Se sitúa a la sombra de la sierra de los Montes de Oca al inicio de la Pedraja, acunada entre la ladera y el río Oca que la atraviesa. La historia de Villafranca Montes de Oca, íntimamente ligada a la ruta jacobea, se remonta a época romana, pues es la sucesora de la ciudad romana de Auca Autrigona. Con la incursión musulmana esta zona quedó arrasada y hasta la Alta Edad Media no vuelve a aparecer citada como tal. En la etapa visigoda fue sede episcopal y el siglo X la conoció como centro de verdadera influencia político-religiosa, hasta que en 1075 el rey Alfonso VI mandó trasladar la sede episcopal a Burgos y esto, unido a las luchas del rey aragonés Alfonso I el Batallador contra su esposa la reina leonesa doña Urraca, acabaron con su hegemonía decisoria.
En el año 1179, según documento, el rey Alfonso VIII dio a la población fuero legal con los correspondientes derechos y exenciones que a ello acompañaban. En el siglo XIV la reina Doña Juana Manuel, esposa del rey Enrique II, mandó construir un hospital de peregrinos para el servicio de los pobres y de las personas que por aquí pasaban. Villafranca Montes de Oca tuvo jurisdicción de realengo con alcalde ordinario, ejerciendo sobre doce lugares. A lo largo del siglo XIX se constituyó como ayuntamiento constitucional con el mismo nombre en el partido de Belorado, región de Castilla la Vieja.
Entre las casas de Villafranca Montes de Oca, algunas de ellas de adobe y fieles a la forma de construir castellana, se encuentran dos de sus principales monumentos. La iglesia parroquial de Santiago Apóstol, del siglo XVIII, destacando en su exterior la robusta torre y su portada neoclásica. En el interior del templo y actuando como pila de agua bendita la concha de una vieira gigante, dicen traída desde Filipinas, presume, no sin motivo, de ser la más grande que hay en las iglesias del Camino. Y el hospital de peregrinos de San Antonio Abad, del siglo XIV con una portada de los siglos XV y XVI y que luce un escudo de la época de los Reyes Católicos y un patio interior con restos del XV. El Hospital de la Reina, como se le conoce, pues fue fundado por la reina Juana Manuel y ricamente dotado por ella para su subsistencia, fue junto con el Hospital del Rey en Burgos, el centro en el que la corona atendía a los peregrinos y pobres de la provincia.
En las afueras del núcleo de Villafranca Montes de Oca, al nordeste de la misma, se pueden ver las ruinas del monasterio de San Felices de Oca y al sur del caserío se encuentra la acogedora ermita de Nuestra Señora de Oca, de origen prerrománico y a su vera una fuente con forma de trébol donde la tradición ubica el martirio de San Indalecio. Ambas dos ermitas están ligadas a la historia y tradición de Villafranca Montes de Oca. En sus alrededores, montes, bosques y desfiladeros invitan a pasear. Acercarse hasta los pies del pico San Millán en la Sierra de la Demanda, o una agradable caminata por el desfiladero del río Oca, aguas arriba de la ermita, y recorrer el bonito valle donde se encuentra el despoblado de Alba, son algunas de las atractivas opciones que Villafranca Montes de Oca y su entorno ofrecen.
Villafranca Montes de Oca celebra fiestas el 17 de enero en honor a San Antón o San Antonio Abad; el 10 de junio festeja San Bernabé; en agosto a mediados las fiestas son en honor de Nuestra Señora de Oca, además el 25 de julio celebran Santiago Apóstol y en septiembre Acción de Gracias.
La tradición del lugar cuenta que Auca fue una de las sedes episcopales más antiguas de Hispania. Dice que su fundador fue el bondadoso discípulo del apóstol Santiago, San Indalecio, que llegó hasta aquí hacia el año 65 para predicar y extender la fe cristiana, fundó la sede apostólica, convirtió los lugares sagrados de los autrigones en santuarios cristianos, y sufrió martirio. En uno de estos santuarios había un pozo y cuando arrojaron a él el cuerpo martirizado de San Indalecio, este se rebosó y devolvió el santo cuerpo convirtiéndose en manantial a la vez que brotaban las Fuentes de Oca junto a la ermita edificada por el santo para venerar a Nuestra Señora en lugar de las diosas paganas.
Villafranca Montes de Oca fue sede de obispos desde que en el año 589 llegara a la Diócesis de Oca, hoy Villafranca Montes de Oca, el primer obispo de nombre Asterio, hasta que en 1075 se trasladara definitivamente esta sede episcopal, de Oca a Burgos, convirtiéndose así la susodicha diócesis en la semilla de la actual diócesis burgalesa. Existe una regla en el Derecho Canónico que dice que no puede existir obispo sin su diócesis y por ello como los obispos auxiliares no son los titulares de la diócesis donde ejercen, la Santa Sede les da la titularidad de otras históricas. Valga esta explicación para saber porque el Papa Francisco fue entre el año 1992 y 1998 obispo titular de la antigua Diócesis de Oca, Auca en latín, ya que mientras Jorge Mario Bergoglio fue obispo auxiliar de Buenos Aires durante este periodo de tiempo y arzobispo coadjutor en 1997 también de Buenos Aires, el Papa Juan Pablo II le nombró titular de la Diócesis de Oca.
Una antigua leyenda que se cuenta en Villafranca Montes de Oca es la historia de un grupo de jóvenes que disfrazándose de brujas salían al camino para asustar a los peregrinos, que desprevenidos y predispuestos por el entorno de misterio que circunda la zona, salían despavoridos. Los muchachos volvían al mesón y sin parar de reír contaban su hazaña. Una tarde, anocheciendo ya, vieron cómo se acercaba una solitaria mujer y ellos, como siempre y ataviados de las mismas guisas, salieron de la arboleda y comenzaron a saltar alrededor de ella gritando y bamboleando sus escobas, pero la mujer ni se inmutó. Los muchachos insistían diciéndole que eran brujas y que huyera si no quería dejar allí su alma, a lo que la mujer contesto: " y porque voy a huir si sois de los míos ya que yo también soy bruja" y diciendo esto se elevó por los aires comenzando a girar sobre sus cabezas. Los jóvenes entonces comenzaron a correr, soltando todo lo que llevaban encima, hasta llegar al pueblo donde comprobaron que aparte de perder todas las ganas de gastar bromas sus cabellos se habían vuelto completamente canos.
La Carretera N-120 que une Logroño con Burgos pasa por Villafranca Montes de Oca .También se puede acceder por el norte si se viene por la N-1 o la AP-1 entrando por la carretera BU-703 entre Prádanos de Bureba y Castil de Peones.
Hay servicio de autobús diario que cubriendo el trayecto Burgos-Logroño-Zaragoza tiene parada en Villafranca.
SENDITUR no se responsabiliza de cualquier variación en la información descrita, así como del mal uso de sus guías y recomienda que cada uno sea responsable y prudente en la realización de la actividad. Igualmente, te invitamos a documentarte con libros y guías especializadas para complementar la información descrita. Desde el compromiso de SENDITUR con la Naturaleza y el respeto al equilibrio del medioambiente, SENDITUR te insta a viajar de una forma responsable, con bajo impacto ambiental y respetando en todo momento el entorno Natural, Cultural y Social de allí por donde pases. Para cualquier sugerencia, SENDITUR te invita a enviar un correo a .
Continuar viendo ...