Villafranca del Bierzo (León) (0)

¿Sabías que... Villafranca del Bierzo

Se sitúa en el corazón de las montañas leonesas, donde se unen los ríos Valcarce y Burbia. Su término municipal ocupa parte de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses. Restos de utensilios y arte de la Edad de Bronce encontrados en la zona, hacen pensar que en el lugar ya había un asentamiento poblacional de cierta importancia en la época romana, incluso anterior. Algunos atribuyen su fundación al romano Suplicio Galbe y dicen que se la conocía bajo el nombre de Berdigum Flavium, además por la zona discurrirían calzadas prerromanas. En la alta Edad Media se la conocía como Burbia y la cita más antigua hace referencia a la batalla que aquí se libró entre musulmanes y cristianos allá por el año 791. Villafranca del Bierzo empieza a adquirir importancia hacia el año 1070 cuando los monjes de Cluny construyeron el Monasterio de Santa María del Cluniaco con el fin de socorrer a los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela haciendo el Camino de Santiago, muchos de ellos, peregrinos francos que llegaron a establecerse en el lugar y de los cuales tomo su nombre, "villa de francos".

Un poco más de historia

En el siglo XII el rey Alfonso IX le concede fueros y privilegios, más tarde, en la baja Edad Media formó parte de diferentes señoríos, laicos y seglares, y ya en el siglo XIV pasó a manos de los condes de Trástamara y Lemos. Por eso se puede decir que Villafranca del Bierzo se ha forjado siendo un hito en el Camino, y por haber sido lugar de residencia de los nobles de la región. Villafranca conjuga a la perfección la actualidad con su aire medieval cargado de un importante pasado.

¿Qué ver en Villafranca del Bierzo?

Pasear por las calles de irregular trazado de Villafranca es adentrarse en una época medieval donde a cada paso se muestran casonas, palacetes, escudos y blasones que hablan de una gran historia, no sin motivo es Conjunto Historico-Artistico. De sus calles, la conocida como la del Agua, es toda ella un monumento a admirar, en ella se aglutinan el palacio de los Marqueses de Villafranca y el de Torquemada, ambos del siglo XVIII, al lado del palacio de Torquemada está la casa Morisca, del siglo XV, en esta calle también se encuentra la casa natal del poeta Enrique Gil y Carrasco. Un grato paseo por la Alameda, que es una bonita muestra de jardín romántico del siglo XIX y en cuyo centro se ubica la fuente conocida por la Chata, que procede del Monasterio de Santa María de Carracedo, o regocijarse con el recoleto encanto de la Plaza Mayor, con sus soportales y antiguas casas con miradores acristalados, invitan al visitante a recorrer el resto de edificios de la pequeña Compostela.

Sigue la visita

La iglesia de San Juan, del siglo XII, que fue una de las cuatro parroquias que hubo en Villafranca, el convento La Concepción, el convento La Laura, el convento de La Anunciada, construido sobre las ruinas de un antiguo hospital de peregrinos, el de Santiago, su fundación tiene visos de leyenda y corrió a cargo de D. Pedro Álvarez de Toledo y Osorio en 1606 para su hija que quería profesar como monja. La Colegiata de Santa María que se construyó en el siglo XVI donde antes estuvo el primitivo Monasterio de Santa María de Cluniaco. En la parte alta de la Villa, se sitúa el Castillo, su edificio se parece más a un castillo-palacio que a un castillo-fortaleza, es del siglo XVI y tiene cuatro torreones, durante la Guerra de la Independencia fue desmantelado por ingleses y franceses. Del Monasterio de San Francisco, cuya construcción fue iniciada en el siglo XIII, solo se conserva su iglesia que está dedicada al mismo santo, en ella se pueden admirar unos bonitos artesonados de madera policromada. San Nicolás el Real, construido en un principio como casa y colegio jesuita, guarda en el interior de su iglesia la imagen del patrón de Villafranca el Santísimo Cristo de la Esperanza; también en este mismo edificio se encuentra un museo de Ciencias Naturales. Y como no, en una villa tan impregnada con el Camino lo primero que le sale al paso al peregrino es la iglesia de Santiago, románica del siglo XII, la verdadera y más famosa joya de la iglesia, es la Puerta del Perdón, donde los peregrinos, cuando están incapacitados para proseguir hasta Santiago de Compostela, ganan el jubileo.

Para descubrir

En los Años Santos Compostelanos, esta puerta al igual que la de la Catedral se abre, siendo, junto con ella, las dos únicas en las que se pueden ganar las Gracias Jubilares. Y completando tanta exuberancia de arte e historia Villafranca no se olvida de alimentar el cuerpo y ofrece una amplia cultura gastronómica berciana en la que el botillo, la empanada o el pulpo se acompañan de un rico vino de la zona y para terminar que mejor que con un buen dulce ¿qué tal unas guindas o cerezas en aguardiente?

Fiestas

Villafranca del Bierzo comienza el año festejando a San Tirso el 28 de enero, abogado de enfermedades reumáticas y de los huesos. Luego los Carnavales, de gran tradición en todo el Bierzo, dan paso a una Semana Santa en la que los monumentos y las calles toman protagonismo. El 1 de mayo tiene lugar A Festa do Maio. En julio y agosto Villafranca disfruta con ferias y la fiesta del turista. Pero es en septiembre, a mediados, cuando se engalana para honrar a su patrón el Cristo de la Esperanza. No hay que olvidar una fiesta de relevancia provincial que se celebra en Villafranca todos los años el último domingo de primavera, la de la Poesía.

Tradiciones

Un tradicional festejo, en Villafranca, es A Festa dos Maios. Se celebra el 1 de mayo y la víspera por la tarde-noche. Es una fiesta de rituales paganos donde se pide a la floreciente primavera que los espíritus de las plantas sean benévolos con la fertilidad del pueblo. Se adornan balcones y los mozos salen al campo para cortar las ramas de las cañaveiras con las que luego visten al Mayo. Hacen de Mayos los niños, uno por cada zona del pueblo. A las doce del mediodía empiezan a recorrer las calles, van cantando a las mujeres, que desde los balcones les obsequian con dinero, castañas o nueces. Según sea de generoso el óbolo, a la donante le cantaran, esta casa es de cristal donde vive un general o esta casa es de losa donde vive una roñosa. En el transcurso del desfile los Mayos se acuestan y se levantan para evocar el morir del invierno y el renacer de la primavera. Finalmente se concentran todos los Mayos en la Plaza Mayor y posteriormente se celebra una comida popular para todos los interesados.

Curiosidades

Hay dos versiones del origen del nombre de Villafranca del Bierzo, una dice que aquí se formó un burgo de francos, peregrinos franceses, y que ello fue lo que dio nombre “villa francorum” e importancia a la población. La otra habla de villa sin franquicias, gracias a prebendas reales. Además llegó a tener dos corregidores, uno para los francos y otro para los del lugar.

Leyenda

Cuenta la leyenda que los orígenes de Villafranca están relacionados con los vaqueiros de Tineo y Luarca, que deseando encontrar valles fértiles y con pastos decidieron confiar la búsqueda en el instinto de una buena vaca blanca. Para ello la dejaron deambular sin perderla de vista, y el animal llegó hasta las ricas tierras de Villafranca, entonces los vaqueros trasladaron aquí su asentamiento.