Paseo por la historia de Soria

Qué ver en Soria

Enclavada entre los dos cerros que la vieron crecer, bañada por las tranquilas aguas del aquí aun joven río Duero, a los pies de las inconfundibles montañas que dibujan la silueta de las sierras de Urbión y Cebollera, aguarda tranquila Soria. Su estratégica ubicación, frontera y puerta de paso entre la extensa meseta castellana y las montañas del norte ha marcado su carácter. Bellos rincones y verdaderas joyas arquitectónicas que mantienen toda su esencia medieval e importancia histórica se unen a los parajes naturales que envuelven a la localidad haciendo de Soria un lugar casi encantado que embruja a quien lo visita.

Propuesta de itinerario para visitar Soria

Mediante este Paseo por la historia de Soria podremos descubrir los rincones que fueron fuente de inspiración para ilustres escritores. Podremos viajar en el tiempo y en su historia a través de su rico patrimonio monumental, conociendo verdaderas joyas del románico, fastuosos palacios renacentistas o esbeltas construcciones góticas y que salpican sus nobles calles sorprendiéndonos a cada paso. Edificios que en algunos casos se funden y mimetizan con la poesía de Bécquer o de Machado entre otros. Arquitectura que en otros casos se integra con los parajes naturales que la rodean hasta formar parte de un mismo y bello paisaje, como es el caso de la ermita de San Saturio. Valores que junto a su rica y notable gastronomía, a su inmejorable ubicación y al carácter de sus gentes conforman la reconocida singularidad de Soria, y hacen de la visita a esta ciudad una experiencia única e inolvidable.

Iglesia de Santo Domingo

A orillas del antiguo trazado de la nacional 234 a su paso por Soria se ubica esta iglesia románica cuya monumental fachada es considerada una de las mejores del románico español. De origen incierto, del primitivo templo tan solo se conserva la torre ya que el edificio actual ha sufrido varias remodelaciones. Entorno a la primitiva iglesia se asentaron diferentes congregaciones que fueron ampliando este templo hasta llevarlo a su estado actual. Hoy en día y tras una no poco ajetreada historia, el monasterio al cual pertenece, es ocupado por una congregación de clarisas. Declarada bien de interés cultural en el año 2.000 además de con su fachada, un libro abierto con el que ilustrar al pueblo, de ahí su nombre, la Biblia de Piedra, cuenta con una torre según parece de principios del siglo XII y con el templo que se comenzó a construir a finales del mismo siglo y fue finalizado tras sucesivas ampliaciones y reformas allí por el siglo XVI. Templo que en primera instancia fue levantado en honor de Santo Tomé, aunque posteriormente se cambiara su advocación a la de Santo Domingo debido a la orden de dominicos que se estableció junto a él.

Alameda de Cervantes

Iniciamos la caminata por las calles de Soria dejando a nuestra espalda la iglesia de Santo Domingo para descender hasta el cercano instituto Antonio Machado siguiendo la calle Aduana Vieja. Calle donde también nos esperan una sucesión de ilustres palacios, muestra inmejorable de la importancia historica de esta noble villa. Palacios nobiliarios como los de San Clemente, los Castejones o el de Don Diego de Solier, conforman una inagotable sucesión de nobles edificios que nos llevarán hasta el Palacio de los Río Salcedo, una bella construcción renacentista levantada junto a la iglesia de San Clemente y propiedad durante años de una de las familias más influentes de Soria. Pero nuestro recorrido no para y esta nobiliaria calle finaliza invitándonos a abandonar por un momento el casco histórico de la ciudad y, girando a la derecha, poner rumbo hacia el cercano parque de la Alameda de Cervantes, un verdadero jardín botánico que esconde auténticos tesoros. El Árbol de la Música o Árbol Gordo, la ermita de la Soledad, sus fuentes, paseos y rincones invitan a dedicarle un tranquilo paseo.​

Iglesia de San Juan de Rabanera

Sin duda nos ha de costar despedirnos de este parque tan ligado a la historia de la ciudad, al hacerlo pondremos rumbo a la siguiente joya que visitaremos. Para ello regresaremos sobre nuestros pasos hasta la plaza Ramón y Cajal y ascenderemos la calle, dejando a nuestra izquierda por la que antes llegamos a la alameda desde los palacios. Declarada monumento nacional y bien de interés cultural estamos ante una construcción de estilo románico que vio como a lo largo de su historia tuvo que soportar varias modificaciones que casi llegaron a acabar con su aspecto original. De hecho aún hoy en día se llegan a apreciar algunas de las cicatrices que estas reformas causaron en ella. En su interior también se conservan obras de gran importancia como un retablo plateresco. Junto a la iglesia a buen seguro nos han de llamar la atención el elenco de ilustres personajes que jalonan el palacio de la diputación. Alfonso VIII, Sor María de Ágreda, San Martín de Finojosa o Francisco López de Gómara son algunos de los representados en estas esculturas.

Palacio de los Condes de Gómara

Disfrutado ya de esta parada seguiremos bordeando la iglesia hasta la calle San Juan por la que descenderemos para adentrarnos de nuevo en el corazón de Soria, surcado por la calle El Collado. Al llegar a ella tan solo nos tendremos que desviar unos metros a nuestra izquierda para proseguir rumbo al cercano palacio. Este enorme edificio del siglo XVI y de imponente estampa deja bien a las claras el poder que llegaron a alcanzar los Río y Salcedo, poder que quisieron estampar en su nuevo palacio. Palacio que según cuenta la leyenda o las malas lenguas, el mismo Felipe II fue quien impidió el desarrollo integro de esta fastuosa obra. Sus ventanales, sus columnas y su erguida y recia torre albergan un interior típicamente castellano a la par que lujoso. Hoy en día además de ser bien de interés cultural es también sede del Palacio de Justicia e icono del antiguo esplendor que por finales del siglo XVI ostentaba Soria y sus nobles.

Plaza Mayor e Iglesia de Nuestra Señora la Mayor

Desde aquí proseguiremos la marcha bien regresando a la calle El Collado para acercarnos hasta la próxima Plaza Mayor de Soria o bien adentrándonos más aún en las calles del corazón de Soria para acceder a la plaza por el conocido como Arco del Cuerno y que nos permite adentrarnos de lleno en esta típica plaza castellana. La Fuente de los Leones, el Palacio de Doña Urraca, la Casa de los Doce Linajes o la iglesia de Nuestras Señora la Mayor del siglo XII, conocida en la antigüedad como la iglesia de San Gil, son algunos de los regios edificios que nos aguardan en esta bella plaza Mayor de Soria. Pero también esta representativa plaza a ostentando varios nombres a lo largo y ancho de su historia, Plaza del Trigo o Plaza del Collado han sido las denominaciones con las que se la ha conocido, sin olvidarnos tampoco que además de los diversos mercados también se han celebrado en ella concurridas corridas de toros. Igualmente merece la pena dedicar un tiempo extra a la iglesia de Nuestra Señora la Mayor cuyos orígenes románicos se mezclan con los diferentes estilos arquitectónicos que las sucesivas reformas han plasmado en su carácter.

Concatedral de San Pedro

Retomamos nuestro rumbo junto a la escultura que preside el conocido Rincón de Leonor donde seguiremos la calleja que desciende paralela a la calle principal. Calleja que un poco más adelante gira bruscamente para llevarnos hasta la calle Real por la que seguiremos descendiendo hasta llegar a los restos de la Iglesia de San Nicolás. Antiguo templo románico del que a duras penas se conservan los vestigios de su pasado esplendor. Desde aquí proseguiremos el curso de la calle que nos ha de dejar como quien dice a las puertas de la Concatedral de San Pedro de la que tan solo nos separará el trazado de la antigua nacional 234. Sin duda son muchos los valores arquitectónicos y culturales que atesora esta edificación aunque nos atreveríamos a decir que entre todos ellos sobresale su claustro, construido a mediados del siglo XII y declarado monumento nacional. Por lo demás estamos ante un edificio construido en un lugar estratégico al amparo de los cerros entorno a los que se expandió Soria. Son múltiples sus capillas, especialmente bellos sus retablos y de singular importancia histórica varias de sus siete campanas.

Cerro del Mirón

La siguiente parte de la ruta nos llevará a conocer rincones de bella factura y gran importancia histórica, empezando por la esforzada ascensión al cerro bajo el que se asienta la concatedral. Para ello tan solo tendremos que seguir la calle que bordeándola remonta la ladera del cerro llevándonos hasta el mismo paseo de entrada a la ermita que lo jalona. La ermita del Mirón está ubicada en un emplazamiento inmejorable desde el que se puede contemplar una amplia panorámica de Soria. Estamos ante un edifico de estilo barroco en cuyo exterior destaca el obelisco de tres cuerpos que hay frente a su puerta. El mismo paseo del Mirón nos acercará a otro hito ineludible de este cerro, el Mirador de los Cuatro Vientos desde el que podremos admirar el tranquilo curso del río Duero a su paso por la ciudad. Un mirador y un paseo que también guarda su importante historia ligada a la ciudad y a los ilustres personajes que por él pasearon.

Arcos de San Juan de Duero

Desde el mirador tomaremos prestado el marcado trazado de la Ruta de la Muralla, la cual recorre los principales vestigios del entramado defensivo con que contaba Soria en la antigüedad, para descender hasta la misma orilla del río Duero y saliendo del recinto amurallado seguir su cauce descendente. El río será nuestro acompañante y uno de los protagonistas en esta parte del recorrido. Rápidamente nos toparemos con el vetusto Puente Mayor que nos permitirá atravesar el caudaloso cauce del Duero como lleva haciéndolo desde el medievo. Nada más atravesarlo remontaremos unos cuantos metros su cauce para acercarnos hasta el bello claustro de San Juan de Duero. Este monumento nacional engloba en su conjunto una gran variedad de estilos arquitectónicos que se ven reflejados a la perfección en su claustro. Estilos que denotan el crisol cultural que ostentaban los miembros de la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Duero, precursores de esta construcción. El sencillo templo románico que jalona esta singular obra atesora también singularidad en cada rincón.

Saber más ⇒

Ermita de San Saturio

Examinado ya cada detalle, cada columna del claustro, regresamos a la ribera del río para dejarnos llevar por su incansable caudal hacia nuestra siguiente parada. Recorremos un agradable y acondicionado paseo que tras dejar atrás el puente medieval, nos acercará sin perdida posible al Monasterio de San Polo. Sin duda el ajardinado paseo que da acceso a este monasterio cuyos orígenes se remontan a principios del siglo XII, nos ha de sorprender por su cuidado aspecto. La zona exterior es tan solo la zona habilitada para poder ser visitada. Tras ello proseguiremos la marcha compartiendo trazado con la pista asfaltada que conduce hasta la llamativa y curiosa ermita hacia la que nos dirigimos. San Saturio nos ofrece la posibilidad de acceder a ella bien por el interior de la montaña donde se asienta, recorriendo los pasadizos que comunican las diferentes estancias, o bien directamente a la iglesia, realizando el recorrido por su interior al contrario. A los incalculables valores culturales y arquitectónicos que acuña este templo se suma la especial sensación que crea en quien lo visita y se adentra en él por la cueva que comunica con su interior.

Saber más ⇒

Parque del Castillo

Sorprendidos por la visita a esta ermita retomamos la ruta buscando el paso que en la última rampa de la carretera que sube hasta lel templo nos permite descender al río para atravesarlo gracias al puente que aquí se encuentra. Puente que nos brinda unas inmejorables panorámicas de la ermita que acabamos de visitar. Ya en la otra orilla del río Duero comenzaremos a remontar su curso en busca de la carretera que asciende hacia el cerro del castillo, cuyo inicio encontraremos junto al Sotoplaya. Para salvar este notable desnivel, además de la ya mencionada zigzagueante carretera, dispondremos de un acondicionado y vertiginoso paseo equipado con varios miradores. Ya arriba del todo nos aguardan no solo los restos del maltrecho castillo de Soria, también una agradable y cuidada zona verde con diferentes atractivos que se suman a la importancia histórica de este lugar, tales como miradores o paseos. El parque invita a recórrelo con calma disfrutando de sus rincones y panorámicas mientras recobramos el aliento perdido en el ascenso. Desde aquí en la punta contraria de nuestra llegada al parque nos encontraremos con una antigua conocida, el trazado de la Ruta de la Muralla que nos servirá para regresar al centro de Soria sin perdernos otros puntos de interés como son el Mirador del Sagrado Corazón o la iglesia de Nuestra Señora del Espino desde donde tenemos la opción de seguir esta ruta o dirigirnos directamente al corazón de Soria y poner punto y final a nuestro itinerario.​

Mapa de la ruta

Este mapa es un croquis hecho como ejemplo de la ruta, en ningún caso representa el mejor o el único itinerario a seguir. En su desarrollo no se han tenido en cuenta las normas vigentes de circulación o el estado de los lugares por donde pasa y que pudieran afectar a su trazado.