Se encuentra situada en el nordeste de la provincia de Burgos, en un valle entre los montes San José y de los Pinos y que regado por el río Oca se abre a la extensa llanura de La Bureba. Los autrigones se asentaron en el lugar hacia el siglo I antes de Cristo. Briviesca ya fue en época romana un importante núcleo poblacional. Aparece citada por primera vez en documentos de Plinio el Viejo, en el primer siglo de nuestra era, en ellos la cita con el nombre de Virovesca. De si fue musulmana o no nada se sabe a ciencia cierta, lo que sí se sabe es que en su origen Briviesca tuvo otro emplazamiento, más defensivo, en las laderas de los montes cercanos y que su actual ubicación y trazado urbanístico, la "bien trazada", se lo debe a doña Blanca de Portugal, nieta de Alfonso X el Sabio, cuando compró la villa a principios del siglo XIV.
El siglo XVI trae para la villa el primer fuero que tuvo Briviesca y el formar parte de las posesiones de la familia Velasco. En este siglo se construyeron en Briviesca los principales monumentos religiosos, y en el XVII fueron las construcciones civiles las que toman el relevo y se construyen los mejores palacios y casas solariegas que aún se conservan. Briviesca, aunque ya siendo reconocida como ciudad por los visigodos, recibe de manos de la reina regente María Cristina, en 1894 y como premio al aumento de su población y su desarrollo agrícola y comercial, el título de Ciudad.
El Casco Histórico de Briviesca sigue mostrando su ordenado trazado medieval cuyas calles se cruzan en el verdadero centro neurálgico de la ciudad, la Plaza Mayor, con soportales en tres de sus lados y custodiada por el palacio de los Soto Guzmán, levantado en el siglo XVII, actual sede del ayuntamiento, y la iglesia de San Martín, que a principios del siglo XIV ya figuraba como una de las tres parroquias de Briviesca aunque su fachada es del siglo XVI, y en el centro, aunando el conjunto, destaca el Templete, construido en 1.909. En la visita al Conjunto Monumental de Santa Clara compuesto por la iglesia, monasterio, casa solariega y hospital, todo ello construido en el siglo XVI y declarado Monumento Nacional en el año 1931, podremos admirar la iglesia, que alberga la joya de Briviesca, un precioso retablo que se le denomina el "El Escorial de los retablos" por su profusión de decoración, originalidad, tallas...
La ex colegiata de Santa María, es una de las más antiguas de España, fue mandada construir por doña Blanca de Portugal en el siglo XIV. En la calle Medina se encuentra la casa palacio de los Torre construida en la segunda mitad del siglo XVII. También en esta calle se puede admirar la casa palacio de los Martínez España – Ordoño Rosales edificada en 1718 donde el balcón que luce su fachada aparece sostenido por angelotes en los ángulos y una figura mitológica al gusto rococó sobre la puerta de entrada. Desde la plaza de Santa María se puede ver la magnífica linterna que da luz a las escaleras de la casa de los Salamanca, de cuya edificación original solo queda, haciendo esquina, un cubo de piedra que luce intacto el escudo de la familia. Pero visitar Briviesca es también degustar su tradicional gastronomía, sus almendras garrapiñadas, sus morcillas... Parques y paseos rodean la ciudad permitiendo al visitante disfrutar del paisaje de los campos de La Bureba. También el caminante puede recorrer una de las etapas del Camino de Santiago - Vía de Bayona que pasa por Briviesca.
Briviesca celebra sus fiestas patronales en honor a Nuestra Señora y San Roque el 15 y 16 de agosto, también festeja a Santa Casilda el 9 de mayo, la Feria de los ajos o de Santiago es el 25 de julio, protagonista ineludible el ajo, el jueves anterior al carnaval en Briviesca se celebra el choricillo o Jueves de todos, en el que se reúnen para comer embutido de cerdo y el día 18 de diciembre, festividad de la Virgen de la Esperanza, la fiesta es de los niños, el día de la O, éstos salen en procesión con velas y cantando coplas.
La rogativa de la Tabera, fiesta de interés turístico regional, se celebra el martes anterior al jueves de la Ascensión. Teniendo su origen en las rogativas por la prosperidad de la ciudad y la fertilidad de los campos, en la actualidad la fiesta se desarrolla desde por la mañana en el Santuario de Santa Casilda hasta donde la gente se ha desplazado en romería y donde, después de disfrutar de una comida campestre, obsequio del ayuntamiento, da comienzo el juego que da nombre a la fiesta. Consiste en tirar una taba, aquí participan los que juegan y los que apuestan por la posición en la que va a caer la taba. De regreso, ya en Briviesca, los establecimientos y peñas de la ciudad han colocado mesas donde poder continuar jugando hasta bien entrada la noche.
En las Cortes celebradas en Briviesca en noviembre de 1387 y por decisión del rey Juan I de Castilla se decidió otorgar el título de Príncipe de Asturias al heredero de la Corona de Castilla. Título que sigue llevando implícito el/la heredero/a a la Corona española.
El Santuario de Santa Casilda, patrona de Briviesca, se encuentra situado en un rocoso monte en medio de un precioso paraje. Forman el conjunto el propio santuario, el camarín, la cueva de San Vicente, además de las campas del santuario y los pozos blanco y negro, los pozos de San Vicente, de los que se dicen que tiene propiedades curativas pues según la leyenda hasta aquí viajó la princesa mora Casilda que, viviendo en Toledo, se dedicaba en secreto a ayudar y llevar alimentos a los cristianos prisioneros de su padre. Andaba éste receloso de los quehaceres de su hija adorada y un día le preguntó qué que era lo que llevaba en el mandil, Casilda le contestó que flores y abriéndolo le mostró el delantal con tan florido contenido con lo que el rey se dió por satisfecho. Un día la princesa enfermó y ni los mejores médicos podían sanarla. A oídos del rey llegó de la existencia en tierras cristianas de unos pozos cuyas aguas eran sanadoras y después de mucho sopesarlo y viendo que la enfermedad de su querida hija no remitía accedió a que viajara para bañarse en sus aguas. Casilda se bañó y la salud recobró y entonces supo que era en este lugar donde quería vivir y junto con otras monjas fundó el primitivo eremitorio. A los pozos se les siguen atribuyendo propiedades sanadoras y de fertilidad.
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A Briviesca se llega por la N-1 que la conecta con Burgos y Miranda de Ebro. Hasta Briviesca también llegan otras carreteras locales que la une con por ejemplo Belorado, Poza de la Sal y Oña entre otras.
Briviesca cuenta con dos paradas de autobús, la principal situada en la Avenida Félix Rodríguez de la Fuente y otra situada en la Avenida Alberto Alcocer. A ellas llegan líneas de servicios regulares de autobuses que la comunican diariamente con Irún, San Sebastián, Vitoria o Madrid, con Burgos y Logroño además de con las localidades de Oña, Poza de la Sal y Frías. También cuenta con servicio de transporte bajo demanda para los pueblos más pequeños.
Briviesca posee una estación de ferrocarril en la que tiene parada trenes que diariamente la conectan con Miranda de Ebro, Zaragoza y Vitoria, Valladolid, Burgos y Madrid, con Hendaya y con La Coruña, o Vitoria, San Sebastián e Irún.
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