Cacabelos (León) (0)

¿Sabías que... Cacabelos

Está situada en el centro de la hoya berciana, a la vera del río Cúa y rodeado por la Sierra de Ancares, la Cordillera Cantábrica y los Montes de León. Se sabe que en el Paleolítico ya hubo asentamiento en Cacabelos, pero es de la Edad de Bronce y de finales de la del Hierro de cuando se han encontrado más cantidad de restos arqueológicos, enseres y utensilios típicos de la vida en el castro, sobre todo en Castro Ventosa, que es Bien de Interés Cultural desde el año 1931, y que ya aparece citado por los escritores romanos Floro y Osorio nombrándole como Bergidum Flavium. No se puede olvidar que en la zona hubo numerosos yacimientos auríferos explotados por los romanos, y Bergidum se convirtió en el centro administrativo de todos ellos. Bergido, como se la nombra en época visigótica también tuvo su importancia, pero cuando se menciona a Cacabelos, como tal, fue en el siglo X, en un documento de donación de Bermudo II al monasterio de Carracedo.

Un poco más de historia

Las numerosas disputas por su dominio las concluyó Alfonso VII con la donación de la villa al arzobispo de Santiago, Diego Gelmírez, en 1138, con lo que Cacabelos pasó a pertenecer a la lejana diócesis compostelana a la cual estuvo vinculada hasta el año 1890. La localidad creció al amparo y con el auge del Camino de Santiago en la Edad Media. A principios de la Edad Moderna, siglo XV, Cacabelos se integra en el marquesado de Villafranca del Bierzo. En la Guerra de la Independencia la villa fue testigo de primera fila, pues en la zona del puente sobre el río Cúa se libró una importante batalla el 3 de enero de 1809, entre ingleses y franceses. Años más tarde con la desaparición de los señoríos, Cacabelos se convierte en municipio que acoge bajo su nombre a la villa en sí y los pueblos de Quilós, Arborbuena y Pieros y en los años 80 del siglo XX se incorporan además y por propia voluntad, Villabuena y San Clemente.

¿Qué ver en Cacabelos?

Muchos son los hospitales e iglesias que a través de los siglos hubo en Cacabelos y que nacieron al abrigo del Camino y sus peregrinos, pero no todos han resistido el paso del tiempo. En la actual plaza de San Lázaro, en la que se ven bonitos ejemplos de arquitectura popular, en la Edad Media se edificó un hospital y su ermita, que estuvieron en pie hasta el siglo XVIII. La ermita de San Roque es la que en su día fue la capilla de la Vera Cruz y que pasó a estar bajo la advocación del santo protector contra la peste a raíz de la epidemia del siglo XVI. La calle de Santa María es y ha sido desde la época medieval, la más importante de la localidad, en ella desembocan todas las calles y callejas del pueblo. En otros tiempos, cuando Cacabelos estaba amurallado, la calle tenía dos puertas en sus extremos, la de Cimadevilla, junto a la ermita de San Roque, y la de San Andrés, cercana a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Plaza. La calle está jalonada de casonas, muchas de ellas barrocas, que lucen en sus fachadas los escudos y blasones de las gentes que las habitaron. La iglesia de Santa María, reconstruida en el siglo XVI sobre una anterior y de la que luce orgullosa un interesante ábside románico, ha sufrido posteriores reformas, como la de su torre en el año 1904.

Para descubrir

El Puente Mayor, aunque se conoce de la existencia de otro de época romana, éste es de los siglos XVI y XVIII. Pasando dicho puente y el de los molinos, a las afueras de la localidad se encuentra el Santuario de las Angustias, del siglo XVIII, se le conoce también por él de la Quinta Angustia, alberga la talla de la patrona de Cacabelos y donde si el visitante se fija vera un relieve en el que San Antonio de Padua está jugando a las cartas con el Niño Jesús. No se puede dejar la villa sin haber disfrutado de su rica y variada gastronomía o sin visitar el M.AR.CA, que ubicado en una calle típicamente jacobea, calle Angustias, es la sede del Museo Arqueológico de Cacabelos y ocupa uno de los edificios más interesantes de la arquitectura civil de la localidad, construido en 1892 fue bodega durante la primera mitad del siglo XX. A poco más de dos kilómetros de la bonita y actual villa de Cacabelos y cercano a las murallas del Castro y del poblado de la Ventosa, la villa de Pieros, entre ondulaciones del terreno y viñedos, brinda al viajero la posibilidad de poder contemplar extraordinarias vistas panorámicas, además de visitar el famoso Castro y la iglesia parroquial de San Martín, medieval y consagrada en el siglo XI, y que está ubicada sobre un altozano a la izquierda del Castro Ventosa y del caserío.

Fiestas

Cacabelos festeja a su patrona Nuestra Señora de la Quinta Angustia, durante la Pascua, el 15 de mayo celebra San Isidro, los días 15 y 16 de agosto homenajea a Nuestra Señora la Virgen de la Asunción y a San Roque, el último fin de semana de septiembre celebra la fiesta de la Vendimia, además de las ferias anuales que se hacen en, mayo la Cruz de Mayo y en septiembre la de San Miguel. En Pieros sus fiestas patronales son el 11 de noviembre en honor a San Martín.

Tradiciones

En la localidad se celebra tradicionalmente mercado, los días 9 y 26 de cada mes y el primer y tercer lunes de cada mes, y en ellos se puede degustar y disfrutar del sabroso pulpo de las conocidas pulpeiras de Cacabelos.

Curiosidades

Se dice que el nombre del Bierzo viene derivado de Bergidum, nombre del asentamiento de la antigua ciudad prerromana que aquí hubo.

Leyenda

Las casonas con los emblemas heráldicos blasonando las fachadas que hay en la calle de Santa María reflejan el orgullo de aquellas gentes que en ellas vivieron y que siempre supieron defender sus privilegios hasta tal punto que, según reza la historia oral, hasta el mayordomo del marqués de Villafranca llego a decir: "en esta villa no se teme a la justicia y cada uno hace lo que se le antoja…"