Se encuentra entre las comarcas de La Bureba y Las Merindades, en el noreste de la provincia de Burgos de la que forma parte, y regada por el río Oca se sumerge en el Parque Natural de los Montes Obarenes-San Zadornil, sumando interesantes rutas de senderismo a los diferentes lugares que tenemos que ver en Oña. En los alrededores de Oña se han hallado cuevas en las que el arte paleolítico ha dejado su huella, como en la cueva de El Caballón, la de Los Moros, La Blanca... Baluarte defensivo de los cristianos contra la invasión islámica en el siglo VIII no es sino hasta el siglo X cuando Fernán González le concede sus primeros privilegios. La verdadera importancia de Oña en la historia de Castilla viene dada a partir del año 1011 en el que el conde castellano don Sancho García funda el Monasterio del Salvador y pone a su hija Trigidia como abadesa de los monjes y monjas que lo habitaron en su origen hasta que en el año 1033 se instaura en él la regla benedictina.
La historia de la villa de Oña ha estado ligada desde ese momento a la abadía benedictina, convirtiéndose en señorío de sus abades. Fue tal la relevancia económica y política que alcanzó, que las disputas y rivalidades con el obispado de Burgos no tardaron en llegar. Elegido por soberanos y reyes como Cámara y Corte que además conferían a Oña fueros y exenciones, contribuyó a un desarrollo económico importante de la villa que sin duda atrajo a una numerosa comunidad judía. Hasta Oña llegaron Carlos I y Felipe II, hospedándose en el monasterio que se habría convertido en el más poderoso de Castilla. Con la caída del Antiguo Régimen, en el siglo XIX, la villa se constituye como ayuntamiento constitucional con el nombre de Oña y sus Granjas pertenecientes al partido Briviesca en la región de Castilla la Vieja. En la actualidad Oña es una localidad que vive el presente pero haciendo gala de su glorioso pasado medieval.
Oña, de calles empinadas y estrechas, con un marcado aire medieval, guarda de sus murallas tan solo una de las puertas, el llamado Arco de la Estrella, situada en un costado de la iglesia de San Juan, en la plaza del Ayuntamiento. Está iglesia, que era la parroquia de la villa, fue construida entre los siglos XII al XVI y junto a ella la románica torre de San Juan aloja el Museo de la Resina. Visita ineludible en Oña es el Monasterio del Salvador, del siglo XI, con su iglesia monacal, hoy parroquia, de San Salvador, verdadero museo de la historia del arte, sus escalinatas, su pórtico, su claustro gótico. En un entorno de un gran valor medioambiental, paisajístico y natural como es el Parque Natural de los Montes Obarenes-San Zadornil, en el que se enclava Oña, no puede faltar una atrayente red de senderos en el que el caminante pueda descubrir y disfrutar de la naturaleza, y para ello la Casa del Parque, que se encuentra en la antigua vaquería del Monasterio de San Salvador, en las antiguas huertas y jardines del monasterio, ofrece la información necesaria para recorrerlos. También desde la Casa del Parque sale una senda, un agradable y corto paseo que recorriendo canales y fuentes del siglo XVI acerca hasta un mirador llamado de Vista Alegre o a la ermita de Santo Toribio.
Cuatro patronos, cuatro festividades, aunque las dos fiestas oficiales de la villa son por San Vítores el 26 de agosto y por Santa Paulina el 21 de octubre, Oña festeja también a San Iñigo el día 1 de junio y a San Juan le homenajea el 24 de junio.
En el Monasterio de San Salvador, hacia mediados del siglo XVI, el monje benedictino Fray Pedro Ponce de León inventó el método de lenguaje dactilológico, el mundialmente utilizado lenguaje de signos.
El Cronicón de Oña, que es una representación teatral de la historia medieval de la villa llevada a cabo por los onienses, y que sin duda es algo que tenemos que ver en Oña, se ha convertido en una cita importante dentro de la agenda cultural del lugar. Cada mes de agosto, durante cinco días, siempre en torno al fin de semana que va unido al 15 de agosto, la iglesia abacial de San Salvador se convierte en el mejor escenario posible para la ocasión.
Se cree que del nombre Vurovio, dios antiguo de la época de los Autrigones, que está representado en las tres aras del siglo III después de Cristo que se conservan en la iglesia de San Salvador, derivó el origen del topónimo de La Bureba.
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Hasta Oña llegamos siguiendo la N-232, carretera nacional que atraviesa la localidad y que la comunica con Burgos, Logroño, Santander, Vitoria y Miranda de Ebro. También llegan a Oña carreteras locales que la comunican con los pueblos vecinos.
Oña cuenta con servicio de autobuses de diferentes compañías que diariamente la conectan con Burgos y Bilbao.
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