Zariquiegui-Zarikiegi (Navarra) (0)

¿Sabías que... Zariquiegui - Zarikiegi

Paso obligado del Camino Francés, se sitúa en una zona alta desde la que se domina el valle y las aldeas del entorno, especialmente el palacio de Guenduláin, que tuvo que ser todo un referente de implantación señorial en la comarca. La Corona era titular del monasterio de su nombre en 1.280. Los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén y el Monasterio de Irache poseyeron heredades en su término desde el siglo XII. Pedro, abad de Irache, concedió en 1.227 a Sancho, abad de Zariquiegui-Zarikiegi, y a sus hijos, la heredad que ya poseía, para que la disfrutara como collazo del monasterio y dispusiera el impuesto a pagar.

Para descubrir ¿Qué ver en Zariquiegui - Zarikiegi?

Al comienzo del pueblo está la parroquia de San Andrés, enclavada en pleno camino de Santiago, ofrece un estilo románico tardío, con la portada muy sencilla. A continuación una callecita corta pero bien estructurada, nos evidencia del paso de la ruta jacobea.

Fiestas

Sus fiestas se celebran el penúltimo fin de semana de junio, también celebra fiesta local el 3 de octubre.

Curiosidades

En el Alto del Perdón hubo antiguamente un hospital de romeros y, hasta hace poco, una ermita dedicada a la Virgen del Perdón. La leyenda que remata el monumento no puede ser más explícita: “Donde se cruza el Camino del viento con el de las estrellas”.

Leyenda

Poco antes de alcanzar la cumbre, en las faldas del monte, hay una pila de agua clara conocida antaño como fuente de la Reniega, hoy está marcada con el nombre de Gambellacos. Según cuenta una vieja leyenda, aquí se apareció el diablo en forma de apuesto joven a un sediento peregrino que subía el puerto en pleno verano. El demonio le ofreció la posibilidad de refrescarse y de beber si renegaba de Dios, pero el caminante rechazó la oferta, entonces le volvió a tentar, diciéndole que bastaría con renunciar a la Virgen María para recibir el preciado líquido, a lo cual el hombre se volvió a negar, Satanás insistió diciéndole que renegara entonces del apóstol Santiago para conseguir el agua, pero el peregrino en contestación se puso a rezar y el diablo desapareció entre una nube de azufre, en su lugar apareció Santiago vestido de peregrino y le llevo a la escondida fuente, dándole de beber con su vieira la cristalina agua.