Está situada en el centro de la provincia de Soria, en lo alto de una colina y bañada por el río Duero. Aunque de origen incierto se cree que hubo población en la zona ya desde la Edad de Bronce. Los romanos también pasaron por ella, pero todo apunta a que fueron los árabes los que la fundaron, ocuparon y fortificaron con castillo y murallas. Tras la Reconquista, el rey Alfonso el Batallador la guarneció y reconstruyó sus fortificaciones, hecho que necesitaría sin duda, pues eran continuas las disputas entre reinos y señores.
En Almazán se sucedieron los reinos navarro, castellano y aragonés. Enrique IV la donó, junto con otras plazas, a Hurtado de Mendoza. Fue el siglo XIV el que, con la llamada Paz de Almazán entre Aragón y Castilla, trajo la calma a Almazán pero no fue sino de la mano de los Reyes Católicos, que la convirtieron en lugar de descanso y donde pasaban algún tiempo, cuando la villa alcanza su protagonismo histórico que conservó hasta bien entrado el siglo XIX. Durante la Guerra de la Independencia Almazán fue incendiada por los franceses con el fin de hacer claudicar a Don Jerónimo Merino y sus 1600 hombres que desde ella ofrecían resistencia. En la actualidad Almazán es una prospera localidad en la que conviven a la perfección su rico patrimonio histórico y monumental, paisajístico e industrial, por este último se la conoce como la "Villa del mueble".
Entre pinares, donde los ciervos y corzos campan a sus anchas, y trabajados campos de labor, la villa de Almazán, conjunto artístico en el que sobresale el románico, pero que también ofrece muestras de barroco, renacentista y gótico, se deja recorrer por el curioso visitante que al pasear sus calles y plazas va descubriendo los años de historia que han impregnado y dado carácter al entramado urbanístico medieval de esta villa. Tres de las cuatro puertas de su muralla medieval prevalecen en el tiempo, la de Herreros, la del Mercado y la de la Villa, todas de los siglos XII y XIII. Al atravesar la puerta de la Villa se accede a la Plaza Mayor donde se encuentra la iglesia de San Miguel, románica del siglo XII, y el palacio de los Hurtado Mendoza, del siglo XV aunque su fachada principal es del XVI y entre la iglesia y el palacio el postigo de San Miguel por el que se accede a un magnifico mirador sobre el Duero.
La iglesia de San Pedro del siglo XVII, la de Santa María de Calatañazor del XVI, el hoy en día deshabitado convento de las Clarisas con fachada del siglo XVII, la iglesia de Nuestra Señora del Campanario del románico tardío del siglo XIII, el convento de la Merced, la ermita de Jesús, que guarda una talla del patrón de Almazán, Jesús Nazareno, son retazos del esplendor de Almazán durante la Edad Media, cuando llegó a tener diez parroquias, nueve ermitas, dos hospitales y cuatro monasterios. De las murallas de Almazán se conserva también un torreón medieval conocido como Rollo de las Monjas y el postigo de Santa María. Para disfrutar del aire libre con calma y sosiego está el parque de la Arboleda, al que se accede a través del puente medieval de trece ojos que salva el discurrir del Duero, instalaciones deportivas, jardines, arbolado, paseos donde se exhiben también preciosas esculturas, hacen la delicia de propios y visitantes. Almazán comparte además con otras localidades de la zona interesantes rutas culturales, históricas y artísticas además de itinerarios y rutas senderistas como la ruta de la Trashumancia, las rutas del Camino de Santiago, la del Duero o la de gran recorrido del Sendero Ibérico Soriano, Gr-86.
Almazán celebra sus fiestas patronales en honor de Jesús Nazareno el primer domingo de septiembre, esta celebración es conocida como las Fiestas de la Bajada de Jesús. A San Pascual Bailón se le festeja el 17 de mayo.
Tradición y folclore se unen en la fiesta del Zarrón, por San Pascual, tradición fundamentalmente pastoril en la que el principal protagonista es el Zarrón, personaje que vestido como un pastor de antaño, calzado con albarcas y cubierto con un sombrero negro adornado con plumas de buitre y rabos de cordero y en su mano una zambomba hecha de vejiga de cuero, baila delante de la imagen de San Pascual que en procesión recorre las calles de la villa a la vez que da garrotazos a todos aquellos que intentan acercarse a la imagen, o molestan a los danzantes. En un cuerno con tapadera de plata, colodra, lleva la soparra, pan remojado en vino con azúcar y canela. El Zarrón luce una espesa barba, como los pastores que se afeitaban al volver a sus casas después de haber pasado largas temporadas fuera de ellas, que le afeitara el barbero una vez acabadas las fiestas y al que pagará con una ración de soparras.
En el convento de los mercedarios murió en 1648 Fray Gabriel Téllez, dramaturgo más conocido por Tirso de Molina y se supone que su cuerpo yace en el cementerio conventual. Es por ello que los restos del convento han sido declarados Bien de Interés Cultural. Y el recinto se ha convertido en un auditorio al aire libre.
El gentilicio adnamantino quiere decir habitante de Adnumantia, como se la llamaban los romanos y que significa "hacia Numancia" ya que la localidad está en plena ruta de la calzada romana que conducía a Numancia.
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Para llegar hasta Almazán lo podemos hacer por la autovía A-15 que la comunica por un lado con Soria y por el otro con Medinaceli; con Berlanga de Duero está conectada por la CL-116 que también la comunica con Morón de Almazán y Monteagudo de las Vicarias al igual que la CL-101 lo hace con Gómara.
Almazán cuenta con servicios de autobús de línea regular que la conectan con capitales como Soria, Zaragoza, Madrid, Logroño... y con los pueblos y ciudades de las rutas. El número de teléfono de la estación de autobuses es el 975 310 377
En la estación de ferrocarril de Almazán tienen parada trenes de trayecto regional. El número de teléfono para ampliar información es el 975 300 230
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