Según historiadores el conjunto fortificado mejor conservado de Álava
Se ubica en la Cuadrilla de Añana, concretamente en Villanañe de Valdegovía, pequeña localidad de la provincia de Álava. La historia de la torre esta intrisicamente unida a la de sus moradores. El ancestral linaje que la ha habitado desde el inicio de su larga historia parece remontarse al siglo VII cuando un jefe visigodo llamado Ruy Pérez mandó la construcción de una torre en tan estratégico lugar. Siglos más tarde, en el XII, el valor y la destreza con las armas de una de sus descendientes, doña María Ruiz Pérez, quien hizo prisionero a Alfonso I el Batallador, de Aragón, en lucha contra Alfonso VI rey de León y Castilla, dio lugar al comienzo del linaje de los Varona.
Como reconocimiento a su valentía, que era propia de un varón, el rey decidió que a partir de entonces su apellido pasara a ser Varona y que Ruy se cambiara por Rodrigo, nombre que se convirtió en el apelativo de los primogénitos de la familia. Es notable que la torre haya sido habitada ininterrumpidamente por sus descendientes directos. El origen de esta actual torre, construida sobre otra anterior, se remonta a finales del siglo XIV y un siglo más tarde, en el XV, le fue añadido el palacio en estilo gótico renacentista.
La arquitectura militar del siglo XIV queda espectacularmente expuesta en este llamativo conjunto fortificado de la Torre-Palacio de los Varona. Rodeando el conjunto, una muralla con sus almenas y saeteras comparte su labor de protección y defensa con un foso lleno de agua que se salva por dos pontones para dar acceso al recinto. La torre, de planta cuadrada y de cuatro pisos, muestra su papel de verdadera fortificación; está rematada con almenas y en lo alto de su fachada se pueden ver matacanes defensivos, garitones para la vigilancia y algún hueco de iluminación. El interior del palacio guarda con mimo, y rodeado de un tradicional ambiente, buenos ejemplos del mobiliario de la familia Varona. También llama la atención una gran balanza con varios siglos de historia. En una sala, a través de paneles informativos y audiovisuales se pueden conocer los castillos y fortalezas de Álava, y en una maqueta se hacen visibles las fases de construcción de la torre de los Varona.
Una de las muchas joyas que guarda el palacio es la colección de papeles pintados que recubren las paredes de varias de las estancias y que, perfectamente conservados, impresionan por su colorido. Estos papeles, de fabricación francesa y fechados entre los siglos XVII y XVIII, fueron encargados para sustituir a los tapices que cubrían por aquel entonces las paredes del palacio. Decorando y completando este histórico lugar se extiende una zona de jardines construida en el siglo XIX y en el centro una fuente con el escudo y la efigie de "La Varona". Al lado de la Torre-Palacio de los Varona se encuentra la iglesia de la Asunción, del siglo XVI y en la actualidad cerrada al culto, cuya torre campanario no tiene campanas.
Según cuenta la tradición en esta torre-palacio descansó Don Pelayo, después de la Batalla de Guadalete en el 711, y que aquí gestó y preparó la Reconquista.
El suelo del atrio de la entrada del palacio luce un rosetón, de cantos rodados con hojas ovaladas y rectas, cuya circunferencia tiene el mismo diámetro que la campana mayor de la catedral de Toledo y el grosor del círculo exterior es también el mismo que el de la citada campana. Esta coincidencia y el hecho de no conocer su motivo han dado lugar a numerosas historias al respecto.
Cuenta la leyenda que otrora los habitantes del poblado situado al lado de la Torre-Palacio de los Varona tenían que pagar tributo a sus señores. Esta obligación la saldaban desde mayo hasta finales de julio y con una forma de pago muy peculiar, pues consistía en que durante ese tiempo se turnaban por las noches y con sendos palos de cinco varas de largo tenían que recorrer el foso golpeando el agua y recitando “Para que las ranas no despierten al señor”. Éste parece ser el motivo por el que a los naturales de Villanañe les llamen en su valle cariñosamente “calla ranas”.
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Es en la carretera que une Miranda de Ebro y Orduña donde encontraremos el desvío que conduce hasta la localidad de Villanañe, esta villa se encuentra en la carretera que bordea el Parque Natural de Valderejo. Villanañe cuenta también con parada del servicio de autobús que diariamente cubre el trayecto Vitoria - Gasteiz, Espejo, Bóveda, conectándola así también con las diferentes localidades de la ruta.
Una vez llegados a Villanañe, una desviación nos lleva hasta la Torre-Palacio de los Varona donde en un parking gratuito podremos estacionar nuestro vehículo. El camino está debidamente señalizado y se puede apreciar desde la carretera, así que no tiene pérdida.
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