Vilachá (Lugo) (0)

¿Sabías que... Vilachá

Se encuentra en la ribera del río Loio, en la parroquia de San Salvador das Cortes perteneciente al municipio de Paradela, también encontramos la aldea de A Parrocha, siendo ambas atravesadas por el Camino Francés. En la historia de Paradela el monasterio de Santa María de Loio, jugó un importante papel. En esta zona de la ribera del río Loio, hay documentos que acreditan la existencia, en la Edad Media, de varios monasterios como el de San Salvador y el de Santa Cruz do Loio, del que se conservan restos, además del de Santa María de Loio que fue fundado en el siglo VIII y habitado por monjes de la regla de San Fructuoso y cuyo máximo esplendor y relevancia le llegó entre los siglos IX y X cuando vio nacer en él la Orden Militar de los Caballeros de Santiago, cuyo cometido especial era la protección de los peregrinos.

Para descubrir ¿Qué ver en Vilachá y A Parrocha?

En este tramo del Camino entre A Parrocha y Vilachá se puede disfrutar de unas bonitas vistas sobre el embalse de Belesar y la villa de Portomarín. Del monasterio de Santa María de Loio solo queda una pequeña capilla recientemente restaurada, que alberga una imagen de Santiago.

Fiestas

La parroquia de San salvador de Cortes celebra sus fiestas patronales en honor a San Salvador el primer domingo de agosto.

Curiosidades

En la parroquia de Cortes, como suele ser habitual en el emplazamiento de los monasterios, éstos se encuentran en lugares verdaderamente bellos y proclives para la soledad y la oración, entre montañas, en la ribera del río Loio.

Leyenda

Los Caballeros Cambiadores, o Caballeros de la Orden de Santiago, eran los templarios de Galicia que defendían a los peregrinos y vigilaban el sepulcro del Apóstol. Esta orden de incierto origen, puede remontarse al siglo IX cuando surge en Santiago la Hermandad de los “Caballeros Cambeadores”, que señalan como el origen de los “Caballeros de Santiago de la Espada” y de cuyo nacimiento hace gala, al monasterio de Santa María de Loio, durante el reinado de Fernando II, en el que tuvo lugar una asamblea para la creación de dicha Orden. “Unos cuantos nobles en linaje, insignes en sabiduría, fuertes en las armas y gloriosos en todo lo material, pero pobres en virtudes y viciosos…arrepentidos de su vida de disipación y escándalo, resolvieron sin abandonar las reglas de la caballería, a la cual pertenecían…, hacer vida común y someterse a una regla religiosa que fuese como norma de su conducta y designar entre ellos un Prefecto y otros dignatarios que los dirigiesen y guiasen.” según relata el profesor Amor Meilán en su “Historia de la provincia de Lugo”.