Está situado en la boca del angosto desfiladero, tallado por el río Oroncillo, al que da nombre. Pancorbo, uno de los pocos pasos naturales entre la Bureba y la llanada de Miranda de Ebro, entre el País Vasco y la meseta castellana, ha sido, durante siglos, y sigue siendo una verdadera encrucijada de caminos. Si queremos conocer los orígenes de Pancorbo nos tendremos que remontar a la Prehistoria, pues se han documentado asentamientos, en la zona, de un amplio período comprendido entre el Calcolítico y la Edad de Hierro. De la época romana se sabe que por aquí transcurría la Vía Aquitana que unía Astorga con Burdeos. Además, en los muros de la ermita de Barrio se pueden ver todavía lapidas funerarias de la época romana. Esta nutrida historia ha traído hasta nuestros tiempos un buen número de lugares que visitar en Pancorbo.
Ya en la Edad Media Pancorbo se convirtió en un hito importante en la historia de Castilla. A la villa y su castillo se la disputaban castellanos y navarros y tras la muerte del rey García Sánchez, Pancorbo pasó a formar parte del reino de Pamplona convirtiéndose en uno de sus principales centros políticos y militares. De hecho, a mediados del siglo XI el rey Sancho IV de Pamplona se titulaba en algunos documentos como rey “en Pamplona, en Nájera y en Pancorbo”. Bajo el reinado de Alfonso VI pasó definitivamente a formar parte de Castilla. El rey Alfonso VII la concedió fueros y se convirtió en villa realenga. La Edad Moderna fue para Pancorbo de decadencia y despoblación, ocasionada cuando en el siglo XIV Enrique II nombró a Briviesca capital de la Bureba y luego Pancorbo fue donada a la ciudad de Burgos. Al entrar los franceses en España, a finales del siglo XVIII, el gobierno de entonces decidió construir una fortaleza en Pancorbo, el fuerte de Santa Engracia convirtiéndose en un punto bélico estratégico, pasando de manos españolas a francesas y viceversa hasta que en 1823 volvieron los franceses con el duque de Angulema y sus 100.000 hijos de San Luis y arrasaron la fortaleza de Pancorbo. La villa también fue escenario de las Guerras Carlista y Civil. En la actualidad Pancorbo sigue siendo un importante nudo de comunicaciones del norte de España.
La villa conserva en sus calles y edificios un marcado carácter medieval facilitando al visitante, con ello, sumergirse mejor en su historia y su cultura. Contestar a la pregunta de ¿Qué visitar en Pancorbo? es fácil, pues al recorrer sus estrechas calles no son pocos los edificios y rincones que nos sorprenderán. Un buen punto de partida puede ser la oficina de turismo y centro de interpretación de la historia de Pancorbo, del caballo losino y del fuerte de Santa Engracia que está ubicado en el Torreón de la Cárcel. La iglesia de Santiago, gótica del siglo XVI y que comparte la función de culto con un museo en el que se exhiben obras de diferentes artistas de la zona. El castillo de Santa Marta, La Sala como le conocen los lugareños, cuyas ruinas junto con las de la fortaleza de Santa Engracia, también conocida por “las cuevas de los moros” vigilan desde los roquedos el devenir de la villa. Las murallas y puerta de Santa Marta, las casas blasonadas de las calles Real con sus soportales, la de Santiago o la de San Nicolás. El edificio del Ayuntamiento, del siglo XVIII, que luce un escudo de los Austria, del siglo XVIII también es la actual iglesia parroquial de San Nicolás y la curiosa Fuente Mayor o de Los Carneros.
La naturaleza siempre ha formado parte de la historia de la villa de Pancorbo y de la cultura y vivencias de sus gentes, y a día de hoy mantiene intacto su protagonismo ofreciéndonos un entorno maravilloso en el que poder disfrutar de parajes impresionantes, ya que no deja de ser una de las puertas de entrada al Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil. Si buscamos que hacer en Pancorbo nos encontramos con rutas de senderismo como el Sendero de Pancorbo PRC BU89, que nos lleva a visitar el mirador Peña el Mazo y la fortaleza de Santa Engracia o el GR 291 Agua y Roca, que une los Montes Obarenes con el río Ebro o, lo que es lo mismo, Pancorbo, con Miranda de Ebro. También podemos descubrir en plena Via Bayona o Camino de Santiago, cuyo trazado atraviesa el desfiladero, la ermita románica del Santo Cristo del Barrio. Éstas son algunas de las opciones que los senderistas no dejaran pasar mientras que desde el aire son observados por la gran cantidad de aves que sobrevuelan y anidan en estos roquedos. Pero también el entorno de Pancorbo y sus farallones y verticales paredes rocosas hacen las delicias de los escaladores que llegan a la Escuela de Escalada de Pancorbo. Hay que tener en cuenta que en época de anidamiento de aves, del 15 de febrero al 30 de julio no está permitido realizar este deporte por encima de una linea de puntos rojos puestos en la pared a partir de una altura, que es donde los buitres colocan sus nidos. Un buen paseo a la grupa de un caballo losino criado en semi libertad en la sierra de Pancorbo puede completar la actividad de un grato día en esta bonita villa.
Pancorbo celebra la fiesta del Cristo de Barrio en torno al 11 de julio. La celebración por Acción de Gracias suele ser a finales de agosto. En octubre tiene lugar la Feria del Caballo de Pancorbo, caballo losino, en el transcurso de la cual se hace entrega del trofeo Caballo de Hierro a los campeones de los concursos morfológicos, se realiza una subasta pública de jóvenes ejemplares losinos, de 3 y 4 años, no faltando el poder disfrutar con exhibiciones de saltos, enganches, paseos para niños en calesa o equitación infantil.
En una crónica del alto medievo se hace referencia a un ataque, de los moros contra el castillo, cristiano, de Pancorbo (Ponte Curbum) en el cual después de una lucha de tres días ganaron los cristianos. Todo parece indicar que próximo al castillo habia un puente con un raro trazado curvo y que acabó dando nombre a la población. "In extremis Castellae venis ad castrum cui Pontecorbum nomen est, ..." En las partes remotas de Castilla se llega al castillo que se llama Pontecorbo. El nombre de la villa aparece en un documento del año 957 procedente del monasterio riojano de San Millán de la Cogolla. Como dato curioso decir que no fue hasta el año 2004 cuando en un pleno del Ayuntamiento se acordó que el nombre del municipio fuera Pancorbo con B, ya que hasta entonces se empleaba a discreción tanto la B como la V.
En la villa de Pancorbo creció un importante poblamiento judío llamado Villanueva de los Judíos, que según documentos fue muy cercano en importancia al de Briviesca. Y es en este entorno donde surge la leyenda, que bien podría ser uno de los cuentos que antaño se les contaba a los niños traviesos, la leyenda de la Escuela de bufones. No era una escuela al uso, no habia otra igual. A esta escuela llegaban los niños que habían sido secuestrados por el “rocachicos”, el “hombre del saco” o el “sacamantecas”. En ella eran preparados física y mentalmente para convertirse en los bufones que, en los palacios de reyes, nobles y poderosos señores, se encargarían de amenizar y divertir tanto con su deforme cuerpo como con su rápida, ágil y soez mente y lenguaje, las comilonas y reuniones palaciegas. Para ello y nada más llegar a la escuela los niños eran metidos desnudos en unas pequeñas tinajas durante largo tiempo para que su cuerpo, al crecer, fuera deformándose. Jorobas, deformidades en las extremidades, en la cabeza...era el mejor perfil para un buen aspirante a bufón. Luego venia la segunda parte del aprendizaje que para estos niños consistía en ser hábiles y rápidos tanto en sus juegos de manos como en sus repertorios poéticos, cancioneros, bromas y diálogos, todos ellos cargados de expresiones malsonantes, insultos y un lenguaje soez. Luego aprovechando las ferias del lugar eran expuesto y vendidos dentro de las propias tinajas. Tanto llego a hablarse de esta increíble escuela que hasta Víctor Hugo en su obra L´homme qui rit” habla de Pancorbo como centro de reunión de los “robaniños” para convertirlos en bufones o para pedir la caridad.
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La localidad de Pancorbo la encontramos en pleno trazado de la carretera N-1, conocida coloquialmente como carretera de Irún, en el tramo comprendido entre Miranda de Ebro y Briviesca. Por Pancorbo también pasan la carretera N-232, Logroño-Santander, y la autopista AP-1.
Hay servicio de autobuses que de lunes a viernes, días laborables, y en diferentes horarios enlazan Pancorbo con Miranda de Ebro y Burgos. El teléfono de información de este servicio es el 947 472 830
Pancorbo cuenta con estación de tren en la que paran los que cubren la linea Madrid-Irún. Así mismo tiene servicio de trenes, regional y de media distancia, que de lunes a sábado en diferentes horarios la conectan con Miranda de Ebro, Briviesca y Burgos. Para ampliar información el número de teléfono de R.E.N.F.E. es el 912 320 320
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