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Está situado en lo alto de un cerro, a orillas del río Duero, en la región meridional de la provincia de Soria. Levantado en el siglo X sobre las ruinas de un posible castro, formaba parte del sistema de fortificaciones que los musulmanes llevaron a cabo en este siglo con el afán de dominar la frontera del Duero. El castillo de Gormaz pasará de manos árabes a cristianas y viceversa una y otra vez, por lo que fue paulatinamente restaurado y ampliado.
Reedificado por el general Galib entre los años 956 y 966; desde el año 978 fue cristiano hasta el 983 cuando pasó a manos de Almanzor, quedando en poder musulmán hasta su conquista definitiva en el 1.060 por parte de Fernando I de León. Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, fue señor de Gormaz y alcalde de la fortaleza en el año 1.087. El castillo de Gormaz, que siguió en uso bajo el dominio cristiano, constituye el máximo exponente de la arquitectura militar soriana. Durante el reinado de los Reyes Católicos perdió su función militar y pasó a convertirse en cárcel. Fue declarado monumento en el año 1.931.
El castillo de Gormaz, el coloso de Castilla, es el más largo de Europa. Sus restos se alzan solitarios pero orgullosos adaptándose y alargándose sobre el terreno donde se sitúa. Construido en sillería y con un perímetro amurallado de más de un kilómetro, tiene las características de la arquitectura militar omeya. Acceder al interior del recinto por la puerta califal, recorrer sus muros descubriendo los dos sectores que componen el castillo, el alcázar o zona noble donde residía el gobernador militar y los miembros notables del ejército, y donde se conserva todavía la torre del homenaje de estilo mudéjar, reconstruida en el siglo XV, que está conectada, por una especie de galería que recorre el muro, con los restos de la torre de Almanzor.
En esta zona también se puede ver un aljibe, de vital importancia para el castillo sobre todo en momentos de asedio; algunos restos de muros junto a la torre de Almanzor bien pudieran ser los de una sala palaciega y las ruinas de una gran estancia rectangular hablan de una sala de armas. La otra zona del castillo era la destinada para alojar a los ejércitos, aquí se puede ver una alberca, estanque de recogida de aguas y destinado para el servicio de las caballerías, fraguas y huertas. Desde este gran castillo califal, según algunos, parejo en su época en estilo y grandeza a la mezquita cordobesa, se divisa en toda su magnificencia las inmensas llanuras de las tierras castellanas recorridas y regadas por el río Duero.
El castillo de Gormaz, punta de lanza del reino islámico en la Península Ibérica, cuyas murallas tenían veintiocho torres y su recinto era capaz de albergar ejércitos enteros, estaba desde 1.060 bajo dominio cristiano. En el año 1.081 la población cristiana asentada en las faldas de la fortaleza de Gormaz, sufrió un duro ataque musulmán, enterándose de ello don Rodrigo Díaz de Vivar, y hallándose en Castilla, organizó un ataque durísimo de represalia sobre las tierras vecinas que pertenecían a la taifa islámica de Toledo. Esas tierras islámicas habían pactado paz y protección con Alfonso VI que al enterarse de lo ocurrido desterró al Cid de las tierras castellanas. En este su primer destierro el Campeador estuvo al servicio de los reyes musulmanes de la taifa de Zaragoza. Años más tarde, en el 1.087, el rey castellano le perdonó y le otorgó diversos señoríos entre ellos el de Gormaz.
El nombre de Gormaz, según estudiosos, proviene de Vormatio-Bormatiu, derivado del dios Borbo-Bormanus, en la mitología celta divinidad de las fuentes y manantiales. La palabra borbotón tendría el mismo origen. Cerca de la fortaleza se encuentra el paraje de Fuentes Grandes, siendo el acuífero de Gormaz el más importante de la provincia.
En la torre del espolón del oeste se pueden contemplar tres estelas simbólicas que tienen su misticismo y leyenda pues se dice que están allí colocadas para proteger la fortaleza y ahuyentar los espíritus maléficos de la noche.
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A Gormaz se accede por un lado desde El Burgo de Osma por la carretera comarcal SO-160 y por el otro desde Retortillo de Soria.
Desde Gormaz, al final del pueblo, sale una carretera asfaltada que nos acerca hasta el Castillo de Gormaz donde hay una zona habilitada para dejar los coches.
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