Yacimiento Arqueológico de Numancia

¿Sabías que... el Yacimiento Arqueológico de Numancia

Se ubica en el cerro de La Muela, en la localidad soriana de Garray. Numancia, rodeada de espesos bosques y zonas pantanosas, se levantó donde confluyen los ríos Duero y Tera, al amparo de éstos y del Merdancho, en un estratégico punto desde el que se domina una amplia llanura acunada por las montañas del Sistema Ibérico, desde el Pico de Urbión y el Cebollera hasta el Moncayo. Aunque la primera vez que se menciona a Numancia es durante la expedición de Catón del año 195 antes de Cristo, se sabe que fue fundada por los arévacos a finales del siglo III o inicios del II antes de Cristo, pero antes de que naciera esta ciudad el cerro ya estuvo ocupado durante el Calcolítico o comienzos de la Edad del Bronce, unos dos mil años antes de Cristo y que después perduró un asentamiento, castro, de la Edad del Hierro hasta el siglo IV antes de Cristo.

Un poco más de historia

Numancia con su población arévaca, que según Apiano era la más poderosa y fuerte de los celtiberos, encabezó la resistencia de este pueblo contra Roma, resistencia y luchas que duraron por espacio de veinte años hasta que en octubre del 134 antes de Cristo llego al lugar el general Publio Cornelio Escipión quien se dedicó a aislarla con un cerco de siete campamentos unidos por un muro. Este último asedio duró once meses en los que los numantinos resistieron sin alimentos, muchos murieron de inanición y otros, antes de rendirse, buscaron la muerte a su manera. La Numancia celtibérica fue arrasada en el verano del año 133 antes de Cristo, pero enseguida volvió a ser una ciudad, esta vez romana, quienes le dan un urbanismo más regular, sus casas son construidas con piedra de mejor calidad... A partir del siglo III la ciudad empieza a decaer y se va despoblando poco a poco hasta convertirse durante los siglos VI y VII en un pequeño asentamiento visigodo. En la alta Edad Media ya no se conocía donde estuvo ubicada Numancia, llegando incluso a confundir su emplazamiento situándola en Soria capital o en Zamora hasta que en el siglo XVI se identificaron los restos arqueológicos de la colina de Garray con la ciudad de Numancia.

Para descubrir ¿Qué ver en el Yacimiento Arqueológico de Numancia?

El Yacimiento Arqueológico de Numancia a través de un itinerario de once puntos importantes lleva al visitante a ir recorriendo, retrotrayéndose en el tiempo, una ciudad que es todo un símbolo de heroísmo y valentía. El panel que explica el cerco romano ayuda a visualizar la posición de siete de los campamentos que éstos situaron en los cerros del entorno de Numancia. De la muralla de la ciudad celtibérica se ha reconstruido un tramo con la puerta norte defendida por dos torres cuadradas de madera. Baños públicos, desagües, aljibes, calles con aceras, grandes piedras a modo de pasarela que cruzan la calle facilitando el no enfangarse, la ambientación de sendas casas, una romana y otra celtibérica, el entramado de sus calles y los restos de algunas viviendas...dan una visualización más que efectiva de las gentes que aquí vivieron.

Tradiciones

La bodega de la casa celtibérica estaba destinada a conservar los alimentos ya que mantenía una temperatura estable. Anejos a las casas estaban los corrales. Se dice que era costumbre que sus moradores se bañaran en su propia orina, aunque eran limpios y cuidadosos en sus formas de vida, y que en su dieta alimenticia predominaban los vegetales, los frutos secos, las bellotas y que la falta de vino la suplían con la "caelia" que era cerveza extraída de trigo fermentado.

Curiosidades

Sobre el cerro donde se ubicaba Numancia hay un monumento de piedra con pedestal, obelisco y cuatro lápidas en las que se puede leer la dedicatoria a Numancia y a sus héroes y que fue inaugurado por el rey Alfonso XIII en 1.905. Otro pedestal es la base de otro monumento que se quiso levantar en el año 1.842 y no se terminó por falta de medios económicos.

Leyenda

Se cuenta que en la primavera del año 133 antes de Cristo, después de meses de asedio, el jefe Retogenes y otros cinco numantinos consiguieron traspasar el cerco e ir a pedir ayuda a las vecinas ciudades arévacas, éstas, por miedo de las represalias que las legiones romanas pudieran tomar contra ellas, se la negaron. Solo en la ciudad de Lutia encontraron el apoyo de unos 400 jóvenes guerreros, pero enterados los propios abuelos de los muchachos y en asamblea de ancianos tomaron la decisión de avisar al asediador Escipión quien trasladándose con parte de sus tropas a la ciudad apresó a los jóvenes y les cortó la mano.

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