Se encuentra al nordeste de la provincia de Burgos, al pie del Páramo de Masa y protegida por el macizo rocoso coronado por el castillo. Desde su ubicación son visibles la comarca de La Bureba, los Montes Obarenes hasta Pancorbo, la Sierra del Alto de las Cruces y la Sierra de la Demanda, sin lugar a dudas una villa burgalesa que atesora incontables atractivos, lugares que visitar y rincones que ver en Poza de la Sal. La historia de Poza de la Sal y su esplendor van de la mano con la de sus salinas, a las que además les debe el nombre. Los yacimientos de El Castellar, posible castro de la Edad del Hierro, y del Alto Milagro confirman que la zona estuvo habitada desde tiempos prehistóricos. De la época romana de antes de Cristo quedan vestigios en el Alto Milagro, son los de Salionca o Salionica, villa que se cree fue el origen de Poza de la Sal. Pero no fue sino hasta el siglo IX cuando se nombra a Poza como núcleo de población, ubicándole ya en el propio territorio salinero, en la ladera noreste de El Castellar.
Según documentos, entre los siglos X al XIII hubo un monasterio benedictino, de los Santos Justo y Pastor, que dependía del de San Pedro de Cardeña de Burgos, así como consta en los siglo X y XI una iglesia advocada a Santa Eufemia, otra a San Millán y una primera fortificación construida muy posiblemente cuando la zona fue repoblada por orden de Fernán González y Poza se convirtió en un pequeño alfoz. En el año 1135 se comienza la construcción del castillo actual y de la muralla, Poza de la Sal fue villa de realengo hasta que en 1298 fue donada por el rey Fernando IV a Juan Rodríguez Rojas, siendo así señorío hasta el siglo XVI cuando Carlos I creó el Marquesado de Poza. Siglos de esplendor vive la villa de Poza de la Sal y sus salinas hasta que éstas comienzan paulatinamente su abandono a finales del siglo XIX.
En la actualidad Poza de la Sal se deja visitar sin prisas, sin bullicio, mostrando ecos de un pasado que han dejado una huella indeleble tanto en su entorno como en su entramado urbanístico y en las costumbres y tradiciones que con orgullo perduran en sus gentes. Al abrigo del castillo de los Rojas, uno de los lugares que tenemos que ver en Poza de la Sal sí o sí, construido en el siglo XIV sobre el anterior castillo del siglo IX y protegido por las murallas medievales, con sus tres puertas, la del Conjuradero, que une la plaza Nueva con la Vieja, la del Ayuntamiento y la de las Eras, se encuentra el casco urbano de la villa que, con sus calles estrechas y empedradas, hace gala de casas de piedra blasonadas, en otras resaltan su entramado de madera y yeso; el ayuntamiento, construido muy probablemente en el siglo XVI; la iglesia de San Cosme y San Damián, de finales del siglo XIV y comienzos del XV de estilo gótico con portada barroca; la casa de Administración de las Reales Salinas, del siglo XVIII, hoy Centro de Interpretación Las Salinas.
En dirección a las Salinas de Poza de la Sal, de imprescindible visita, se encuentra un complejo conocido por Fuente Buena que aglutina manantiales que surten de agua dulce, lavaderos, abrevaderos y un centro de curtido de pieles, todo ello del siglo XVIII. Entre el castillo de los Rojas y el casco urbano de Poza de la Sal, una torre cuadrada y algún lienzo de muro es lo que queda de lo que fue el palacio de los Marqueses de Poza. El entorno tan singular en el que se ubica Poza de la Sal invita a recorrerlo y descubrirlo, aconsejablemente sin salirse de los senderos, a través de sus señalizadas rutas de senderismo.
Poza de la Sal festeja a sus patronos San Cosme y San Damián, del 26 al 29 de septiembre. La fiesta de San Blas, declarada de Interés Turístico Regional, se celebra el domingo siguiente al 3 de febrero. Los pozanos celebran dos procesiones en honor a la Virgen de Pedrajas, una el 29 de junio cuando se sube la Virgen de la iglesia parroquial al santuario, y otra el 8 de septiembre, cuando se vuelve a bajar a la iglesia parroquial. El 25 de abril es a San Marcos a quien se honra; a San Isidro, el 15 de mayo, y el 22 de julio, Santa María Magdalena, los salineros y salineras celebran su fiesta.
Poza de la Sal celebra, el 22 de noviembre, con gran entusiasmo a Santa Cecilia, patrona de la música y por ende de los músicos. La villa tiene Banda de Música Municipal desde el año 1891. Poza de la Sal está considerado el pueblo más pequeño de Europa con Banda de Música. Esta tan tradicional afición melómana se ve culminada con el ya instaurado Festival de Charangas a nivel Nacional que desde el año 2013, el primer fin de semana de mayo, se celebra en la villa con gran éxito.
Félix Rodríguez de la Fuente, uno de los pozanos más célebres, y que como no puede ser de otro modo, Poza de la Sal homenajea y da a conocer su trabajo y afición, tuvo en esta naturaleza tan dispar que rodea a la villa, en la que entre sus riscos tienen su hábitat un gran número de aves rapaces, la verdadera escuela donde nació su amor e interés por los animales y le convirtió en uno de los mejores naturalistas del mundo.
Las hijas del boticario / se crían entre cristales / y yo como salinera / entre chozas y canales. "Coplas Pozanas"
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A Poza de la Sal se llega por la CL-663 que la conecta con la N-232, en Cornudilla, y a través de ésta con Pancorbo y Oña. Hasta la localidad también llega la carretera BU-502 que la une con las localidades vecinas además de con Briviesca.
Poza de la Sal cuenta con servicio de autobuses de línea regular, que con parada en el cruce de la entrada de la localidad, la unen con Burgos, Briviesca y Bilbao.
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