacará del cómodo paseo que estábamos disfrutando, devolviéndonos de golpe al exigente ascenso que nos queda por delante.
Esta senda se agarra en la ladera de la montaña ganando altura rápidamente, su relativo buen firme deja paso a zonas algo descarnadas que por suerte no duran demasiado.
El recorrido, bien delimitado, transcurre sin mayores complicaciones más que el desnivel que nos obliga a salvar, estrechándose y anchándose en función de la zona que estamos atravesando.
La vegetación en algunos tramos casi llega a apoderarse de la senda, dificultándonos aún más este ya de por si duro ascenso a Ibañeta. La senda, marcada en contadas ocasiones por hitos del Camino casi ocultos por la vegetación, sigue su progreso con el ruido de los coches que pasan por la nacional que parece cercana.
Llegamos al final de la senda que nos saca a un camino por donde seguiremos el ascenso que todavía no da tregua. El itinerario, ya con algo más de anchura, continúa luchando con la vegetación para no desaparecer bajo ella, pronto el bosque se adueña del entorno dejándonos más claro el trazo del camino.
Seguimos sin salirnos del marcado recorrido que en todo momento pica claramente hacia arriba. Una línea del tendido eléctrico nos viene acompañado abriéndonos un claro en la espesura del bosque que se ha visto invadida por alto helechos que flaquean ambos lados del camino.
Pronto nos volveremos a introducir en el bosque siguiendo siempre con el ascenso, para al poco rato dejar de lado la línea eléctrica que nos acompañó hasta aquí.
El camino perfectamente definido no deja lugar a dudas al rumbo correcto a seguir, apoyado por hitos con las marcas del recorrido que nos guían en el complicado recorrido que llevamos. Nuestro rumbo serpentea por el interior del bosque manteniendo en todo momento el itinerario que sigue el ancho camino de tierra que atraviesa esta zona.
Nos encontramos con varios cruces en los que claramente el desnivel del camino a seguir nos indica la dirección a seguir.
La carretera vuelve a cruzarse en nuestro camino haciéndonos continuar el ascenso por ella por suerte por unos pocos metros y por la amplia senda que discurre a su lateral, ya que rápidamente nos encontraremos con el siguiente desvío que tenemos que seguir.
En plena curva comienza el camino por el que recorreremos el tramo final del ascenso a Ibañeta. Este recorrido puede ser seguido por los ciclistas más experimentados, siempre que no lleven bicicletas de carretera.
El itinerario sigue exigiéndonos un gran esfuerzo para ir ganado altura a cada paso siguiendo una amplia y confortable senda.
La senda corta las torrenteras por donde en épocas de deshielo y lluvia baja el agua en su búsqueda del fondo del valle. La línea eléctrica que anteriormente habíamos dejado atrás vuelve a acompañarnos sustituyendo por un tiempo a los árboles del bosque.
El ascenso que, no permite un momento de respiro, está en esta ocasión bordeado por una alambrada que nos impide desviarnos de la, por otro lado perfectamente definida, senda. El bosque y los claros que sirven de cortafuegos se alternan haciéndonos avanzar sin más desvíos.
La senda finaliza al encontrarse con una pista asfaltada que llega desde la cercana carretera, los ciclistas que se hubieran animado a subir por este recorrido tienen que seguir esta pista que les llevará hasta el aparcamiento de la ermita de San Salvador.
Frente a nosotros oculta por la hierba prosigue la senda que nos lleva hasta el ya próximo final del ascenso. Antes de llegar al aparcamiento nos encontraremos con unos pequeños escalones que nos servirán para salvar el talud que nos separa de él.
Una vez en el aparcamiento el recorrido lo atraviesa dirigiéndose hacia la ermita que señala nuestra llegada al Alto de Ibañeta (6h 45min), donde pasando entre el cerro que alberga el monumento a Roldán y la ermita, nos uniremos con los peregrinos que desde el Col de Leopoeder decidieron tomar la variante que llega hasta aquí evitándose un complicado descenso hasta Roncesvalles.
Al llegar a la altura de la ermita, a la pista que da acceso al aparcamiento de este lugar se le une por nuestra izquierda la que desciende desde el collado de Leopoeder momento en el que frente a nosotros vemos, dentro de un prado, un cartel informativo y la senda, que bordeando el prado nos lleva hasta una puertecilla de madera por donde prosigue el Camino.
Una vez cruzado este portillón, la senda, en bastante buen estado, se introduce en un precioso bosque para proseguir el cómodo descenso por su interior hasta llegar a un camino de tierra donde continuamos por la derecha alejándonos del interior del valle.
Esta pista después de cruzar una portilla metálica se encuentra con el otro Camino que dejamos en Saint Jean Pied de Port y que baja desde el Col de Leopoeder, para juntos seguir a nuestra derecha la callejuela que conduce al pasaje que da acceso al interior de Roncesvalles-Orreaga (7h 05min).
Realizar algún tramo más de lo necesario por carretera afectará a esta cifra.
Nuestra forma física puede hacer variar este tiempo más de lo que pensamos, al igual de que camino sigamos si el que va por la nacional o el otro que por descontado es el que sirve de referencia para esta información.
Realmente aunque el recorrido se plantea como alternativa de invierno, los paisajes que nos rodean y el mismo trazado que sigue hacen de esta variante una buena opción a seguir. Es en invierno precisamente cuando mayores complicaciones nos podemos encontrar a causa de la nieve, sobre todo en el tramo final, obligándonos en ese caso a seguir constantemente la carretera. El resto del año y salvo días de especial mal tiempo podremos disfrutar de un variado paisaje que ofrece tanto verdes prados, como redondeadas montañas y frondosos bosques que rodean los valles por donde sigue la etapa.
Si bien la primera mitad del recorrido no exige nada en particular, es el ascenso a Ibañeta el que como montaña que es, nos equiparemos en condiciones. Además los largos tramos de carretera son aconsejables hacerlos con un chaleco o material reflectante, tampoco está de más, sobre todo si tenemos niebla o mal tiempo, llevar un mapa o el GPS con el recorrido. Las botas y adecuar nuestra ropa a las condiciones y a la época del año, sin olvidarnos que vamos a atravesar los Pirineos y nos podemos encontrar con una gran y rápida variación térmica que nos haga pasar de un día veraniego a temperaturas más propias del otoño-invierno. La mochila equipada, agua y comida, un frontal y el móvil con carga plena de batería tampoco puede faltarnos. Consulta nuestra lista de material y equipamiento para hacer el Camino. Leer más
Física
La aparente diferencia de perfil en comparación con el Camino de Napoleón en el que tendremos que salvar una mayor cota de altitud, no puede hacernos caer en el error de pensar que este recorrido es más sencillo. Desde un principio nos veremos metidos en un continuado sube y baja que si bien con la debida paciencia no debiera de restarnos demasiadas energías sí que sumado al kilometraje total y al duro ascenso a Ibañeta hacen de esta una etapa muy exigente físicamente. Las zonas de sombra muy abundantes durante todo el recorrido nos aportaran la frescura que hará más llevadero el recorrido. Por otro lado en determinados días nos podemos encontrar con que la humedad sumada al calor nos juegue una mala pasada si no nos hidratamos debidamente. Si por el motivo que sea, decisión propia u obligados por las condiciones del recorrido, debemos seguir el discurrir de la carretera no debemos dejar que nos engañe su aparente más benévolo perfil inicial, ya que a los aproximadamente 27 kilómetros totales en que se convierte la etapa le tenemos que añadir un perfil que, si bien en un principio no parece tan ondulante como la vía normal, sí que desde el inicio mantiene un progresivo ascenso que salva casi de golpe la diferencia de altura poco antes de llegar a Valcarlos.
Precaución
Ni que decir tiene el peligro que supone enfrentarse a largos recorridos por una carretera con tanto tráfico y sin arcenes o sendas que nos separen unos pocos metros de él. Es muy aconsejable llevar prendas o materiales reflectantes que nos ayuden a ser vistos en los tramos que sigamos la carretera. También aunque en pocas ocasiones tendremos que cruzarla para seguir nuestro recorrido. La nieve puede ponernos en dificultades cubriendo el itinerario, sobre todo en la parte final y obligándonos a seguir en todo momento la nacional. En épocas de fuertes nevadas es aconsejable informarse antes del estado de la carretera, ya que aunque ésta es la vía a seguir con mal tiempo, no es muy agradable encontrarse en medio del angosto espacio que queda en una carretera acondicionada por los quitanieves, pisando el helado suelo mientras que recorres los taludes de nieve que impiden cualquier margen de maniobra para evitar los vehículos que intentan mantenerse en el trazado que les marcan sus conductores.
Orientación
En la parte inicial de la etapa, hasta que nos acostumbremos a la característica señalización que ésta tiene en terreno francés, nos costará encontrar las pequeñas señales que marcan el recorrido, que por descontado está señalizado en todo momento. Además en algunos de los primeros cruces nos encontraremos con claras X amarillas que parecen indicarnos que no sigamos por esa opción, aunque es realmente la que tenemos que seguir. Muchos peregrinos siguiendo las indicaciones que han visto en algunas guías, toman al pie de la letra el trazado de la nacional que por otra parte antiguamente era el normal, pero hoy en día existen alternativas perfectamente señalizadas que nos evitan parte de la peligrosa carretera. La nieve, al igual que en el Camino de Napoleón, puede jugarnos una mala pasada ocultándonos por completo el camino a seguir, por lo que en periodos de nevadas a partir desde Valcarlos, suele ser más conveniente seguir por la nacional, sobre todo si no tenemos la información, preparación y los materiales necesarios para progresar por terrenos nevados. En el caso de seguir la nacional aunque no encontremos señales en algunos cruces no deberemos abandonarla hasta Roncesvalles.
1-Saint Jean Pied de Port | 0:00h | 185m | 0Km | 30T 643423 4780476 |
2-Arnéguy | 2:25h | 246m | 8,5Km | 30T 639729 4774344 |
3-Ondarolle | 3:00h | 329m | 10,9Km | 30T 638593 4772556 |
4-Luzaide/Valcarlos | 3:20h | 365m | 11,7Km | 30T 638140 4772413 |
5-Gainekoleta | 4:15h | 400m | 14,9Km | 30T 637834 4769678 |
6-Alto de Ibañeta | 6:45h | 1057m | 22,2Km | 30T 636563 4764418 |
7-Orreaga/Roncesvalles | 7:05h | 969m | 23,5Km | 30T 636949 4763325 |
Coordenadas UTM Datum WGS84
Desnivel: 1671m
Desnivel +: 1293m
Desnivel -: 378m
Altitud máxima: 1057m
Altitud mínima: 185m
Este esquema de la ruta no está hecho a escala ni contiene toda la información relativa a la zona, es meramente orientativo.
Este esquema con el trayecto es aproximado y ha sido creado a partir de la base cartográfica derivada © Instituto Geográfico Nacional "Cuadrante 091 1:50.000".
Senditur ha manipulado los tracks para corregir los puntos aberrantes que pudieran existir, ocasionados por problemas con la recepción de la señal GPS. En cualquier caso son siempre aproximados. SENDITUR te anima al uso de las nuevas tecnologías a tu alcance, utilizándolas a modo de apoyo y consulta en tu actividad, no basando la realización y la orientación de la misma única y exclusivamente en ellas, ya que éstas pueden ver alterado su funcionamiento por muy diversas causas, no funcionando correctamente y llegando a no ser precisas sus indicaciones.
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¿Sabías que…
Según cuenta la canción de Roldán fueron los navarros los que atacaron y dieron muerte, arrebatándole a su vez los tesoros que habían capturado los Francos en su incursión sobre Pamplona y Zaragoza, aunque en realidad fueron unos sarracenos los que realizaron tan recordada acción.
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Las espectaculares panorámicas que se pueden disfrutar desde el Alto de Ibañeta, el valle y las montañas pirenaicas que lo rodean hacen de este lugar un perfecto mirador desde donde contemplar, al llegar hasta él, todo el camino recorrido desde casi Saint Jean Pied de Port.
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Esta ruta ha sido realizada sobre el terreno por SENDITUR el 10-09-2018. La ruta puede variar mucho en función de la época del año, de las condiciones meteorológicas y del terreno, así como por las acciones de terceros y de la evolución sufrida por el medio natural donde se ubica. Todas las opiniones, consejos y/o valoraciones realizadas por SENDITUR en sus descripciones son a título orientativo y están sujetas y/o se refieren a las condiciones específicas del día concreto de la realización del recorrido, refiriéndose a ese día en concreto, tomando como referencia a personas entrenadas y con la debida experiencia, con un nivel alto de preparación tanto física como técnica, además de correctamente equipadas.
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