Se ubica en el valle del río Leza, a la entrada al cañón que el río ha formado entre Soto en Cameros y Leza de Río Leza, extendiéndose a ambos lados del río Leza. El municipio está formado por el propio Soto en Cameros, en el valle, y en lo alto el núcleo de Trevijano y los despoblados de Luezas, aunque tiene algunas casas rehabilitadas, y Treguajantes. Existen vestigios de asentamientos poblacionales desde la Prehistoria, testigos de ello son los dólmenes que se pueden ver en la zona. Los celtas también se asentaron aquí y los romanos dejaron su impronta, recuerdo de ello son los restos de calzadas que hoy en día todavía se pueden disfrutar. Con los musulmanes fue territorio fronterizo frente a los reinos cristianos. El rey Sancho Garcés I la incorporó al reino de Pamplona, pero el primer documento escrito en el que aparece es del año 1037, cuando Don Gonzalo Fernández vendió a Jimeno una casa en Soto.
Perteneció al señorío del conde de Aguilar desde que el rey Enrique II de Trastamara se lo concediera en 1366, y sus descendientes lo mantuvieron hasta la abolición de los señoríos en 1812. En el siglo XVI Soto en Cameros vio como sus habitantes emigraban hacia el nuevo mundo en busca de honores y riqueza. Formó parte de la provincia de Soria, hasta que en 1833 se creó la provincia de Logroño. Durante la Guerra de la Independencia fue sede de la Junta de Rioja, desde donde se intentaba articular la lucha contra la ocupación napoleónica. A día de hoy y tras décadas de abandono rural, Soto en Cameros, pueblo serrano, resurge gracias a las actividades económicas tradicionales y al turismo.
Asentada, la zona más antigua de Soto en Cameros, sobre la colina que encajona el barranco del Hayedo, el puente construido en el siglo XVI, y que salva el río Leza, la une con su zona más actual... Cruzando el puente se llega a las escuelas, en la plaza principal, edificio construido en el siglo XIX y que hoy es sede del ayuntamiento. La iglesia parroquial de San Esteban Protomártir, barroca de los siglos XVII y XVIII, desde la parte alta vigila el pueblo. La actual ermita de Nuestra Señora del Cortijo se encuentra en la cima del cerro donde se asienta la localidad, su primera construcción se remonta a la Edad Media.
Los escudos que blasonan las fachadas de las casas y palacios, como el del marqués de Vallejo, muestran el pasado señorial del pueblo en el que todavía se pueden apreciar las ruinas de las ermitas que jalonaban el terreno, como la de San Martín, San Antón o San Babilés. Junto a los vestigios de la ermita del Campo se encuentra La Nevera del Campo, levantada a finales del siglo XVI y restaurada no hace mucho, esta antigua nevera parece ser la mejor conservada de La Rioja. El antiguo hospital de San José, hoy albergue, se encuentra situado a la entrada de la villa y fue construido en el siglo XVIII, fue también escuela destinada a la formación de los trabajadores de las abundantes industrias textiles existentes en el lugar. Siendo Soto en Cameros un bonito pueblo de sierra, con un relieve accidentado, es ideal para el solaz y disfrute de los amantes del senderismo y la montaña.
Soto en Cameros celebra el 3 de agosto la fiesta de su patrón San Esteban y el 8 de septiembre la celebración es en honor a la Virgen del Cortijo. Las fiestas suelen celebrarse en el fin de semana anterior o posterior a dicho día cuando éstos no coinciden en sábado o domingo.
En Soto en Cameros se mantiene viva la tradición del Enrame. Acto en el que, al amanecer del día grande de las fiestas de agosto y de las de septiembre y tras pasar toda la noche de fiesta, se coloca una rama de chopo en la puerta de cada casa. Antiguamente las ramas se ponían en las casas donde había una muchacha en edad de merecer. A la mañana siguiente los mozos se juntaban en la plaza para dirigirse, al son de dianas y pasacalles, a las casas enramadas donde las chicas les esperaban para darles una colación con la que disfrutaban después de un buen almuerzo.
Los amantes de los dinosaurios pueden disfrutar visitando los dos yacimientos de Ignitas que se encuentran en Soto en Cameros, uno está situado sobre el inicio del cañón y el otro en el camino a Zenzano.
Cuenta una leyenda, muy popular en la zona, que estando el Apóstol Santiago batallando contra los moros, su caballo tropezó con una piedra de la ermita de la Virgen del Pópulo, en la aldea de Trevijano, y que de la roca donde hincó las rodillas manaron dos chorros de agua, las fuentes del Restauro.
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Para llegar hasta Soto en Cameros lo tenemos que hacer siguiendo la LR-250, bien desde Logroño, pasando por Villamediana de Iregua y Ribafrecha o bien en sentido contrario desde las diferentes opciones que tenemos de acceder a ella desde la N-111 que comunica Logroño y Soria.
Soto en Cameros cuenta con servicio de autobús que martes, jueves y viernes lo conectan con Logroño.
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