En la comarca del valle del Nalón, es un pueblo del concejo de Sobrescobio, situándose en la mitad sur del mismo, en la zona montañosa suroriental de la región y está formado por tres barrios: San Andrés, Agues y Soto. La historia de Soto de Agues es la historia de la zona donde se ubica y se remonta a la época del Neolítico en la que los primeros coyanes, nombre con el que se conoce a las gentes de Sobrescobio, dejaron ya su huella, como lo testimonian los túmulos de Unqueru, Campu, La Braña, Monte Caon y Pumarin. De tiempos posteriores es la presencia de antiguos astures en los castros prerromanos como el de la Corona de Castro en el cerro conocido como El Cueto en Agues. Los romanos llegaron a la zona y también dejaron su impronta en la vía empedrada que atraviesa el concejo siguiendo el camino del río Nalón, o en el castillo de los Aceales llamado también Torrexon de Villamorei.
Visigodos y árabes también gozaron de la riqueza forestal y piscícola del lugar pero no es sino hasta la alta Edad Media cuando se tiene constancia de población estable. En el año 1185 el rey Fernando II dona a la Orden Militar de Santiago la heredad y castillo de Sobrescobio quienes cedieron el usufructo del mismo a diversos señores que cobraban diezmos y administraban justicia. Alfonso XI otorga la Carta Puebla al concejo. A principios del siglo XVI el territorio adquiere la condición de municipio y después de varios años de disputas, en 1568 el rey le da independencia y autonomía propia. Las gentes del lugar, en el siglo XIX, también fueron participes en la Guerra de la Independencia contra los franceses así como en las carlistas. Después de años de pérdida de población, la zona y Soto de Agues resurgen gracias a su riqueza medioambiental.
Soto de Agues invita a perderse por el entramado de sus callejuelas para así poder ir descubriendo la arquitectura típica de su caserío con balconadas y corredores de madera entremezclado con antiquísimos hórreos, la mayoría de ellos de más de cien años de antigüedad. Algunas de sus casas también han vivido siglos de historia como la Casa de los Canella, del siglo XVI. En una apacible plazuela se encuentra la capilla de San Antonio de Padua levantada en 1709. A la salida de Soto de Agues en dirección hacia la famosa Ruta del Alba un bonito lavadero evoca otros años en los que era importante. Cruzando el puente con su arco medieval se llega al barrio de San Andrés donde el antiguo edificio de la Escuela de Promoción Indiana de Soto de Agues, que estaba formada por una vivienda, la escuela y la biblioteca popular y fue incendiada durante la Guerra Civil y reconstruida después en el año 1948 para convertirse en escuela para niñas, con vivienda para la maestra, hoy es la sede de la Biblioteca y las Oficinas del Grupo de Desarrollo Rural "PRODER II Alto Nalón".
Un poco más arriba se encuentra la iglesia parroquial de San Andrés, de estilo historicista, fue construida en 1805 con el esfuerzo económico de los vecinos del pueblo, intervenida en el 1857 se reedificó en el año 1872, ha tenido importantes reformas a principios del siglo XX. En su exterior hay la siguiente inscripción: «se hizo a costa de los vecinos de San Andrés de Agües siendo juez Don Toribio Suárez de la Bera, en 1805». Caminando entre hórreos y tradicionales casas se descubre un Potru de Ferrar con abrevadero, donde se atendía y herraba a los animales de montura. Un poco más alejado se encuentra el barrio de Agues donde se puede ver la capilla de Santa Ana, un lavadero y los restos del asentamiento astur en la Corona de Castro. Además gratos paseos y apacibles senderos acercan al visitante a idílicos rincones donde también puede descubrir, con la musicalidad que la corriente del río rompe el silencio, viejos batanes o algún restaurado molino harinero como los Molinos de la Pontica en Soto de Agues. En torno a los lavaderos y a los molinos las gentes se reunían y comentaban su día a día, o se cantaban y contaban coplas y refranes o se escuchaba alguna adivinanza popular tal como "Qué cosa tiene el molino/ Precisa y no necesaria/ No puede moler sin ella/ Y no le sirve de nada"
Soto de Agues celebra sus fiestas en honor a Nuestra Señora del Carmen el primer fin de semana de septiembre y a Santa Ana la festeja en el mes de julio.
Muchos pueblos conservan la tradición de hacer campeonatos de Bolos Asturianos en su modalidad Cuatreada, que es la que está considerada autóctona de Asturias. Consiste en derribar unos palos de madera plantados en el suelo, mediante una bola también de madera desde una distancia determinada. En los diversos pueblos de la zona aún se conservan diversos nombres relacionados con el juego de los bolos, como el de El Xugu de los Bolos, en Soto de Agues.
El Parque Natural de Redes, Reserva de la Biosfera, se extiende por el territorio de dos concejos el de Caso y el de Sobrescobio del que forma parte el pueblo de Soto de Agues desde donde parte la Ruta del Alba que fue declarada, en el año 2001, Monumento Natural.
Según se dice el nombre del concejo al que pertenece Soto de Agues, Sobrescobio, viene de la época romana de «super scopulum», sobre "el escobio" que es como en Asturias se llaman a los desfiladeros, haciendo referencia al angosto paso que el río Nalón ha tallado y que servía de entrada al concejo.
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Para llegar hasta Soto de Agues lo tenemos que hacer primero a Rioseco en plena carretera AS-117 que parte desde Langreo para atravesar de oeste a este todo el Parque Natural de Redes pasando por localidades como Pola de Laviana, Rioseco o Campo de Caso. Es concretamente en el mismo Rioseco donde encontraremos el desvío que conduce hacia La Polina y Villamorey, siendo en esta última población donde está el comienzo de la carretera que nos acercará finalmente hasta Soto de Agues.
Todos los jueves hay servicio de autobús que conecta Soto de Agues con Pola de Laviana. La parada de bus con servicio diario esta en Rioseco a unos 3,5 kilómetros aproximadamente de Soto de Agues.
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