Gares en Euskera, está situada en la Navarra Media, al sur de la Sierra del Perdón, en el Valle de Valdizarbe y regada por el río Arga que aquí aumenta su caudal con las aguas del río Robo. Parece ser que Puente la Reina-Gares surge a partir de un primitivo poblado vascón llamado Gares. Su origen y evolución ha sido marcado por el viejo puente sobre el río Arga. En el siglo XI, se fue desarrollando un núcleo de población en torno a la ruta jacobea, lo que la convirtió en un perfecto ejemplo de “pueblo del Camino”. Poco tiempo después, en 1.122, Alfonso I el Batallador concedió el fuero de Estella a los pobladores de “Ponte de Arga, que también se llama de la Reina”. Su estructura urbanística es todo un ejemplo de "pueblo-calle", una villa construida en función de su calle principal y no alrededor de un castillo protector. Toda su historia está ligada al Camino de Santiago. Su propio nombre queda justificado porque la reina Doña Mayor, mujer de Sancho el Mayor, mandó construir el puente en el siglo XII precisamente para facilitar el paso de los peregrinos.
Puente la Reina-Gares contó con dos hospitales, el más antiguo, que inicialmente fue de los Templarios y con posterioridad perteneció a los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, se remonta a los siglos X y XI. En 1.448, bajo el reinado de Juan II, Juan de Beaumont, Gran Prior de la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, mandó construir otro hospital en el mismo lugar donde estaba el anterior construido por los Templarios. También existió el hospital llamado del Crucifijo, que tuvo gran importancia durante los siglos XV y XVI. Así mismo merece mencionarse el hospital de la Villa, citado ya desde el año 1.556. Al cuidado de los enfermos se hallaba una mujer hospitalera. En el año 1.857 el hospital se trasladó a otro lugar y el edificio viejo fue destinado, por Orden de la Junta de Beneficencia Municipal, a hospicio para transeúntes pobres. Más tarde se hicieron cargo del mismo las Hijas de Santa Ana.
Puente la Reina-Gares se libró de la destrucción de muchas fortificaciones y murallas tras la conquista por los castellanos en 1.512. Todavía hoy día se pueden contemplar los restos de las antiguas murallas en el actual Paseo de los Fueros y en el Cerco viejo. El siglo XIX también dejó sus huellas en Gares ya que fue el escenario de intensas batallas durante las Guerras Carlistas.
Puente la Reina-Gares es un ejemplo claro de villa medieval fortificada, de planta rectangular, con calles rectas y edificios de calidad, su casco histórico ha sido declarado Bien de Interés Cultural. La unión de los dos caminos jacobeos más transitados es anunciada por el monumento al Peregrino desde el cual, pasando bajo el arco de la iglesia del Crucifijo, románica tardía del siglo XII, nos lleva a recorrer la calle Mayor hasta el bello puente románico de siete ojos. Pueden verse entre las casas varios torreones de sus murallas al sur de la villa. Siguiendo el recorrido por la calle Mayor veremos la iglesia parroquial de Santiago, de finales del siglo XII, de grandes proporciones y rehabilitada en el siglo XVI. El convento de los Trinitarios del siglo XIII, ampliado en el XVI y reformado en el XVIII, que está enfrente de la iglesia de Santiago, hoy es de propiedad particular.
Podemos contemplar casas con portadas medievales y renacentistas y fachadas barrocas, que hacen de la Calle Mayor un marco incomparable. La Plaza Julián Mena y la Casa de los Cubiertos, del siglo XVII, la plaza mayor, la Casa del Vínculo, junto al puente románico, verdadero icono éste, de Puente la Reina-Gares, de siete ojos, uno de ellos al comienzo del puente, está enterrado. La iglesia de San Pedro, del siglo XV es otra de las parroquias de Gares. Abandonamos la villa pasando por el convento de las Comendadoras del Sancti Spiritus del siglo XIII. Esta zona, que está separada del pueblo por el río Arga, se conoce como Zubiurrutia y en ella existió un antiguo asentamiento medieval.
Las fiestas patronales, son del 24 al 30 de julio, con motivo de la festividad de Santiago. En torno al día de San Isidro, los jóvenes con la colaboración del Ayuntamiento, organizan un fin de semana festivo.
El día de Santiago es tradicional el saludo de banderas de la localidad y de las cofradías. Otra peculiar tradición es la de que el día de la Virgen de la Soterraña, patrona de la localidad, la gente del pueblo se congrega en el edificio del ayuntamiento para pedir al Consistorio que en el programa de fiestas, haya vacas. El último fin de semana de septiembre, se celebran las tradicionales ferias, hoy día convertidas en una feria de artesanía. Se trata de un fin de semana en el que se celebra el ya tradicional concurso de fritadas, el día grande es el domingo, la Calle Mayor se llena de puestos de artesanía. Además, a eso de las 14:00 horas, se celebra una Carrera Mundial de Layas, en la que los participantes intentan llegar a la meta en primer lugar subidos sobre “layas”, que es una herramienta con la que hace tiempo se trabajaba el campo.
Los carnavales de esta villa se celebraban del domingo al martes antes de la cuaresma. El domingo por la tarde se disfrazaban los jóvenes y algunos casados, quienes se divertían improvisando bromas. También se jugaba "al higuico". Para ello cogían en la mano el cabo de una varita de cuyo lado opuesto pendía un hilo con un higo atado en su extremo. Golpeando la varita con un palo pequeño que llevaban en la otra mano, ponían en continuo movimiento al higo, y era un niño quien debía coger con la boca el fruto. Los "mascaritas" salían de sus domicilios, procurando abandonarlo de la manera más inadvertida posible y la calle se llenaba de estos personajes carnavalescos.
Cuenta la leyenda que en el puente de los peregrinos, aquel que fue mandado edificar por la reina doña Mayor, en un lugar de difícil acceso, había una imagen de la Virgen. En las fechas en que se celebraba algo importante, para la propia ciudad o para el resto de Navarra, llegaba un pajarillo que limpiaba la imagen. Se dice, que allá por el año 1.834, durante la primera guerra carlista, estaba el Conde de Viamanuel, general del ejército isabelino, paseando por las calles de la villa y al aproximarse al puente románico vio a unos lugareños, que con gran algarabía, miraban absortos a la imagen de la Virgen del Puy, al acercarse vio que la admiración que mostraban era porque un pajarico limpiaba con el agua que recogía en su pico, la cara de la Virgen y con sus alas le quitaba con sumo cuidado las telarañas. El conde comenzó a burlarse del pájaro y de la admiración de las gentes y estos ofendidos le abuchearon, entonces el conde, lleno de ira, hizo tronar sus cañones simulando un ataque por parte del general Zumalacárregui. Al llegar la noche dio por terminada la farsa pero a pesar de todo no consiguió eliminar la devoción popular y cuando dos semanas más tarde fue derrotado y fusilado por las tropas tradicionalistas los puentesinos convinieron que se trataba de un justo castigo del cielo por mofarse del querido “Txori”.
Hasta Puente la Reina-Gares llegamos por la A-12, autovía del Camino entre Pamplona/Iruña y Logroño. También podemos llegar por la NA-601 que la comunica con la AP-15 y la N-121 entre Pamplona/Iruña y Tafalla, además de unirla con las localidades cercanas como Obanos y Mendigorría.
Hay servicio de autobús de línea regular que cubre el trayecto Logroño-Pamplona.
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