La especial ubicación del Toloño, separando en parte La Rioja de Euskadi, hace que también sea frontera natural entre el clima mediterráneo y el atlántico. Esta marcada diferencia se puede observar claramente en la vegetación que cubre ambas vertientes, encinas y pinares en la sur y frondosos hayedos en al norte, así como en los cultivos, bien diferenciados de una orientación a la otra, viñedos mayoritariamente en la sur, mientras que en la cara norte son el cereal y los pastos los que predominan. La subida al Toloño desde San Ginés se convierte en una exigente marcha cuya recompensa supera con creces el esfuerzo empleado en la ascensión a esta bella montaña.
La ruta con 9 Km en total nos lleva desde el Parque de la ermita de San Ginés a enfrentarnos a un trabajado ascenso rodeados de encinas y pinares que nos aportarán parte de su sombra protectora. La altura que rápidamente gana el recorrido nos permite ir haciéndonos una pequeña idea, con cada parada obligada para recuperar el aliento, del espectacular entorno que rodea a esta montaña. El valle del Ebro paso a paso va quedando a nuestros pies casi oculto por la frondosidad del bosque que nos rodea. Los primeros farallones que vemos se alzan imponentes sobre nosotros como resistiéndose a dejarnos sobrepasarlos. La ermita del Humilladero marca el punto final del bosque que deja paso a una despoblada ladera desde la que poder contemplar sin obstáculos aquello que hemos dejado atrás. El valle del Ebro se extiende ante nosotros permitiéndonos contemplar los caprichosos meandros que éste dibuja en su tranquilo curso hacia el mediterráneo y en el que a su orilla se asientan localidades como Labastida, Briñas o Haro entre las que alcanzamos a identificar.
Dejamos atrás la maltrecha ermita para continuar el ascenso en busca del paso por el que salvaremos los enormes peñascos que configuran la sierra del Toloño, cuya cima todavía permanece oculta a nuestros ojos. Los primeros restos del Monasterio de Santa María de Toloño o Nuestra Señora de los Ángeles como también se le conoce, nos sorprenden en pleno esfuerzo por superar el desnivel que nos separa de él. Sus ruinas nos cuentan parte de su historia, que va desde la pequeña ermita que aquí se asentaba hasta los restos de este en su día prospero monasterio rodeado de preciados neveros con los que comerciar, que vio como poco a poco fue cayendo en desgracia hasta su destrucción en la primera Guerra Carlista. Desde aquí nos decidimos por hacer cima ya no solo en el Toloño desde donde disfrutaremos de sus privilegiadas vistas que abarcan esta zona del valle del Ebro delimitado por la inconfundible silueta del San Lorenzo en la sierra de La Demanda, sino también de la zona sur de Álava y la estampa de los Montes Vascos y sus míticas cumbres, sino que también visitamos algunas de las cimas que rodean al Toloño, como por ejemplo la que alberga su vértice geodésico desde la que nos asomaremos a parte de La Rioja Alavesa.
Otras de ellas son la Peña del Castillo, una imponente roca que domina toda la pradera o Peña las Doce desde donde disfrutaremos de la panorámica de los Montes Obarenes, de la zona burgalesa de Miranda de Ebro y de una de las diferentes perspectivas que esta sierra del Toloño ofrece, para regresar nuevamente hasta el Parque de San Ginés despidiéndonos por ahora del inconfundible Toloño.
Cuenta la leyenda que aun hoy en días de tormenta se puede escuchar en los alrededores del Toloño el repique de las antiguas campanas del Monasterio de San María de Toloño que resuenan movidas por el fuerte viento de la tormenta, sirviendo de referencia para recuperar la senda correcta a montañeros desorientados y perdidos entre la niebla.
Hasta Labastida podemos llegar siguiendo la N-232a desde el cercano Briñas en plena N-124 entre Vitoria y Haro. También desde Haro, más concretamente desde el Barrio de las Bodegas, parte la carretera regional que une ambas localidades. Esta misma N-232a o como también se la denomina A-124 llega hasta Labastida desde Logroño pasando antes por Laguardia, Samaniego y las cercanías de San Vicente de la Sonsierra, entre otras localidades. Labastida también cuenta con servicio de autobuses que la conectan con Logroño, Vitoria, Bilbao y Haro, además de con los pueblos cercanos Una vez en Labastida encontraremos la calle que da acceso a la pista que conduce hasta la ermita de San Ginés, a la entrada de la N-232a a su llegada desde Briñas. Esta calle nos lleva directamente hasta la avenida de San Ginés que nos saca de la localidad para, dejando a nuestra izquierda una primera bifurcación, llevarnos por una pista asfaltada hasta el Parque de la ermita de San Ginés donde encontraremos un amplio aparcamiento para dejar nuestro vehículo.
Interesante recorrido, bastante exigente por el desnivel a salvar, es lo empedrado de algunas zonas lo que mayores problemas puede acarrear a nuestro compañero, pero estando atentos y guiándole por el lugar correcto evitaremos posibles lesiones en sus patas. El alambre de espino es otro de los factores con los que deberemos estar atentos ya que podemos encontrarnos con trozos ocultos por las cercanías de la alambrada.
La ausencia de puntos de agua en la práctica totalidad del recorrido y la exigencia del desnivel sumado al calor que nos podemos encontrar en determinadas épocas del año, nos obliga a no dejarnos olvidada el agua para nuestro amigo y reponerla si lo necesitamos en las fuentes del parque de San Ginés.
El ganado, caballos, vacas... es un habitual de la pradera superior, aunque durante el ascenso no será muy normal encontrarnos con ganado ya que éste suele estar más por la cara norte. Tampoco podemos descartar a otras mascotas que al igual que nosotros estén disfrutando de esta magnífica montaña muy transitada en épocas estivales.
El Parque de la ermita de San Ginés (0h 00min) en la base de la cara sur del Toloño nos sirve de punto de partida para esta ruta.
Más concretamente es en el lado opuesto del aparcamiento, según llegamos hasta él, donde comienza la pista por la que tenemos que seguir.
A los pocos metros de comenzar nos encontramos con un cruce de caminos en el que es él de nuestra derecha por el que debemos proseguir.
Una solitaria casetilla de cemento, sumada a la inconfundible silueta de la montaña, nos indica que vamos por el buen camino. La pista va poco a poco ganando en inclinación sin exigirnos por ahora demasiado esfuerzo, a la par que dejamos atrás un primer desvío.
Pronto nos encontramos en otro cruce donde cualquiera de las dos opciones que tomemos es correcta ya que ambas se vuelven a unir algo más adelante. La de la derecha nos lleva por la pista haciéndonos recorrer algo más de distancia, a cambio de tener un desnivel algo más suave.
La que parece seguir recto pronto se convierte en una trocha que acorta en parte la distancia aportando mayor desnivel al recorrido. Este tipo de atajos son habituales en el recorrido, haciéndonos dudar en muchos casos del camino a seguir. A los pocos metros de la unificación de ambas opciones, nos encontramos con otro desvío, éste sí a seguir sin lugar a dudas.
A nuestra derecha comienza una larga y empinada senda que nos mete de lleno en el verdadero ascenso. La trocha claramente definida, nos guía a través de la montaña siguiendo en todo momento su curso que en ocasiones y debido a su estado, bien parece una seca torrentera de agua.
Rápidamente comenzamos a ganar altura dejando tras nosotros otro enlace con la pista que nos trajo hasta aquí.
Al rato nuestra senda comienza a ganar anchura para convertirse en un empedrado camino al mismo tiempo que llegamos a un nuevo cruce. Sin desvíos seguimos adelante, ahora por este empinado camino que bordea la falda de la montaña, permitiéndonos contemplar por primera vez los farallones que nos separan de la pradera cimera del Toloño.
Nuestro camino nos continúa exigiendo un considerable esfuerzo para avanzar a la par que se encuentra con otros caminos que no debemos de seguir. Tras un engañoso descansillo en el desnivel, nos encontramos frente a un verdadero muro en el que el camino parece ponerse casi tan vertical como las paredes rocosas que tenemos delante.
A media rampa, cuando ésta se pone aún más inclinada, llegamos a otro cruce más en el que ambas opciones son correctas. La de nuestra derecha algo más corta prosigue el ascenso con mayor inclinación si cabe. Mientras, la de la izquierda a cambio de recorrer unos cuantos metros más nos obsequia con un trazado un poco menos exigente, al dibujar una alargada zeta para salvar este tramo.
En el mismo punto en el que se unen nuevamente los dos caminos nos encontramos con otro desvío o atajo más. Como no podía ser de otra forma la opción del camino es algo más larga y mantenida en el esfuerzo. Por el contrario la senda que comienza a nuestra izquierda acorta el trazado, aunque en este caso sin exigirnos demasiado hasta casi el final de su recorrido.
Una vez más unificadas ambas opciones continuamos con el trabajoso ascenso para recorrer la ya corta distancia que nos separa de la Ermita del Humilladero (0h 55min), a la que llegamos tomando una senda que salva el talud de tierra que jalona el camino.
Es en esta ermita donde se unen nuestro recorrido con una de las variantes que asciende desde las cercanías de Rivas de Tereso, otra de las muchas opciones que el Toloño tiene de subir hasta él. Desde aquí nos encontraremos el recorrido señalizado por marcas blancas y amarillas, aunque la senda bien definida casi hasta arriba, no deja lugar a dudas.
Una vez más son dos las opciones que se nos plantean y como es habitual el atajo, el de nuestra derecha acorta distancia a cambio de un mayor desnivel.
Este tramo prosigue con el duro ascenso que ya veníamos soportando, ahora siguiendo una senda que alterna zonas en bastante buen estado con otras algo descarnadas, pero que no suponen ningún problema.
La ausencia de árboles que nos aporten algo de sombra hace de este tramo una dura ascensión si al desnivel sumamos el calor del sol.
Pronto el recorrido cambia de rumbo dirigiéndose ya más a las claras en busca de la parte más alta de su trazado permitiéndonos ver los restos de la ermita de la Virgen del Toloño. No sin esfuerzo llegamos a la altura del Monasterio de Santa María del Toloño (1h 15min) como también se la conoce a la ermita del mismo nombre.
Aquí el desnivel prácticamente desaparece dejándonos contemplar la espectacularidad del entorno que nos rodea.
Con el monasterio a nuestra izquierda nos dirigimos hacia el portillo que nos permite cruzar la alambrada que delimita la pradera, para seguir hacia nuestro objetivo, el cual ya vemos frente a nosotros.
Cruzamos la pradera intentando descubrir una gran piedra con una marca blanca y roja, rodeada de arbustos, donde comienza la senda de ascenso a la cumbre.
Por delante tenemos un corto pero exigente recorrido serpenteando entre los arbustos a la vez que seguimos una maltrecha senda señalizada por hitos de piedras.
Rápidamente nos encontramos en una nueva planicie con la trepada final que da acceso a la cima frente a nosotros, mientras que a nuestra derecha observamos el vértice geodésico al que luego nos dirigiremos.
Una sencilla trepada nos permite llegar sin problemas hasta la cumbre del Toloño (1h 30min), desde donde podremos disfrutar de las magníficas vistas que esta montaña ofrece. Conquistada ya esta cima destrepamos el corto tramo rocoso para dirigirnos hacia nuestro siguiente objetivo del que nos separa una corta distancia.
Un corto descenso salvando una zona de densa vegetación y el posterior suave ascenso nos llevan hasta el Vértice Geodésico del Toloño (1h 35min) desde donde podremos contemplar con mayor claridad la zona este del valle del Ebro. Una vez dedicado el tiempo necesario a esta cima nos encaminamos siguiendo nuestros pasos hacia la pradera donde se sitúan los restos del monasterio.
La panorámica durante el descenso nos permite escudriñar la montaña y descubrir las múltiples sendas que conducen a cada risco que forman la Sierra del Toloño, cada uno con sus diferentes exigencias para ser ascendido.
Una vez en la pradera nos dirigimos hacia nuestra siguiente cima sin hacer caso a las múltiples sendas que parecen conducirnos hacia ella, avanzamos buscando la comodidad de ésta siguiendo un, cada vez más claro, camino señalizado por las marcas amarillas y blancas que nos trajeron hasta aquí, junto a unos postes de madera que indican otro de los recorridos que surcan estas montañas.
Casi al final de la pradera, cuando el camino que seguimos se bifurca en dos, que de seguirlos nos introducirían en el impresionante bosque de hayas, nuestro recorrido sigue por un instante el de la izquierda para al momento girar encaminándonos directamente hacia la montaña que nos disponemos a subir.
Por delante una corta ascensión siguiendo una enrevesada senda que serpentea salvando los arbustos que pueblan la ladera de la montaña. Un vez más nos veremos obligados a cruzar la alambrada que delimita la pradera, a la par que se nos unen las diferentes sendas que llegan hasta este lugar.
Ya solo nos queda recorrer la corta y empedrada distancia que nos separa de la cima de Peña las Doce (2h 10min), una cumbre que a cambio de una sencilla ascensión, al menos por esta vertiente, nos brinda unas panorámicas inmejorables de las que te invitan a estar un buen rato disfrutando de ellas.
Ya tan solo nos queda desandar lo andado siguiendo por la pradera el rumbo que más nos plazca para llegar hasta las ruinas del monasterio, dirigiéndonos después hacia la ermita del Humilladero y desde allí por el empinado recorrido hasta el Parque de la ermita de San Ginés (3h 10min), donde finaliza esta ruta.
Nuestro recorrido por la altiplanicie del Toloño afectará a la distancia de la ruta.
El tiempo que necesitaremos para realizar este recorrido viene marcado en parte por el duro ascenso que tenemos que afrontar y el tiempo que empleemos en él, si bien la relativa corta distancia del trazado nos permite, si disponemos del tiempo necesario, tomarnos con calma el ascenso para no sufrir más de lo necesario. Al contrario a lo que podría parecer el descenso para una persona inexperta puede llevarle más tiempo del esperado al tener que afrontar empinadas rampas de piedra suelta.
Son en estas dos estaciones donde el entorno nos ofrece una mayor espectacularidad, gracias a sus numerosas variaciones en el colorido que pintan los bosques o las viñas que rodean a esta montaña. El verano nos garantiza en parte el buen tiempo a cambio de endurecer un poco más el ya de por si exigente trazado. Los duros inviernos que esta montaña soporta cambian su carácter haciéndonos estar preparados para encontrarnos unas exigentes condiciones que sin duda aportan una especial belleza a la montaña a costa de aumentar su dificultad.
Adecuando siempre nuestro equipamiento a las condiciones meteorológicas y a la época del año en la que nos encontremos, el recorrido nos permite usar un calzado ligero como por ejemplo unas zapatillas de trekking. No tenemos que olvidar que estamos en una zona donde los cambios en las condiciones meteorológicas son muy rápidos pudiendo comenzar la jornada con buen tiempo y casi sin darnos cuenta encontrarnos en medio de una fuerte tormenta. La gran cantidad de recorridos que surcan la zona hace que, como no debiera ser de otra forma, nos llevamos un mapa del lugar y la brújula por si lo pudiéramos necesitar. Por lo demás la cámara de fotos, el agua y la comida junto a la habitual protección contra el sol deben de ser parte de nuestros compañeros de aventura. Consulta nuestra lista de material y equipamiento para hacer senderismo. Leer Más.
Física
Sin duda es el desnivel a salvar unido a la corta distancia en el que se supera lo que hace de éste un recorrido en principio exigente, aunque tomándonos con calma las duras rampas podemos ganar más que enfrascándonos en una pugna por avanzar con más rapidez. Sin duda debemos guardar fuerzas para el descenso que, por su desnivel, nos exigirá un mayor esfuerzo que el que pudiéramos esperar. El calor puede ser otro de los componentes que nos endurezca el recorrido, la zona soporta altas temperaturas en verano y el trazado discurre casi en su totalidad por la cara sur de la montaña expuesta todo el día al sol.
Severidad del medio
Un firme bastante descompuesto en algunas zonas o con mucha piedra suelta en las rampas de mayor inclinación nos exige estar atentos, sobre todo en el descenso, para evitar resbalones y caídas. En las zonas cimeras no debemos de olvidar que estamos rodeados de verticales cortados, aunque éstas tienen la suficiente anchura para que esto no sea un problema, siempre que no nos expongamos más de la cuenta. La trepada hasta la cima del Toloño por la vertiente sur es sencilla, con amplios agarres para pies que facilitan el ascenso hasta ella sin que nos exponga a un gran desnivel. Pasaremos por zonas en las que ha habido desprendimientos de la ladera de la montaña en las que la senda creada es amplia pero que requieren de una mayor atención para no resbalarnos al pasarlos. En caso de lluvia el terreno lo encontraremos tremendamente embarrado sumando una mayor dificultad y peligrosidad a un trazado que en condiciones normales no lo tiene.
Orientación
Sin una señalización clara es la marcada senda que debemos seguir la que no deja muchas dudas de que camino elegir. En el primer atajo las marcas nos mandan por el camino, mientras que en el segundo desvío, el que sí debemos seguir obligatoriamente, el poste que lo indica esta medio escondido en el cruce que nos encontramos nada más tomar la senda. Son muchos los senderos y caminos que atraviesan esta zona por lo que si nos salimos del recorrido podemos encontrarnos con unos cuantos kilómetros extras para regresar hasta el punto de partida. La niebla y las tormentas suelen ser unas habituales visitantes de esta montaña debido a su situación, pudiéndonos encontrar unas condiciones de visibilidad muy reducidas que nos dificulten mucho la orientación.
1-Parque de San Ginés | 0:00h | 641m | 0Km | 30T 517786 4717117 |
2-Ermita del Humilladero | 0:55h | 1062m | 2,5Km | 30T 518555 4718667 |
3-Ermita de Toloño | 1:15h | 1195m | 3,1Km | 30T 518963 4718815 |
4-Toloño | 1:30h | 1277m | 3,5Km | 30T 519352 4718964 |
5-Vértice geodésico | 1:35h | 1263m | 3,8Km | 30T 519530 4718776 |
6-Peña las Doce | 2:10h | 1255m | 5,1Km | 30T 518512 4719167 |
7-Ermita de Toloño | 2:20h | 1195m | 5,7Km | 30T 518963 4718815 |
8-Ermita del Humilladero | 2:30h | 1062m | 6,3Km | 30T 518555 4718667 |
9-Parque de San Ginés | 3:10h | 641m | 9Km | 30T 517786 4717117 |
Coordenadas UTM Datum WGS84
Desnivel: 1416m
Desnivel +: 708m
Desnivel -: 708m
Altitud máxima: 1277m
Altitud mínima: 641m
Este esquema de la ruta no está hecho a escala ni contiene toda la información relativa a la zona, es meramente orientativo.
Este esquema con el trayecto es aproximado y ha sido creado a partir de la base cartográfica derivada © Instituto Geográfico Nacional "Cuadrante 170-1 1:25.000"
Senditur ha manipulado los tracks para corregir los puntos aberrantes que pudieran existir, ocasionados por problemas con la recepción de la señal GPS. En cualquier caso los tracks son siempre aproximados. SENDITUR te anima al uso de las nuevas tecnologías a tu alcance, utilizándolas a modo de apoyo y consulta en tu actividad, no basando la realización y la orientación de la misma única y exclusivamente en ellas, ya que éstas pueden ver alterado su funcionamiento por muy diversas causas, no funcionando correctamente y llegando a no ser precisas sus indicaciones.
No hace mucho que estuve aquí subiendo del pueblo de Berganzo, aunque no es la primera vez ya que en 2011 también subí desde Berganzo haciendo otra ruta distinta. http://alavaentusbotas.blogspot.com.es/2011/08/triple-ascension-al-tolono-3-parte.html Aparte de la niebla en lo alto todo magnifico.
¿Sabías que…
Durante años y aun hoy en día ha habido mucha controversia con la verdadera ubicación de la cima del Toloño, incluso los típicos buzones que coronan cada montaña han estado señalando la cima del Toloño en diferentes cumbres de las que rodean la pradera del monasterio, como por ejemplo en Peña las Doce. Actualmente, en los mapas topográficos del IGN a la cima que se considera del Toloño se la nombra como Peña del Agujero y es al vértice geodésico al que se le atribuye ser la cumbre del Toloño.
No te pierdas…
El impresionante bosque de hayas que rodea al Toloño por su vertiente norte, podemos adentrarnos en él para conocerlo cuando nos dirijamos al pico Peña las Doce. Es en este lado de la pradera donde podremos seguir por unos metros un par de sendas que llegan hasta aquí desde la cara contraria de la montaña atravesando el frondoso bosque.
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Esta ruta ha sido realizada sobre el terreno por SENDITUR el 18-10-2021. La ruta puede variar mucho en función de la época del año, de las condiciones meteorológicas y del terreno, así como por las acciones de terceros y de la evolución sufrida por el medio natural donde se ubica. Todas las opiniones, consejos y/o valoraciones realizadas por SENDITUR en sus descripciones son a título orientativo y están sujetas y/o se refieren a las condiciones específicas del día concreto de la realización del recorrido, refiriéndose a ese día en concreto, tomando como referencia a personas entrenadas y con la debida experiencia, con un nivel alto de preparación tanto física como técnica, además de correctamente equipadas.
Todos los tiempos son aproximados y toman un carácter orientativo, no se han tenido en cuenta las paradas por pequeñas que sean. Toda la información relacionada con la ruta, textos, imágenes, vídeos, mapas, esquemas, tracks, poblaciones, y lugares de interés turístico están publicadas a título orientativo, pudiendo no coincidir con el estado actual de cada lugar. Antes de realizar cualquier actividad, valora tus conocimientos técnicos, tú forma física, infórmate sobre la meteorología y las variaciones que hubiera podido sufrir la ruta, equípate correctamente, sé prudente y responsable en todo momento, no sobrepasando tus capacidades. Igualmente, te animamos a documentarte con libros y guías especializadas para complementar la información descrita. SENDITUR no se responsabiliza de cualquier mal uso o uso inadecuado de las guías comprensivas de sus rutas y/o publicaciones así como del de sus guías electrónicas, ni de las variaciones por los motivos antes referidos que pudiera haber de sus descripciones y recomienda que cada uno sea responsable y prudente en la realización de la actividad.
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