Llamada también Torres de Sansol, está situada en un alto junto a la colina de Sansol, en un paraje pintoresco con un entorno de campos presididos por la Sierra de Codés. Aunque toda la zona fue intensamente romanizada, pocos vestigios quedan de ello. La villa, según las crónicas, ya existía antes de la invasión musulmana y fue reconquistada después de Monjardín. Siendo ya cristiana, se tiene conocimiento de que tuvo un monasterio que en 1109 fue donado al de Irache. El Papa Alejandro III, en 1172, toma bajo su protección al monasterio de Irache y a su abad Viviano, confirmándoles todas sus ventajas y posesiones, entre las que se menciona expresamente la de Torres "Turres" con todas sus pertenencias.
Al ser una de las cinco villas de Los Arcos, Torres del Río, debido a las disputas entre Enrique IV de Castilla y Juan II de Aragón, quedó anexionada a Castilla desde 1463 hasta 1753, año en el que el rey Fernando VI las devuelve a Navarra, aunque siguió rigiéndose por los fueros navarros y económicamente siguió inmersa en Navarra. Está historiado que, gente de la villa junto con otros guerrilleros de las localidades vecinas y comandados por el general Mina se enfrentaron a tropas francesas durante la Guerra de La Independencia.
Torres del Río es una villa con encanto, de trazado irregular debido a las laderas de la colina donde se sitúa, y estrechas y pendientes calles en las que encontramos caserones con escudos y blasones de los siglos XVII y XVIII, protegidos desde lo alto del pueblo por la iglesia parroquial llamada de San Andrés, en honor a su santo patrón, que es una obra de sillería gótico-renacentista, construida a principios del siglo XVII sobre otra iglesia anterior.
En la parte baja del pueblo, al abrigo de sus casas, se encuentra la iglesia del Santo Sepulcro, joya arquitectónica del románico del siglo XII, que por su planta octogonal recuerda a la basílica de Jerusalén. Posee una singular bóveda estrellada de origen califal. La única imagen que hay en su interior y que sirve de broche a tanta belleza, es una talla románica del Crucificado, con corona real y cuatro clavos.
Las fiestas patronales en honor de la Vera Cruz se celebran el segundo fin de semana de septiembre. El 30 de noviembre honran a su Patrón San Andrés.
En la iglesia del Santo Sepulcro se encuentra la torrecita o linterna, idéntica de formas que la iglesia, pero en pequeño y de forma simplificada. En cada uno de los lados de esta torre correspondientes a los puntos cardinales se abre un ventanal. Su función parece ser que era servir de guía a los peregrinos, pues se mantenía un fuego encendido en su interior para que se viera en la distancia. Por otro lado y debido a la planta centralizada y octogonal de la iglesia, ésta, es considerada como Monumento Funerario y su torre con su llama tendría un valor simbólico de fuego purificador de almas con miras a la Resurrección como las llamadas "linternas de los muertos" que abundaron en los cementerios europeos medievales.
La iglesia del Santo Sepulcro se atribuye su construcción y uso a los Templarios, pero no hay datos para probarlo, otros le dan su origen a la Orden del Santo Sepulcro, pero lo que sí es seguro es que representa una experiencia espacial casi única en el románico navarro.
Cuenta la leyenda que un peregrino hambriento y cansado, antes de entrar en Torres del Río se topó con un desconocido, que por su atuendo parecía ser rico y que le ofreció la posibilidad de ser tan rico como él a cambió de que en el momento de su muerte le diera su cuerpo y alma, a lo que el peregrino le contestó "El cuerpo pertenece al alma, y ésta a Dios, así que no puedo entregar lo que no es mío”. Entonces, el desconocido que no era otro sino el diablo, se abalanzó contra él, pero este romero, dando un salto, proyecto su sombra sobre el atacante el cual enzarzándose en una pelea con ella desapareció llevándosela, con lo que el peregrino perdió su sombra pero salvo su alma.
Hasta Torres del Río llegamos por la NA-1110, de lo que antes era la nacional entre Viana y Los Arcos, también llegan hasta él la NA-6310 que lo une a la Autovía del Camino A-12, o bien por la NA-7200 desde la cercana Espronceda.
Torres del Río tiene parada del servicio de autobús que cubre la línea Logroño-Pamplona/Iruña.
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